AGENCIAS
BERLÍN, ALEMANIA.- Unas 250 mil personas, según cálculos de la policía, respondieron ayer en distintas ciudades alemanes al llamamiento de los sindicatos y participaron en manifestaciones de protesta contra las reformas sociales que impulsa el Gobierno.
Sólo en Berlín, Colonia y Sttutgart, los convocantes movilizaron a unas 200 mil personas ayer de “Acción sindicalista europeo”, anticipo de lo que será el tradicional primero de mayo.
El Gobierno del canciller Schroeder ha recibido duras críticas de los sindicatos por su programa de reformas económicas recogido en la “Agenda 2010” que supone un retroceso en el generoso sistema asistencial, en un intento por mejorar la competitividad empresarial.
“¡Schroeder debe irse!”, se leía en numerosas pancartas.
“Esta es una lucha justa y no daremos pausa. La Agenda 2010 tiene que desaparecer”, dijo el presidente de la Confederación alemana de sindicatos, Michael Sommer, en el acto de cierre de la manifestación de Berlín, que transcurrió bajo el lema “Por el trabajo y la justicia social”.
La Agenda 2010, el proyecto de “modernización y saneamiento del Estado de bienestar” más ambicioso de esta legislatura, prevé recortes en las prestaciones sanitarias, la congelación de pensiones y una compleja reforma del mercado laboral, que pone el acento en la flexibilidad y limita el subsidio de desempleo.
Sommer recordó veladamente al canciller Gerhard Schroeder el precio que ya pagó por la Agenda 2010 en referencia a su salida de la presidencia del Partido Socialdemócrata y le aconsejó tomar nota de lo ocurrido en las elecciones regionales francesas, en las que los ciudadanos pasaron factura a la política social y financiera de París.
Schroeder renunció en febrero a la presidencia del SPD ante las escisiones internas que había creado un política de recortes que a juicios de muchos es poco socialdemócrata.
Su sucesor en la presidencia, Franz Müntefering, garantizó el apoyo del partido a la gestión del Gobierno, pues “la política que estamos haciendo es la correcta y así continuará”.
Müntefering ha asegurado también estos días que no habrá marcha atrás “en ningún punto” de la Agenda 2010.
En Colonia, donde según la policía se concentraron unas 50 mil personas, el presidente de partido IG-Metall, Jürgen Peters, exhortó al Gobierno roji-verde a modificar el curso de su política.
“El Gobierno tiene que poner de una vez término a una política que conduce al desmantelamiento del estado social y debilita aún más a los pobres y desfavorecidos”, subrayó.
El presidente del sindicado Ver.di, Frank Bsirske, invitado al cierre de la manifestación que recorrió las calles céntricas de Sttutgart, llamó por su parte a la “resistencia” y pidió un “cambio” en la política social del Gobierno.
“Los vientos del neoliberalismo soplan en la República”, dijo Bsirske, que criticó todos los recortes previstos en la Agenda 2010 porque “además de hacer daño a los más vulnerables, afectará de forma negativa a la coyuntura debilitando la capacidad de compra.
La acción de ayer de los sindicatos contra las reformas sociales del Gobierno incluidas en la llamada Agenda 2010 fue criticada por los partidos en la coalición de Gobierno, pero también por la oposición.
El nuevo secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Klaus Uwe Benneter, afirmó que los sindicatos están haciendo un flaco favor al Gobierno roji-verde.
“Deberían darse cuenta de están haciendo el juego a la oposición conservadora de la CDU y a los liberales del FPD”, sostuvo.
El vicepresidente del grupo parlamentario de la CDU y experto en asuntos económicos Friedrich Merz afirmó en declaraciones que publicará en su edición dominical el diario “Bild” que “algunos sindicatos siguen soñando con los años 70 y se olvidan del futuro”.
