Ufano, el Grupo Mexicana hizo publicar anteayer la siguiente felicitación “a cada uno de los más de seis mil colaboradores de Mexicana, por los tres reconocimientos World Travel Awards con los que nuestra empresa fue reconocida en días pasados:
“World Travel Award como la mejor línea aérea de México y de Latinoamérica.
“World Travel Award como la mejor business class de Latinoamérica.
“World Travel Award como la empresa con la mejor página de Internet de Latinoamérica.
“Los World Travel Awards son los premios más importantes a los que puede aspirar una línea aérea en el mundo.
“Son otorgados por la votación de más de 167 mil profesionales de la industria de viajes a nivel mundial.
“Estos premios son un reconocimiento a la labor de todos los trabajadores de Mexicana, que colaborando en equipo han logrado posicionar a nuestra empresa como un referente de calidez, calidad, seguridad, servicio y puntualidad.
“Los miembros del consejo de administración de Mexicana expresamos nuestra profunda satisfacción por estos logros y convocamos a todos nuestros compañeros a seguir trabajando con empeño para fortalecer y consolidar a Mexicana como una empresa de clase mundial”.
Ignoro si hay un premio de esa naturaleza a las mejores tarifas de aviación. Si lo hay, Mexicana no lo ganaría. El otro día fui a Morelia, a un homenaje al profesor Alejandro Avilés, notable como periodista y como formador de periodistas y dada la prisa con que debía realizar el viaje, pretendí hacerlo por vía aérea. Imposible, por el precio del pasaje: en Aeromar cuesta 3,425.15 pesos; en Aviacsa, dos mil pesos más: 5,659. Y en Mexicana casi ocho mil pesos: 7, 978, una tarifa superior en más de ciento por ciento a la más baja. Ninguna de esas dos competidoras de Mexicana está clasificada como de bajo costo. Y sin embargo la diferencia en el precio del boleto para un viaje redondo es abrumadora, en un trayecto que por su brevedad no ha de distinguirse sustantivamente, ni siquiera por el tamaño de la aeronave, pues es probable que en la práctica Mexicana traslade a sus pasajeros en los pequeños aviones de una subsidiaria, como ocurre por ejemplo con la ruta a Durango.
A diferencia de lo expresado en su mensaje de orgullo empresarial, Mexicana tiende a atribuir sus males a sus trabajadores o al menos a sus costos laborales, por lo que consiguió de pilotos y personal de tierra ajustes que hiciera más barata su nómina. No logró resultado semejante con el Sindicato de Sobrecargos, cuyo servicio le cuesta cien millones de dólares al año y busca reducir en 25 por ciento. Por lo tanto, acudió a un expediente insólito y riesgoso para los asalariados, que es el conflicto de naturaleza económica planteado por los patrones, que consiste en un dilema formulado ante la autoridad laboral: o recorto salarios y/o prestaciones o cierro la empresa. La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje emitió el 7 de agosto el laudo respectivo el cual, no obstante la opinión de los peritos consultados, que no vieron en el costo laboral de los sobrecargos el factor cuya corrección pondría a salvo a la empresa, determinó la modificación del contrato colectivo.
Anteayer, el sindicato emitió un balance de la situación, “a un mes del despojo laboral”, aunque ha transcurrido ya el doble de ese lapso, a partir de la decisión de la justicia laboral. De cualquier modo, los sobrecargos denuncian que:
“La aplicación del laudo constituye una afectación sin precedente en la historia laboral de México, reduciendo de un solo golpe el 54 por ciento de nuestros ingresos, impidiéndonos así cubrir nuestras necesidades elementales y compromisos previamente adquiridos…
“La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, con el consentimiento del Gobierno Federal (no podía ser de otro modo, digo entre paréntesis porque la Junta forma parte del Gobierno) privilegió a la parte empresarial, actuando con parcialidad absoluta, ignorando la opinión de los peritos designados por la misma institución, que señalaron en su dictamen que la crisis económica de la Compañía Mexicana de aviación no era derivada de las condiciones contractuales de los sobrecargos, sino de la falta de inversión por parte de la empresa.
“La Junta (¡) ratificó esa parcialidad y sometimiento al interés patronal cuando su presidente negó la suspensión en contra de la ley, señalando que el sindicato no tenía interés jurídico en el conflicto.
“La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación solicitó amparo en contra del inconstitucional laudo, mismo que se ventila ante el décimo tribunal colegiado en materia de trabajo, quien deberá asimismo resolver sobre la queja presentada en contra del presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
“Sin demérito alguno al Tribunal colegiado, se está solicitando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejerza la facultad de atracción para que se aboque al conocimiento del amparo promovido por Assa de México, a fin de poder pronunciarse al respecto y con ello fijar criterios sobre el tema que repercuta de manera excepcionalmente (?) en casos futuros. La solicitud está fundada en los criterios que la propia Corte ha señalado en virtud de la trascendencia del tema para otros centros laborales, no existir criterio ni antecedentes fijados por el alto Tribunal en conflictos colectivos de naturaleza económica, en virtud de que se trata de procedimientos que usualmente no se tramitan, de ahí que resulte novedoso, relevante y complejo su estudio”.