
Mexicanos vibran con The Doors
MÉXICO, DF.- Los músicos Ray Manzarek y Robby Krieger, quienes con su gira Riders on the Storm festejan 40 años de trayectoria artística de The Doors, conquistaron de nuevo al público mexicano que se dio cita en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.
Apenas se escucharon los primeros acordes del tema Love me Two Times, los fans ovacionaron y recibieron de pie a dos de los fundadores de la legendaria agrupación que comandó Jim Morrison, fallecido en 1971.
El cantante Brett Scallions, vestido con pantalones de cuero negro y el cabello desaliñado, fue el encargado de interpretar los temas que llevaron a Morrison a convertirse en un símbolo de la rebeldía en la década de los años 60. Acompañado de Ray Manzarek (teclados) y Robby Krieger en la guitarra, el vocalista conquistó a los asistentes desde la primera melodía.
El foro lució a su máxima capacidad. Niños, jóvenes y adultos corearon durante todo el concierto las melodías que siguen vigentes en el gusto de los mexicanos. Depuradas, intensas y sugestivas fueron las interpretaciones de temas como Light my Fire, Touch Me, The End y Road House Blue, entre otros. Cada uno arrancó gritos de euforia, elogios y aplausos de los presentes.
El concierto sirvió de pretexto para sacar del armario las chamarras de piel, playeras con la leyenda de The Doors y pantalones con estoperoles y comenzar un viaje imaginario a una década que dejó huella en la escena musical de diversas partes del mundo.
Visiblemente contentos, los miembros fundadores se dieron tiempo para experimentar con los sonidos de sus instrumentos y colocarse máscaras alusivas a la próxima celebración del Día de Muertos.
“No estoy de acuerdo con la política de George Bush. Estados Unidos y México son países hermanos, nosotros somos hermanos”, gritó eufórico Ray Manzarek, quien con frecuencia interactuó con el público. Su entusiasmo fue tal, que hubo un momento que hasta se olvidó de sus manos y comenzó a tocar el órgano con su pie izquierdo.
Así transcurrió el concierto que no necesitó de una gran producción, pues sólo bastó la presencia y el talento de The Doors para deleitar a un público que quedó satisfecho con la vigencia, intensidad y energía con la que fueron interpretados los éxitos de la banda.
Al final del concierto el guitarrista Robby Krieger rindió un breve homenaje a The Beatles, al ejecutar algunos acordes del tema Eleanor Rigby; de inmediato los asistentes reconocieron el detalle y celebraron la actitud del guitarrista.