
Poncho Aurelio fue sin duda uno de los más ovacionados Y Carmelo hizo gala de su ¿hombría?. (Fotografías de Ángel Padilla)
Con buen humor Adrián Uribe hace olvidar percance, en el Teatro del Pueblo de la Expo Feria Gómez Palacio
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El calor y la espera iban en aumento conforme pasaba el tiempo, cerca de dos horas de retraso tenía Adrián Uribe en su show presentado en el Teatro del Pueblo de la Expo Feria Gómez Palacio.
La desesperación del público que aguardaba la llegada del comediante era cada vez más notoria, las rechiflas y las bullas no se hicieron esperar a pesar de los intentos del payaso Chicharito por calmar los ánimos y seguir divirtiendo a la gente: les cantó, les contó chistes y hasta una que otra broma sobre el mismo público.
Intempestivamente a las 12:14 horas se empezaron a proyectar unas imágenes de tres personajes que el público parecía identificar: un oficial de tránsito llamado Poncho Aurelio, un carismático mesero de nombre Carmelo y el galante chofer de microbús “Vítor” López Pérez.
Con un panorama ya diferente por parte de la gente, dos guapas bailarinas salieron al escenario y detrás de ellas Adrián Uribe, quién hizo muestra del por qué le dicen el rey sin corona de Bailando por un Sueño, siendo precisamente con este tema con el que dio inicio el espectáculo haciendo mofa de “cierto luchador que tiene pompas y que espero que algún día se le reviente una”, arrancando las risas y los aplausos de los espectadores que abarrotaron el recinto.
El tecladista que lo acompañaba (Iván Sarabia) fue su siguiente blanco “yo traía una orquesta de 25 músicos, pero me encontré a Yuridia en el aeropuerto y me pidió que se los prestara y accedí, solamente le pedí que me dejara al tecladista y ella me preguntó ‘¿por qué, es el mejor?’ ‘No, es el más barato’”.
A las 12:31 se comenzó a escuchar la canción Parece que va a Llover, el público inmediatamente supo de quién se trataba: era el oficial de tránsito Poncho Aurelio quien dijo estar muy contento de estar en La Laguna sobre todo ahorita que necesitaba una Sor Juanita. Todo iba muy bien, sus historias de los operativos y de la forma de conducir tanto de hombres como de las mujeres; las carcajadas del público parecían no parar hasta que el desinhibido oficial se quitó su camisa del uniforme y mostró la que traía abajo, nada menos que la camiseta del equipo de sus amores Las Águilas del América. Las bullas y los chiflidos se hicieron presentes por lo que optó por ponerse la de México.
Más tarde un simpático mesero hizo su aparición “mi nombre es Carmelo, de todos los meseros el primero”. Haciendo más que obvias sus preferencias, invitó a los hombres a que sacaran a la mujer que todos llevan por dentro, especialmente a Obed (un joven del público) de quién hizo broma de su nombre para después darse cuenta que la madre del joven (Socorro) también se encontraba ahí para después reírse con la señora. Con una dedicación especial para el joven, Carmelo interpretó Siempre en mi Mente para después pedirle al público que cantara Hasta que te Conocí.
En un ambiente cada vez más relajado y de pura risa se presentó El Norteño, quién narró sobre el gran amor que siente por su esposa y todos los caprichos que le cumple, aunque por supuesto no pudo evitar mencionar como era la vida antes y después de casarse. “Sí o no dices ‘¡ah qué buena es esta mujer! Pero cuando no es la tuya”.
Ya pasada la una de la madrugada el público recibió con un fuerte aplauso al ritmo de la cumbia al chofer de microbús Vítor López Pérez, quién comenzó por alagar la belleza de las mujeres en especial la de las gomezpalatinas. Una camisa blanca ajustada, un pantalón negro, una revista incrustada en el pantalón al igual que un gran peine rojo formaban la vestimenta de chofer, que no dejó pasar la oportunidad de invitar a varias damas del público a que bailaran con él. “Vénganse bizcochitos, bueno trasládense hasta aquí”.
A la 1:43 de la madrugada el público parecía haber olvidado no solamente sus problemas si no el retraso del comediante, el show había valido la pena, el objetivo del artista de divertir a la gente parecía haberse cumplido y hasta más de lo esperado, según los comentarios de los que pudieron apreciar dicho espectáculo.
La risa, su mejor remedio
Para todo lo que se hace en la vida debe haber una preparación para divertir y montar un show, tal como la que realiza Adrián Uribe, quién aseguró que hacer reír a la gente no es tan fácil y mucho menos hacer tus problemas personales a un lado, por lo que se prepara día a día con terapias, lecturas y meditación.
El artista recomendó que la mejor técnica para vivir la vida con tranquilidad y buena salud, es reír lo más que se pueda y no enfocarse en los problemas que sólo traen complicaciones.
Debido a que ya sufrió a manos de la delincuencia, el comediante aseguró vivir con miedo pero ya no a los reporteros o fotógrafos, sino a la gente que quiera lastimarlo a él o a su familia, por lo que hace un llamado a la prensa: “si algún día quieren una entrevista o fotografia pidanmela y accederé cordialmente sin necesidad de ocultarme”.