¡Ay, qué señor tan vulgar?! Exclama una dama encopetada con el mismo tono con el que doña Florinda dice: vente tesoro, no te juntes con esa chusma, menospreciando a los aludidos porque según ella pertenecen a una muy baja clase social. La dama encopetada seguramente se referiría a un tipo que se expresaba con palabras soeces y otras groserías.
En ese caso, la dama estaba usando el adjetivo ?vulgar? para señalar algo corriente y del peor gusto? y cuando yo le digo a usted que le voy a mencionar algunos vulgarismos, a lo mejor va a pensar que le voy a reproducir aquí algunas de esas groserías o insultos que ?acorrientan? el hablar, pero no es necesariamente así.
El vulgo en la antigüedad eran ?las grandes masas del pueblo? que se supone que por lo general son gente poco culta y los vulgarismos, simplemente son vocablos que se dicen mal, cambiándoles una o dos letras, como los dice el vulgo, el pueblo, como decir ?demen? en lugar de ?denme? que es lo correcto.
Los vulgarismos son errores que se cometen con más frecuencia de lo que uno piensa y es de veras sorprendente comprobar que se dan aún en los ambientes más refinados, en donde se supone que impera una cultura mucho más alta que la media común.
Como a nosotros, tal vez a usted le haya tocado también escuchar al maestro universitario que dice ?haiga? o como le sucedió a éste su servidor, que en una ocasión le tocó escuchar al Secretario de Educación del Estado, en una llamada que se transmitía por televisión, diciendo que ?hay alumnos que desiertan de las escuelas? ignorando que el verbo desertar es regular y que por lo tanto debió de usar la forma desertan.
La lista de vulgarismos que aparecen a cada rato en nuestro hablar cotidiano es interminable. Aquí cito algunos ejemplos con la idea de que nos puedan servir cuando menos para que las metidas de pata se espacien un poco y no se den un día sí y otro también:
Es un error decir:
Comelón en lugar de comilón.
Diabetis en lugar de diabetes.
Disvarío en lugar de desvarío.
Intrínsico en lugar de intrínseco.
Campión en lugar de campeón.
Te desiamos en lugar de te deseamos
Interveniste en lugar de interviniste
Libre albredío en lugar de libre albedrío
Suidad en lugar de ciudad
¡Desen un abrazo!, en lugar de ¡dense un abrazo!
Calcamonía en lugar de calcomanía
Diferiencia en lugar de diferencia
Todos éstos y muchos más, son vulgarismos y si uno quiere mejorar su uso del lenguaje, debe sacarles la vuelta.
Por si las dudas
Pregunta: De Coyuca de Benítez, Guerrero, me escribe Blanca Lilia Ríos que por lo visto es una linda jovencita y nos pregunta el significado de la palabra chúntaro que se la ha escuchado a los del Grupo El Gran Silencio.
Respuesta: Los muchachos hoy en día, ¡inventan cada palabra! Y luego es muy difícil saber de dónde salió? Son modismos y los modismos generalmente no tienen explicación gramatical ninguna? Imagínate si nos ponemos a investigar de dónde surge cada una de las palabras de la Chilanga Banda de Café Tacuba? Espero que sigas en comunicación con nosotros.
Frase loca... de remate
El que sabe, sabe... Y el que no sabe, es el jefe.