Las Fuerzas de Estados Unidos mostraron imágenes del fallecido ministro de información de Al Qaeda en Irak, a quien se identificó como Muharib Abdul Latif al Jubouri, también conocido como Abu Omar al Baghdadi. (EFE)
Aclaran que no se trata de un jerarca del grupo terrorista, sino del ‘ministro de información’ en ese país árabe.
Las Fuerzas de la Coalición mataron a un miembro de Al Qaeda en Irak, responsable de numerosos secuestros a extranjeros, dijo ayer un portavoz militar. Aclaró, sin embargo, que no era un jerarca del grupo.
El mayor general estadounidense William Caldwell expresó que la muerte de Muharib Abdul Latif al Jubouri -que se desempeñaba como “ministro de información” de Al Qaeda- generó aparentemente informes confusos de que había muerto uno de los principales jerarcas del grupo o el titular de una organización insurgente.
Caldwell manifestó que el Ejército había realizado numerosos operativos contra Al Qaeda en Irak en los últimos seis días, pero no tenía los cadáveres de Abu Omar al Baghdadi y de Abu Ayyub al Masri, líder del grupo en Irak, y no conoce “a nadie que los tenga”.
Al Jubouri murió cuando se resistía a ser detenido el martes en un operativo realizado a unos seis kilómetros al oeste de Taji, una población cercana a una base aérea ubicada al norte de Bagdad. Su cadáver fue identificado en un principio por fotografías y luego su identidad quedó confirmada por un examen de Ácido Desoxirribonucleico (ADN), expresó Caldwell.
Se cree que Al Jubouri participó en el secuestro de la periodista del Christian Science Monitor Jill Carroll, luego liberada; y de Tom Fox, uno de los cuatro integrantes del grupo Christian Peacemaker Teams que apareció muerto a balazos en Bagdad el diez de marzo de 2006, dijo Caldwell.
Participó también en el secuestro de dos alemanes en enero de 2006, indicó.
Avala la ONU un pacto internacional
“No podemos dejar a Irak solo”, resumió el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon al anunciar ayer el lanzamiento de un Pacto Internacional con Irak. El medio centenar de países y organizaciones asistentes comprometieron 30 mil millones de dólares para ayudar al Gobierno iraquí a cambio de que promueva las “reformas necesarias para lograr la reconciliación nacional”, una forma diplomática de referirse a la inclusión de la comunidad suní en el proceso de decisión política tal como reclaman sus vecinos árabes.
“Conseguir la reconciliación nacional es el punto de partida para resolver otros problemas en Irak, porque no puede haber reconstrucción sin seguridad y no hay seguridad sin consenso nacional”, manifestó el ministro egipcio de Exteriores y anfitrión de la conferencia, Ahmed Abdulgheit. Egipto, como el resto de los vecinos árabes de Irak, no ha ocultado su preocupación por la violencia sectaria que a diario deja decenas de muertos.
Ahora, además de un carácter más multilateral, el Pacto está ligado a una serie de compromisos para superar las diferencias sectarias que desangran Irak. Entre los puntos clave destaca el reparto equitativo de los ingresos del petróleo entre árabes shiies, árabes suníes y kurdos; una nueva Ley electoral para la celebración de comicios provinciales que permita una representación más adecuada de la comunidad árabe suní, y el refuerzo de las Fuerzas de Seguridad.
