Fue uno de los fuertes pilares de la cultura de Torreón, Coah., nacido el 29 de junio del año de 1904 en Santa Rosa, N. L., siendo hijo de don Diógenes B. Moreno y de su esposa doña Ana Vivero de Moreno, cuyo matrimonio trasladó su residencia a San Pedro de las Colonias, Coah., cuando Pablo tenía menos de un año de edad.
En San Pedro creció Pablo, realizando sus primeros estudios durante los años de 1911 y 1912 en el Colegio de La Laguna con el profesor don Gabriel Calzada y después en la Escuela del Centenario de la misma población.
En 1916 se trasladó su familia a la ciudad de Torreón, donde Pablo estudió contabilidad en la Escuela del Profr. Treviño y terminados sus estudios, en 1920 comenzó a tramitar asuntos contables, siendo nombrado contador de la Tesorería Municipal donde permaneció por nueve años y por algún tiempo desempeñó el cargo de Oficial Mayor de la misma.
El 26 de febrero de 1922 nació el periódico El Siglo, después Siglo de Torreón y uno de los primeros colaboradores fue Pablo C. Moreno con su primer artículo titulado Esboso Biográfico de Rubén Darío, que fue reproducido en la Revista Española editada en la capital de la República.
En 1930, comenzó su vida de maestro en varias escuelas impartiendo las cátedras de filosofía, contabilidad e historia.
Fue el año de 1937 cuando lo flechó Cupido y contrajo matrimonio con la señorita Magdalena Medina Castañeda, hija del Dr. Roberto Medina Jiménez, oaxaqueño, y de doña Magdalena Castañeda Vargas. El matrimonio de Pablo y doña Magdalena procrearon los siguientes hijos: C. P. Víctor M. Moreno Medina, que fue mi secretario durante varios años cuando yo era jefe de juicios de la aduana y contrajo matrimonio con la señorita Irma Alicia Rodríguez; Ana Moreno Medina, casada con Juan Álvarez y de cuyo matrimonio, mi esposa Ana Rodríguez y yo fuimos padrinos; Magdalena Moreno Medina, casada con Sergio Estrada; Cristina Moreno Medina, casada con el Dr. Jorge Arenal; Margarita Moreno Medina, casada con Adolfo Bernal; y Patricia Moreno Medina, casada con Guillermo Puente.
Periodista y escritor. Además de sus artículos periodísticos que lo hicieron merecedor al nombramiento de Primer Cronista de la ciudad de Torreón, escribió muchos libros, de los que se editaron los siguientes:
Un Latino 100x100, en 1928. Torreón en 1951, con el que asistió junto conmigo, yo con mi libro La Poesía y su Estudio, en 1954 a la IV Feria del Libro en la Ciudad de México, en el estand de Porrúa, en cuyo viaje él se documentaba para su libro Cien Ciudades Mexicanas y yo para mi obra La Independencia y los Presidentes de México (inédita con 12 tomos de 500 páginas). En 1953, Pablo publicó su libro Galería Heroica de México. En 1955, Torreón a Través de sus Presidentes Municipales. En 1958, Miguel de Cervantes Saavedra, su Vida y sus Obras. En 1966, Galería de Coahuilenses Distinguidos.
Muchos libros se le quedaron inéditos o inconclusos, como Comentarios y Cartas de Hombres Ilustres, Cuauhtémoc, Manuel Acuña, Buques Famosos en la Historia de México, Curiosidades del Lenguaje y Divertimientos Filológicos, Salvador Díaz Mirón, Los Supermachos, La Eugenesia, Filósofos y Sistemas, El Mexicano Ante la Muerte, 100 Epitafios Mexicanos, Sepulcros Históricos, 100 Frases Célebres Mexicanas, Ensayos y Cuentos, Cien Ciudades Mexicanas, y muchos más.
En 1959 publicó en El siglo de Torreón, 14 reportajes de Bibliotecas de Torreón, una pública: José García de Letona, luego las privadas: segunda, José León Robles de la Torre; tercera, la del Lic. Felipe Sánchez de la Fuente; cuarta, la de Pablo C. Moreno Vivero; quinta, la del Lic. Luis Felipe del Río Rodríguez; sexta, la del Lic. Salvador Cofiño; séptima, la del Ing. José F. Ortiz; octava, la de Alberto Maya; novena, la de don Antonio de Juambelz y Bracho, director de El Siglo de Torreón; décima, la de Rafael del Río Rodríguez; onceava, la de Blanca C. Trueba; doceava la del Profr. don Enrique Treviño; treceava, la de don Alfonso Garibay Fernández, y catorceava, la de Federico Villar Guerra.
Al final de la década de los 40?s y principio de los 50?s del siglo XX, nos reuníamos en el desaparecido café ?Tomeypague?, que estaba donde ahora está la entrada al Museo Arocena, un grupo de amantes de la cultura, entre los que figuraban Pablo C. Moreno Vivero, Lic. Federico Elizondo Saucedo, Lic. Salvador Vizcaíno Hernández, Luis Díaz Flores Campos, don Pedro García Reyna, don Aureliano Rodríguez Tamez, don Emilio Rodríguez Lobo, El Chato Gómez Aguirre, Juan Antonio Díaz Durán, el Dr. Horacio Gutiérrez Crespo, don Enrique Mesta, don Emilio Herrera, José León Robles de la Torre, don Ángel Cassán Sr., y a veces don David O. Berlanga, o Madame del Barrio, Enrique Giacomán y el Ing. Colores y otros más.
Fundamos el ?Ateneo Lagunero? con 19 personas, de las que sobrevivimos Magdalena Briones y yo. Publicamos las revistas Cauce y Nuevo Cauce, La Casa de Coahuila en México y otras más.
Pablo era un apasionado de la obra de Cervantes y coleccionaba ?Quijotes? (pero no embotellados). Participó en dos ocasiones en el Gran Premio de los 64 mil, que dirigía Pedro Ferriz en México, y en la segunda vez, Pablo se retiró con 32 mil pesos, con los que viajó a España y recorrió la ruta del Quijote de la Mancha, recordando a Dulcinea del Toboso y los Molinos de Viento.
Muchas otras cosas llenan la vida del fecundo escritor Pablo C. Moreno, que son dignas de un libro, ya que a él le faltó tiempo para darlas a conocer y la muerte le llegó el diez de septiembre, mes de la patria que tanto amó, del año de 1972, en cuya fecha le dediqué mi poema Como un Águila Herida.
En 1984, la Presidencia Municipal que presidía el Lic. Braulio Manuel Fernández Aguirre, le erigió un busto en bronce en la Calzada de los Escritores, en la Alameda Zaragoza de esta ciudad. Y hoy, seis de febrero de 2007, dentro de los reconocimientos de las fiestas del centenario de Torreón 1907-2007, se devela su busto a la entrada del Centro Culutral ?Pablo C. Moreno?, que se construyó por gestiones del gran amigo Paco Fernández Torres, cuyo busto, además del que tiene en la Alameda, se encuentra en el salón que lleva su nombre en ese mismo centro cultural, y que justamente merece por la dedicación que le dio a la promoción de las cosas culturales.
Felicidades a la familia Moreno Medina y a la de Paco Fernández Torres.