![Durante el siglo pasado, en Guadalupe Victoria era más común ver carretas de mulas y burros; hoy todo se ha modernizado: la mancha del asfalto avanza y van perdiéndose las áreas verdes.](https://tecolotito.elsiglodetorreon.com.mx/cdn-cgi/image/format=webp,width=412,quality=40/i/2007/08/23344.jpeg)
Durante el siglo pasado, en Guadalupe Victoria era más común ver carretas de mulas y burros; hoy todo se ha modernizado: la mancha del asfalto avanza y van perdiéndose las áreas verdes.
GUADALUPE VICTORIA, DGO.- Cumplió con tareas básicas de producción ganadera, caprichos de taladores y hay quienes hasta residencias han soñado en su seno y religiosos un templo construir, pero el Parque San José, a pesar de mentes extraviadas y el olvido de las autoridades, se mantiene como un vergel y un punto de partida de la historia de Guadalupe Victoria.
El Parque San José se sitúa al Noroeste, dentro del perímetro de esta ciudad, con una superficie aproximada a las nueve hectáreas, ubicado en los viejos barrios de La Hacienda, La Noria y ahora colindante con la colonia Isidro D. Flores, de reciente creación.
El Parque San José surge en lo que fue el estanque del mismo nombre construido en tiempos de la hacienda, donde abrevaban enorme cantidad de ovejas propiedad de la Hacienda de Tapona, 1863-1921 y posteriormente el ganado y animales de tiro de lo que fue Villa Guadalupe Victoria.
En dicho lugar, desembocaban lo que era el arroyo Magueyes, las corrientes del valle del Cerro de las Minas y las aguas cristalinas del manantial, origen del nombre de este lugar, El Manantial de José, el cual permanece dentro del parque.
Tanto el estanque como el manantial tuvieron una importancia vital durante mucho tiempo; la comunidad se preocupaba en mantenerlos limpios. Del manantial se abastecían para beber y uso domestico; se distribuía por todo el pueblo en carretas, en barricas de madera; esto permaneció así hasta el año de 1950, tiempo en que llegó la modernidad a Villa Guadalupe Victoria con la electricidad y agua potable por medio de redes hidráulicas y las llaves.
Con este cambio benéfico desde luego para la población, comenzaron a perder importancia tanto el estanque como el manantial, principalmente este último; con las tomas de agua domiciliarias las mujeres dejaron de acudir a lavar la ropa; los piperos igualmente dejaron de ir, poco a poco fue quedando en el olvido.
El desuso y abandono trajeron como consecuencia que el estanque y manantial se convirtieran en basurero, el agua del estanque se corrompió y el lugar que en un tiempo tanto beneficio aportó se convirtió en un foco de infección.
En el año 1981 vecinos del barrio la Noria solicitaron al presidente municipal, Roberto Retana González, la desaparición del estanque San José que estaba totalmente contaminado, lográndose no sólo la autorización y apoyo para la destrucción del bordo de contención, sino la plantación de mil quinientos eucaliptos, protegiendo con un cerco de alambre toda esa área.
En 1991 nuevamente, por falta de mantenimiento, esta área estaba descuidada a tal grado que incluso se utilizó como rastro en los años de 1986, sin contar con ningún tipo de instalaciones funcionando al “aire libre” lavando todo tipo de artefactos y vehículos en el manantial. Nuevamente el manantial estaba contaminado, repleto de desechos, desaparecido; el alambrado que protegía el área estaba caído; cantidad de árboles secos y derrumbados.
En diciembre de 1992, vecinos del barrio La Noria forman un comité llamado Pro-Construcción del Parque San José, elaboran un proyecto, se mide el terreno, se levanta un plano y se marcan dos puntos fundamentales por los que se trabajaría para rescatar el manantial, que era un regalo de Dios, una reliquia histórica, y como punto dos: rescatar la zona arbolada con una barda perimetral en las casi nueve hectáreas con cantera y formas de cemento, misión que se cumplió en abril de 1998.
Con actividades del propio comité se construyeron también dos módulos de asadores y una cancha de basquetbal.
Por gestiones del comité se construyeron los arcos de las entradas principales; esto a finales de 1995 antes de terminar el periodo de Filemón Villarreal Godínez.
Actualmente, cuenta con un vivero instalado durante la administración municipal de Alfredo Ortiz Saucedo en el año 2000.
En el año 2005 se instaló un módulo de juegos infantiles como regalo a los niños en su día el 30 de abril, obra efectuada en la administración municipal de Mario Ramírez Corral.
El Parque San José también ha servido para cumplir uno que otro caprichito o antojo: en 1998 y 2007 funcionarios públicos municipales requerían postes para cercados y talaron árboles para su objetivo; un presidente municipal se dejó convencer por alguien que quería una nopalera, y ahí esta seca y abandonada.
Otro presidente municipal propuso a su Cabildo donar lotes para construir casas particulares y albergues; actualmente ha surgido un grupo con la idea de construir una capillita.
Hoy en esta área de San José, las circunstancias son otras respecto de 1991; el manantial está a salvo, el área está protegida; sin embargo, este parque requiere reforestación, rehabilitación de bardas y juegos infantiles, construcción de las puertas de acceso de las avenidas Nicolás Bravo y Galeana, así como mantenimiento general y vigilancia permanente. En 2007 la comunidad lanza un llamado de auxilio a quien corresponda para la atención de este histórico lugar.