El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Acaba de terminar la escena que le tocaba. Le despegaron las barbas, le quitaron la peluca, y se puso su ropa habitual.
Héctor Ortega dice que le resulta sumamente divertido, pero también extenuante, representar a Fausto Guillén y Mario Genovés en la telenovela La Verdad Oculta. Asegura que es una experiencia totalmente distinta a lo que ha realizado a lo largo de 47 años dentro de la actuación... y del cine, el guionismo, la dirección teatral y como escritor de obras de humor político; incluso Carlos Monsivais ha asegurado que Ortega fue el dolor de cabeza de la clase política mexicana por lo menos hasta los años 70 debido a sus textos.
Si alguien puede presumir de haber trabajado con grandes actores y directores de cine es él; Alfonso Arau, Francisco Córdova, Emilio Carballido y Alejandro Jodorowsky son sólo algunos de ellos. Esos tiempos fueron muy buenos, sin embargo, no los añora.
?No soy nostálgico, no me gusta perder tiempo con lo que sucedió... (actualmente) hay cosas diferentes y creo que así como hubo buenos actores jóvenes que en mi tiempo eran extraordinarios y estaban dedicados en cuerpo y alma, creo que también ahora los hay y no sólo se basan en la frivolidad y en que son chicos bonitos; hay gente que ha encontrado el amor, el respeto y la profundidad en su trabajo?.
Los chiquitines lo recuerdan por sus trabajos en las novelas Alegrijes y Rebujos, Aventuras en el Tiempo y Amigos por Siempre. Los cineastas por haber dirigido las películas Vacaciones Misteriosas y La Palomilla al Rescate, pero sobre todo por su destacada actuación en Cuartelazo (Alberto Isaac, 1976), cinta para la que escribió el argumento y realizó la adaptación junto con Alberto Isaac y María Antonieta Domínguez, además de interpretar al personaje principal de Belisario Domínguez, lo que le mereció una nominación al Ariel como Mejor Actor.
-¿Se le valora y se les dan buenos papeles a actores como usted, que ya tienen muchos años en la profesión?
-Pues el simple hecho de haberme seleccionado en este papel (en La Verdad Oculta) quiere decir que así es, yo no sé si todos los productores, pero por lo pronto Rosy Ocampo y el señor (Emilio) Larrosa me han elegido realmente por eso, porque se requieren ciertos resultados, cierto peso escénico y cierta habilidad que uno va adquiriendo a través de los años. Yo no me puedo quejar, he sido tratado siempre con gran respecto, categoría y mucho cariño.
-¿Entonces se siente un consentido y privilegiado?
-No, tanto no. Me da mucho gusto ser un trabajador más al igual que mis compañeros camarógrafos o señores que con tanto esfuerzo y calidad hacen caracterización, todos con los que he trabajado muy íntimamente y han sido respetuosos y cariñosos, son gente de primera, yo digo que son parte de las estrellas del Canal de las Estrellas.
Su relación con Galilea Montijo y Gabriel Soto ?protagonistas de La Verdad Oculta- es excelente así como con el resto del elenco. Cuando termine la novela tiene pensado dirigir una película que escribió que llevará por nombre Palabra de Macho, ?es una cinta con humor, como de la época de oro del cine nacional, donde le haré como un homenaje humorístico y con mucho cariño a Pedro Infante y Jorge Negrete?, luego de eso, Dios dirá.
?Se descose? en la política
No satisfecho con despertar al teatro de revista mexicano de un largo sopor, Héctor Ortega encaminó su talento para renovar este género. El viernes por la noche Carlos Monsiváis presentó el texto titulado Revistas Políticas, presentado el pasado viernes en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, donde Héctor Ortega plasmó las obras nunca antes publicadas pero sí puestas en escena, ¡Ay Cuauhtémoc no te rajes!, El Huevo de Colón; e Hidalgo, el Sol y el Dedo.
Ortega, quien ha participado en festivales internacionales y ha impartido talleres sobre humor mexicano en Madrid, explicó que la revista mexicana tuvo gran importancia durante el porfiriato, porque fungió como foro de crítica política. Los sketches sobre asuntos políticos de Revistas Políticas son un ?intento por rescatar esta tradición popular con un tipo de humor carperón y majadero?, comentó.
Herramienta, opcional La voz de la experiencia
Formado sólidamente en el ámbito teatral, Héctor Ortega se inició en la industria cinematográfica con el papel de mesero afeminado en la cinta de Alberto Isaac, En Este Pueblo no hay Ladrones (1964).
-En 1969 trabajó como asistente de Alfonso Arau en El Águila Descalza. Continúa sus participaciones actorales en Los Días del Amor, La Montaña Sagrada y Calzonzin Inspector. También actúa en El Hombre del Puente, Las Fuerzas Vivas.
-En 1976 debuta como director de la película La Palomilla al Rescate, y ese mismo año tiene la oportunidad de filmar su segundo largometraje, Vacaciones Misteriosas. Su labor como director está orientada hacia la comedia de aventuras infantiles que en gran parte son inspiradas por la serie del cine mudo La Pandilla.
-En comparación con su trabajo como director cinematográfico, su trayectoria como actor de cine y dramaturgo, va mucho más allá. Debuta en la dirección teatral en 1966 con la obra Silencio, Locos Trabajando, en la que participan Alfonso Arau, Héctor Suárez, Fernando Luján, Virma González, Martha Navarro y Susana Alexander, más tarde dirige en el Teatro Insurgentes, con Manuel Valdés, Héctor Lechuga y Alejandro Suárez, Ensalada de locos y para 1983 monta La Muerte Accidental de un Anarquista, una de las obras más importantes en su carrera.
-Dentro de la cinematografía ha sido galardonado tanto por su labor histriónica como por su capacidad literaria.
-En el año 2002 recibió el premio que entrega la Asociación Mexicana de Críticos Teatrales al Mejor Actor, por su interpretación de Fray Servando Teresa de Mier en la obra 1822: El Año en que Fuimos Imperio.
