Brad Pitt producirá una miniserie en compañía de su esposa, Angelina Jolie, para la cadena televisiva HBO. (Fotografías de El Universal)
MÉXICO, DF.- Tom Cruise tiene 45 años. Brad Pitt cumplirá 44 muy pronto. A los dos les sobran atributos para seguir arrancando suspiros femeninos y envidia ante sus respectivas esposas: Katie Holmes y Angelina Jolie.
Pero en un visible sentido, la etapa de galanes a tiempo completo de dos de los mayores astros de Hollywood está llegando a su fin. Por un lado, impuesta por el inexorable veredicto del tiempo. Por otro, más preciso y directo, debido a los nuevos compromisos e iniciativas que casi en paralelo ambos comenzaron a encarar en los últimos tiempos.
Cada vez más preocupados por encarar proyectos detrás de las cámaras, como productores y directores, sin perder de vista apariciones protagónicas pensadas con un criterio estratégico, Cruise y Pitt parecen dispuestos a ponerse desde sus respectivos lugares a la altura de algunos de los temas más candentes, discutidos y complejos del tiempo y de la sociedad que les tocó vivir.
En el caso de Cruise, el nuevo tiempo se refleja en una serie de cambios que abren una nueva etapa en su vida profesional. La representación actoral de esta transformación tiene que ver sobre todo con Leones por Corderos, cuyo estreno anuncia Fox para el próximo jueves. Aquí se pone a las órdenes de Robert Redford (director, productor y protagonista) para personificar a Jasper Irving, un senador que encarna al ala más dura del conservadurismo político estadounidense.
“Me intrigó mucho que Tom estuviera tan interesado en participar y cuando empecé a pensar en eso me di cuenta de todo lo que él podía aportar: transmite una enorme intensidad, esa clase de energía absolutamente estadounidense y un aire juvenil muy poderoso y útil para el papel”, reflexionó Redford ante LA Weekly.
Los ojos de Hollywood no sólo estarán atentos desde ahora, a propósito de Leones por Corderos, en el desempeño de Cruise como actor. El filme -que ya se estrenó en EU- es la primera apuesta considerable de United Artists desde que Cruise y su socia Paula Wagner decidieron, previo pago de 500 millones de dólares, hacerse cargo de uno de los estudios de más historia y más pobre presente en la meca del cine.
Hace un par de semanas, Cruise pasó por Roma junto a Redford para presentar allí Leones por Corderos con un curioso corte de pelo, exigido por el último personaje que le tocó interpretar en Valkyrie, dirigida por Bryan Singer (Los sospechosos de siempre, X-Men, Superman regresa), en la que Cruise da vida a Claus von Stauffenberg, un alto oficial del Tercer Reich comprometido en un plan para asesinar a Adolf Hitler.
Prueba sus habilidades como productor
Entre los muchos proyectos que el cada vez más hiperactivo Brad Pitt maneja como actor y productor, para los próximos dos años aparece, en un lugar destacado, la miniserie que llevará adelante en principio sólo detrás de las cámaras y en compañía de su esposa, Angelina Jolie, para la cadena televisiva HBO.
Será una miniserie aún sin título, que según las primeras especulaciones conocidas en Hollywood a fines de octubre último a través de la autorizada publicación The Hollywood Reporter, se centra en el trabajo de una organización humanitaria que se lleva adelante en algunas de las zonas más peligrosas del planeta.
Los riesgos de esa actividad, la vida de los pobladores de esas regiones amenazadas y los avatares políticos que muchas veces condicionan las iniciativas de acción humanitaria también formarán parte esencial de una trama que Jolie conoce bien, porque se desempeñó como embajadora de buena voluntad para las Naciones Unidas con ese cometido. En 2003, a partir de esa experiencia, llevó ese papel a la ficción en Más Allá de las Fronteras.
Más afortunada en este sentido resultó la experiencia de Todo Corazón (A Mighty Heart), dramatización de la odisea que le tocó vivir a Marianne Pearl, cuyo esposo, Daniel, periodista de The Wall Street journal, fue secuestrado y asesinado por un grupo terrorista en Paquistán.
Con Pitt como un productor, Jolie encarnó a Marianne Pearl en un rodaje que llevó a la pareja a viajar a través de Francia, Paquistán y la India. La producción se llevó adelante con un presupuesto de 16 millones de dólares.