Barry Bonds conectó aquí el cuadrangular 756 de su carrera, para superar la vieja marca de Hank Aaron; en la quinta entrada y en cuenta llena, el cañonero de los Gigantes de San Francisco hizo swing a un lanzamiento de Mike Bacsik, de los Nacionales de Washington, para llevarse la cerca del jardín derecho en el AT & T Park, de la bahía californiana. (EFE)
El nuevo rey el jonrón conecta además sencillo y doble ante los Nacionales de Washington.
SAN FRANCISCO, CALIFORNIA.- Barry Bonds conectó ayer su cuadrangular número 756, un leñazo entre el jardín derecho y el central, para dar un mensaje enfático: Le guste o no a algunos, es el mejor jonronero de la historia.
Bonds rompió el récord de Hank Aaron, en el quinto inning, al encontrar un lanzamiento, con cuenta de 3-2, de Mike Bacsik, serpentinero de los Nacionales de Washington. Tres días antes, Bonds empató a Aaron con un garrotazo entre el jardín izquierdo y el central, en San Diego.
“Muchas gracias. Tengo que agradecerles a todos, a los aficionados de aquí, de San Francisco. Ha sido fantástico”, dijo Bonds, poco después de pisar el plato. A su lado estaba su padrino, Willie Mays.
“Tengo que agradecer a mis compañeros. Durante todo esto ustedes han sido fuertes y me han dado todo el apoyo que necesito, y nunca olvidaré esto mientras viva”.
Tras agradecer también a sus hijos, señaló: “Me complace haber hecho esto antes de que ustedes fueran a la escuela”.
El toletero dirigió también palabras de agradecimiento a los Nacionales y a su padre, el ex beisbolista Bobby Bonds.
“A mi papá”, dijo Bonds antes de que la voz se le quebrara por el llanto, mientras apuntaba hacia el cielo. “Gracias por todo”.
En una señal sobre la índole controversial del récord, ni el comisionado de las grandes ligas ni el propio Aaron estuvieron presentes en el estadio.
Selig estuvo en el graderío cuando Bonds empató el récord, decidiendo privilegiar la historia del beisbol por encima de las acusaciones de consumo de esteroides de las que ha sido sujeto el artillero de los Gigantes de San Francisco.
Anoche, Selig envió a un representante, el vicepresidente ejecutivo de las grandes ligas, Jimmie Lee Solomon.
En cuanto a Aaron, había dicho que no tenía interés en atestiguar el rompimiento de su récord de 33 años. Cumplió con su palabra, pero ofreció un mensaje grabado de felicitación, el cual fue mostrado por la pantalla del parque.
“Ofrezco mi felicitación a Barry y a su familia”, dijo Aaron.
También estuvieron ausentes los aficionados que habían mostrado carteles con asteriscos que cuestionaban la legitimidad del récord, al considerar que al menos parte del poder de Bonds se debía a los esteroides.
Bonds estuvo libre de esas impugnaciones en el AT&T Park, frente a su fiel afición, incluido su padrino Mays, miembro del Salón de la Fama. Bonds ha negado siempre que haya consumido a sabiendas drogas para mejorar su desempeño.
Sin embargo, los aficionados difícilmente dejarán de debatir en torno a cuál toletero debe ser considerado el auténtico monarca del tolete. Algunos seguirán defendiendo la marca de Aaron, mientras que otros dirán que es Babe Ruth, el tercer lugar en la lista.
“Todo esto tiene que ver con la historia. Muy pronto, alguien llegará y lo superará”, dijo Mays antes del juego.
Bonds, siete veces nombrado el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, conectó su vuelacercas 22 del año. El artillero de 43 años rompió el récord de Mark McGwire, de más jonrones en una campaña, al llegar a 73 en 2001. Aunque no ha vuelto a mostrar un poderío semejante, sigue causando estragos a los rivales.
Bonds y la directiva de los Gigantes tuvieron fricciones sobre el contrato, antes de esta campaña. Ayer la celebración representó el motivo principal para que el dueño Peter Magowan trajera de vuelta al estelar jardinero izquierdo, a fin de que cumpliera con una decimoquinta temporada en San Francisco.
Lo contrató por un año y 15.8 millones de dólares.
El rápido ascenso de Bonds hacia el récord perdió velocidad en los últimos años, luego que la edad y varios problemas en las rodillas lo afectaron. Bateó 258 jonrones del año 2000 al 2004 pero sólo ha sumado 53 desde entonces.
Mientras que los esteroides han empañado la búsqueda del récord por parte de Bonds, fueron las tensiones raciales el tema principal de conversación cuando Aaron rompió la marca de Ruth en 1974. Aaron tuvo que soportar mensajes de odio enviados a su buzón, así como amenazas de muerte por parte de fanáticos racistas, quienes pensaban que un negro no debía romper el récord impuesto por un héroe blanco, el Gran Bambino Ruth.
El ex comisionado Bowie Kuhn atestiguó cuando Aaron empató el récord pero no estuvo presente en el duelo en que la marca fue superada, un gesto que molestó a muchos seguidores del toletero.
Selig es un amigo cercano de Aaron y ofreció a Bonds una tibia felicitación cuando empató el récord.
AARON ENVÍA FELICITACIÓN
El destronado líder jonronero de todos los tiempos Hank Aaron felicitó ayer al nuevo monarca y expresó el deseo de que la proeza de Barry Bonds sea una inspiración para que otros alcancen sus sueños.
"Me gustaría ofrecer mi felicitación a Barry Bonds por convertirse en el nuevo líder de jonrones en el beisbol. Es un gran logro que exigió habilidad, longevidad y determinación", dijo en una declaración firmada "desde el escritorio de Henry Aaron".
El texto de Aaron fue divulgado poco después de que Bonds conectó su vuelacercas número 756 la noche de ayer. Aaron grabó también el mensaje en un video que fue transmitido en honor del bombardero de San Francisco en el estadio AT&T Park.
"A través del siglo pasado, el jonrón ha mantenido un lugar especial en el beisbol, y yo he tenido el privilegio de conservar este récord en 33 de estos años. Ahora me hago a un lado y ofrezco mis mejores deseos a Barry y su familia por este éxito histórico", señaló.
"Mi esperanza hoy en día, como lo fue en aquella tarde de abril de 1974, es que la consecución de este récord inspire a otros a perseguir sus propios sueños", dijo Aaron.