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Crear empleos| Jaque mate

Sergio Sarmiento

“El trabajo duro nunca mató a nadie. Pero… ¿para qué arriesgarse?”.

Édgar Bergen

Felipe Calderón prometió en su campaña electoral ser el presidente del empleo. Por lo tanto es lógico y justo que se le juzgue por el cumplimiento de esta promesa. En estos días previos a la entrega del primer Informe hemos visto así lógicas críticas al desempeño de la economía mexicana en este campo. Pero ante el manejo alegre de la información por algunos, vale la pena revisar las cifras para determinar cuál es realmente el saldo.

El número de empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social -que son trabajos formales con prestaciones- mostró un aumento sorprendente de 539 mil 925 en los siete primeros meses de 2007. En contraste, en los seis años de Gobierno de Vicente Fox se crearon solamente un millón 268 mil 837 de estos empleos.

Fue tan alta la cifra de creación de empleos de enero a julio de 2007 que algunos políticos y medios de comunicación opuestos al Gobierno han cuestionado la veracidad de las cifras. Los datos del Seguro Social, sin embargo, son de los más fidedignos que tenemos, ya que se basan en altas en la institución que obligan a la entrega de aportaciones y a una prestación de servicios.

De los nuevos empleos creados y registrados en el IMSS, sin embargo, solamente 235 mil 235 han sido permanentes. Como ha venido ocurriendo en los últimos años, la mayoría de los empleos que se están creando en México, 304 mil 690 entre enero y julio de 2007, son sólo temporales.

Otro indicador importante sobre el desempleo es la encuesta mensual del INEGI. El pasado mes de julio ésta registró un nivel de 3.95 por ciento de desocupación abierta. Algunos medios han señalado que ha habido un aumento en este índice en los últimos tres meses. Efectivamente, la cifra de julio es la mayor desde el pasado mes de marzo. Sin embargo, es menor que la de diciembre de 2006 y exactamente la misma de julio del año pasado. No parece, pues, haber razón de alarma. De hecho, hay que recordar que el verano es un tiempo en que muchos jóvenes que terminan la escuela empiezan a buscar trabajo, lo cual hace que aumenten temporalmente los índices de desocupación.

Más relevante que la desocupación abierta, que es el único índice que registran los medios de comunicación, es la “tasa de condiciones críticas de ocupación”, también del INEGI, la cual es un mejor reflejo de la problemática laboral de un país en el que campea el subempleo. Esta tasa reúne en un solo indicador a las personas que no tienen empleo y lo están buscando, a quienes no laboran jornadas completas por razones fuera de su voluntad, a quienes sí trabajan jornadas completas pero ganan menos de un salario mínimo y a quienes ganan entre uno y dos salarios mínimos pero trabajan más de 48 horas a la semana. En el segundo trimestre de 2007 este indicador registró un nivel de 10.89 por ciento, un poco menos del 11.82 por ciento del mismo periodo del año anterior.

Si consideramos el bajo crecimiento de la economía en el primer semestre de este año, que fue de apenas 2.7 por ciento contra el 4.8 por ciento de todo 2006, la situación en el empleo no es tan mala como uno hubiera podido suponer. De hecho, el que se hayan generado más de medio millón de empleos formales es un logro importante, aun cuando la mayoría hayan sido temporales.

Esta creación de empleos ha dependido en buena medida del sector privado y en particular de los servicios, porque la industria ha estado estancada. Ni la inversión pública ni el programa de primer empleo, que ofrece incentivos a las empresas que otorguen a jóvenes su primer trabajo, han permitido una creación significativa de nuevos puestos. De hecho, el programa de primer empleo, como podría esperarse de un programa burocrático de subsidio, sólo ha creado unos seis mil puestos.

Lo que más inquieta en el campo del desempleo es el hecho de que las tasas de desocupación siguen siendo mayores entre quienes tienen aunque sea algo de instrucción media o universitaria que quienes sólo han cursado la educación básica (esto es, hasta secundaria). La idea de que una mayor educación se traduce necesariamente en una mayor posibilidad de empleo es cada vez más falsa en nuestro país. Demasiados jóvenes están ingresando a universidades para cursar carreras en las cuales simplemente no hay posibilidades laborales.

La forma de generar nuevas oportunidades de empleo no radica en la invención de nuevos y complejos programas burocráticos como el de primer empleo. Al contrario, el camino es eliminar obstáculos a la inversión productiva. De ahí la importancia que la reforma fiscal que el Gobierno ha estado negociando con el PRI no castigue la contratación de personal, como lo hacía la iniciativa original de Hacienda. Lo lógico es que genere incentivos de mercado, y no subsidios, para que se realicen inversiones que promuevan la contratación de trabajadores. Esperemos que la reforma final promueva la creación de empleos. O si no, por lo menos que no la obstaculice.

CONTAMINACIÓN

Por una parte, el Gobierno del Distrito Federal está preparando una draconiana restricción a la circulación de vehículos, supuestamente con propósitos ecológicos, pero que afectaría incluso a los autos híbridos. Por otra parte, este domingo, con el pretexto del maratón de la Ciudad de México y del paseo ciclista dominical, ese mismo Gobierno creó un enorme caos vial que aumentó de manera sensible la contaminación. Parece que, en la Ciudad de México, lo que hace la mano lo deshace la tras.

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