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Tony Blair, altibajos durante diez años en el poder

El primer ministro británico, Tony Blair, es el político que más éxitos electorales ha cosechado para el Laborismo en Inglaterra. (Archivo)

El primer ministro británico, Tony Blair, es el político que más éxitos electorales ha cosechado para el Laborismo en Inglaterra. (Archivo)

EFE

El primer ministro británico será recordado por la guerra de Irak, a pesar de haber prometido que la ‘ética’ marcaría su política exterior.

El primer ministro británico, Tony Blair, ha tenido puntos altos y bajos durante sus diez años en el poder, que deja ahora tras convertirse en el político que más éxitos electorales ha cosechado para el Laborismo.

Con los porcentajes de popularidad por las nubes y con su imagen de político moderno, informal y carismático, Blair obtuvo el primero de mayo de 1997 una aplastante victoria en las urnas y puso fin a casi dieciocho años de Gobiernos de los “tories”.

Blair asumió el cargo de primer ministro el dos de mayo de ese año y se convirtió así en la persona más joven en alcanzar el puesto desde 1812.

El líder laborista consiguió repetir mandato en otras dos elecciones generales, en 2001 y 2005.

A su llegada a Downing Street Blair dijo: “Es hora de cumplir”, en referencia a la batería de medidas que había prometido en su manifiesto electoral bajo el titular del “Nuevo Laborismo”, por el que dejaba atrás muchas políticas de izquierda de su formación para darle la mano al sector empresarial.

Pero, al final, su popularidad se fue en picada por su decisión de meter al Reino Unido en la guerra de Irak, la aplicación de leyes antiterroristas draconianas y por el escándalo sobre la supuesta “venta” de títulos honoríficos a cambio de préstamos al laborismo.

Nada más llegar al poder, los laboristas dieron independencia al Banco de Inglaterra para fijar los tipos de interés y evitar la interferencia del Gobierno a la hora de controlar la inflación, mientras que introdujeron por primera vez un salario mínimo.

Durante su gestión, la economía ha tenido un desempeño reconocido por analistas y Blair ha mantenido su compromiso de no incrementar el Impuesto Sobre la Renta.

TERRORISMO

La promesa electoral de Blair de impulsar el entonces estancado proceso de paz en el Ulster se tradujo en julio de 1997 en un alto el fuego del Ejército Republicano Irlandés (IRA), un anuncio que le abrió la puerta al Sinn Fein para entrar en unas negociaciones políticas sobre el futuro de la conflictiva provincia.

Así, tras unas maratonianas negociaciones en Belfast junto a su colega irlandés, Bertie Ahern, Blair ayudó a que los partidos del Ulster firmasen el diez de abril de 1998 el acuerdo del “Viernes Santo”, con el que empezaba un proceso repleto de obstáculos pero que traería a los norirlandeses su tan ansiada paz.

Este proceso se ha completado con la formación de un Gobierno autónomo de poder compartido entre protestantes y católicos.

Si bien consiguió poner fin al terrorismo del IRA, Blair vio cómo su país sufría el primer atentado del terrorismo islámico el siete de julio de 2005 (7-J).

Los ataques del 7-J contra la red de transporte de Londres le llevaron a introducir leyes antiterroristas que fueron criticadas por la población y los grupos defensores de los derechos civiles.

LEGISLACIÓN

En el ámbito constitucional, Blair consiguió que el Parlamento aprobase la legislación sobre las medidas que él mismo había planeado para el Reino Unido: la formación del Parlamento escocés y la Asamblea galesa.

Además de las autonomías, los laboristas llevaron adelante la reforma de la Cámara de los Lores (Alta), vista como arcaica y nada democrática, en la que nobles heredaban sus escaños.

De esta manera, en 1999 el Gobierno laborista logró aprobar una fase por la que expulsó de la Cámara a más de 600 lores hereditarios -entre ellos duques, marqueses, condes y barones- e introdujo la designación directa para cubrir las vacantes aunque sin llegar a la elección total de sus miembros, como querían muchos.

Junto a estas reformas, Blair prometió más recursos para la sanidad y las escuelas porque -como dijo en su discurso ante su partido en 1996- su prioridad era “educación, educación, educación”.

Para muchos, esa transformación colosal que prometía Blair para la educación jamás se concretó.

Los estudiantes están cada vez más endeudados por el aumento de las matrículas universitarias y no hay suficientes escuelas públicas para absorber a una gran población infantil.

En cuanto a Europa, si bien ha sido más próximo al continente que los conservadores, Blair se ha mostrado contrario a una Constitución europea tras el rechazo de franceses y holandeses a ese documento y ha manifestado estar a favor de una UE menos centralista.

Pero Blair será recordado por la impopular y mal planeada guerra de Irak, a pesar de haber prometido antes del primero de mayo de 1997 que la “ética” marcaría su política exterior.

Defensor de las minorías

El primer ministro británico, Tony Blair, deja un importante legado en defensa de las minorías, de los inmigrantes a las minorías étnicas y sexuales. “En inmigración ha sido valiente al abrir la puerta del Reino Unido a los inmigrantes laborales incluyendo los de Europa del Este tras la ampliación de la UE, aunque el Gobierno cometió un error al no tener una estrategia de integración social para los inmigrantes”, opina Sarah Spencer, directora del Centro sobre Migraciones, Políticas y Sociedad de la Universidad de Oxford.

“En igualdad y derechos humanos diría que ha sido innovador. En estos momentos el Reino Unido tiene las leyes más potentes en materia de igualdad porque obliga a todos los organismos públicos a ser pro-activos en la promoción de las minorías étnicas, la gente discapacitada y las mujeres, pero el Gobierno guarda un extraño silencio en torno a ello, no parece orgulloso de ello y debería estarlo. Es algo que Blair ha permitido que se haga más que haber sido una prioridad para él. Pero ha sido de enorme importancia, al igual que la introducción de la Convención Europea de Derechos Humanos, y a largo plazo tendrán un impacto beneficioso enorme para la gente en todo el Reino Unido”, dijo Spencer. (El País)

Perfil

El primer ministro británico, Tony Blair, deja un legado de cambios profundos en Reino Unido y en su propio Partido Laborista.

*Anthony Charles Lynton Blair, hijo de Leo y Hazel Blair, nació el 6 de mayo de 1953 en Edimburgo, Escocia.

*Se unió al Partido Laborista poco después de graduarse como abogado en Oxford en 1975, y se alineó con la “izquierda suave” de la agrupación.

*A principios de la década de 1980, su primer tentativa por lograr un escaño en la Cámara de los Comunes, por la localidad inglesa de Beaconsfield, terminó con apenas 10 por ciento de los votos.

*En 1983 buscó y consiguió, la candidatura laborista por el distrito de Sedgefield. Blair fue elegido, pese a la debacle nacional del partido en las elecciones generales británicas de ese año.

*Cuando Neil Kinnock renunció al liderazgo del partido tras la derrota laborista en las elecciones generales de 1992, Anthony Blair se concentró en cambiar la imagen de la agrupación con John Smith como nuevo líder partidista.

*Smith murió en 1994 de un infarto cardiaco y Blair se impuso en las elecciones internas para sucederlo.

*Ayudado por el desgaste del Gobierno de John Mayor, sucesor de Margaret Thatcher, el “Nuevo Laborismo” logró un triunfo abrumador en los comicios de 1997.

*Blair asumió el cargo de primer ministro el dos de mayo de 1997 y se convirtió así en la persona más joven en alcanzar el puesto desde 1812.

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