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‘Ustedes devastaron mi corazón’

EVIDENCIA | ENVÍA CHO SEUNG-HUI FOTOS Y VIDEOS A TELEVISORA ANTES DEL SEGUNDO TIROTEO

Entre el momento en que mató a dos personas en un dormitorio de la universidad de Virginia y en el que asesinó a 30 más el lunes por la mañana, Cho Seung-Hui envió a la cadena de televisión NBC un paquete que incluía fotografías y videos de él. (Fotografías de AP

Entre el momento en que mató a dos personas en un dormitorio de la universidad de Virginia y en el que asesinó a 30 más el lunes por la mañana, Cho Seung-Hui envió a la cadena de televisión NBC un paquete que incluía fotografías y videos de él. (Fotografías de AP

AGENCIAS

El asesino de 32 personas en una escuela en Virginia tenía tendencias suicidas; ingresó en un centro siquiátrico en el año 2005.

Entre el primero y el segundo tiroteo que perpetró, el atacante de la Universidad Virginia Tech envió por correo un paquete al noticiero de la televisora NBC, el cual contenía imágenes de él empuñando armas y un video en el que pronunciaba una arenga furiosa y llena de obscenidades sobre los ricos “consentidos” y sus “necesidades hedonistas”.

“Ustedes tenían cien millones de millones de oportunidades y medios para evitar lo de hoy”, dice Cho Seung-Hui, de 23 años, con una voz dura y monótona, en un tramo del video emitido por el noticiero nocturno de la NBC. “Pero ustedes decidieron derramar mi sangre. Me arrinconaron y me dieron una sola opción. La decisión fue de ustedes. Ahora tienen las manos manchadas de sangre y nunca podrán lavárselas”.

NBC dijo que el paquete, que llegó con el correo de la mañana del miércoles, contenía una diatriba de mil 800 palabras y 29 fotos, en 11 de las cuales Cho apuntaba con una pistola a la cámara. Buena parte de su arenga es incoherente, llena de obscenidades y clama contre el hedonismo y el cristianismo, dijo NBC.

Insiste varias veces en que lo atacaban. “Ustedes han devastado mi corazón, violado mi alma y quemado mi conciencia”, dice. “Creían que extinguían la vida de un chico patético. Gracias a ustedes, muero como Jesucristo, para inspirar a generaciones de personas débiles e indefensas”.

El paquete, que llegó a la sede de la NBC en Nueva York dos días después que Cho mató a 32 personas y se suicidó, en la mayor matanza con armas cortas perpetrada por una sola persona en la historia moderna de Estados Unidos, llevaba un matasellos que indicaba que había sido enviado desde una oficina de correos en Virginia a las 9:01 horas del lunes, una hora y 45 minutos después que Cho abrió fuego por primera vez.

Eso explicaría uno de los mayores misterios de la masacre: dónde estaba el pistolero y qué hizo durante el lapso de dos horas entre los primeros disparos, en un edificio de alojamiento y el segundo, en un edificio de aulas.

“Sus Mercedes no les bastaba, consentidos”, dice, aparentemente leyendo un texto. “Sus collares de oro no eran suficientes, presumidos. Sus fondos en el banco no les bastaban. Su vodka y su coñac no les bastaban. Nada era suficiente para satisfacer sus necesidades hedonistas. Tenían de todo”.

En algunas fotos aparece sonriendo. En otras sostiene una pistola en cada mano y en una blande un martillo. Un empleado de Correos llamó la atención sobre el paquete al advertir que el remitente era de Blacksburg y tenía un nombre similar al que, según trascendidos, apareció escrito en tinta roja en el brazo de Cho: “Ismail Ax”, dijo NBC.

NBC dijo que el sello con la hora en que se recibió el paquete indicaba que el material fue colocado en el Correo en el lapso de dos horas entre el primer tiroteo en un dormitorio en un edificio y el segundo ataque en un edificio de salones de clases.

INESTABILIDAD MENTAL

Entre otras cosas, los escritos desequilibrados y llenos de violencia de Cho y su actitud hosca y con la mirada huidiza preocuparon tanto a profesores y estudiantes que fue retirado de una clase de inglés y en varias ocasiones se le insistió que debía recibir ayuda sicológica.

Cho dio pistas de inestabilidad mental en 2005 y mostró tendencias suicidas, por lo que fue ingresado durante un periodo en una clínica de salud mental, según informó ayer la Policía.

El ingreso llegó tras las acusaciones de dos chicas que manifestaron sentirse acosadas por el sudcoreano, aunque nunca llegaron a presentar cargos, por lo que el caso nunca llegó a la jurisdicción policial.

El portavoz de la Policía de la universidad de Virginia Tech, Wendell Flinchum, explicó que Cho, de 23 años, fue investigado por primera vez en noviembre de 2005 después de que una estudiante le acusara de tener “un comportamiento inapropiado”.

El 15 de diciembre de ese mismo año, ante el temor de que cometiera suicidio, la Policía le trasladó a Access, una agencia de salud mental de Virginia que le trató brevemente. No se sabe cuánto duró el tratamiento o si fue voluntario o involuntario.

Pero, ¿cómo pudo Cho comprar dos armas de fuego en el espacio de un mes –el lapso exigido por el Estado de Virginia- si tenía antecedentes siquiátricos? La respuesta es muy sencilla: “No había nada en el historial oficial de Cho que le impidiera adquirir un arma”, según explicó el superintendente de la Policía del Estado de Virginia, Steven Flaherty.

‘EL INTERROGANTE’

Cuando a Cho Seung-Hui se le requería firmar algo, lo hacía escribiendo una interrogante. Cuando los profesores le preguntaban si eso era todo, si ése era su nombre, Cho daba el silencio por respuesta. Tanto le gustó el símbolo que empezó a hacerse llamar así, “el interrogante” –“Question Mark”-, por los pocos conocidos que tenía.

John y Andy compartían piso con Cho. Ninguno de los dos se creyó en ningún momento que la primera chica muerta fuera su novia, por la sencilla razón de que “no tenía novia”. “Tenía una novia imaginaria a la que él le llamaba “Jelly”-Gelatina- y decía que ella le llamaba a él “Spanky” (un término que podría traducirse como “Azotador”)”, explicaron casi al unísono John y Andy. “Me llamaba por teléfono y me decía que se llamaba Interrogante. Al final me cansé”, dice Andy. “Y yo le decía: Seung, para ya. Tienes que acabar ya con todo esto”.

Cho estaba obsesionado con esta identidad. Todos sus compañeros de clase le llamaban “el hombre del interrogante” porque cuando tenía que firmar en las actas lo hacía con este signo de puntuación. Era también su identidad en los programas de mensajería instantánea de Internet. En al menos dos ocasiones este año la Policía se personó en su habitación por quejas de compañeras del campus. “Después de que viniera la Policía la última vez estaba muy frustrado”, dijo Andy. “Y me dijo que se iba a matar. Y yo se lo dije a la Policía. Y se lo llevaron al centro de asesoramiento sicológico por una o dos noches”.

UNA TRAGEDIA ANUNCIADA

Nikki Giovanni se encontraba en San Francisco, California, a punto de embarcar en un avión rumbo a Blacksburg cuando le golpeó la noticia. “Cuando supe lo que pasó pensé que sabía quién lo había hecho”, declaró Giovanni en televisión refiriéndose a su antiguo alumno. Taciturno. “Profundamente perturbado”, según algunos compañeros de estudios. Así era Cho.

Nadie pudo evitar una risa nerviosa durante la lectura en voz alta el pasado otoño de una obra en la clase de escritura teatral. Recitó escenas escritas por él de violencia en las que sierras mecánicas y martillos tenían un papel demasiado protagonista. “Imagino que podría decirse que las señales estaban todas ahí, ahora todo está claro”, dijo Giovanni.

Inconforme con la vida

Malú Grajales, asesora en Feng Shui tradicional y en astrología Ba Zi China precisa que “las cejas de las personas dicen mucho acerca de su constitución general, el estado de salud, esperanzas y metas. También nos dirá cómo van a alcanzar estas metas, si su camino es directo y enfocado en su objetivo o estresante y lleno de obstáculos”.

En este caso demuestran que Cho Seung–Hui, asesino de 32 personas en la Universidad Virginia Tech, era una persona muy introvertida. “Este joven acostumbraba guardarse todo. También se observa que había muchas probabilidades de que no llegaría a la vejez”.

No mantiene, agrega, una buena relación con sus familiares. “Este tipo de cejas describen a una persona cruel e inconforme con la vida, que no dudaría en realizar actos ruines”. Se trata de una persona que necesita sentirse seguro en su entorno y sobre todo en su familia.

Es un hombre que presenta problemas con su capacidad de aprendizaje, la forma de la frente es cuadrada lo que refleja que durante su infancia no tuvo una buena relación con sus padres.

“Sus mejillas son un signo de cobardía e inconstancia. Es una persona que no logró ser disciplinada lo que le causó muchos problemas y fracasos en su vida de trabajo”. Este tipo de personas en muy pocas ocasiones son buenos colegas debido a que carecen de resistencia para seguir el trabajo que han comenzado hasta el final y se inclinan por pasarle sus obligaciones a otros, puntualiza.

Si se pone atención a sus orejas, éstas no están alineadas con las cejas lo que significa que no alcanzaría el triunfo. Los lóbulos pequeños demuestran que se trata de un hombre mezquino y codicioso.

En su forma de ser, pudo haber sudo un joven aburrido que demuestran poco interés hacia las cosas a excepción del dinero. Sus signos demuestran que tiene muchos resentimientos y anhelos bloqueados que lo pueden conducir a la depresión, e incluso pudo tener conflictos en sus relaciones de pareja.

TEMEN ANIMADVERSIÓN CONTRA COREANOS

Corea del Sur reaccionó ayer conmocionada al hecho de que la matanza de Virginia fuese cometida por un joven sudcoreano, mientras las autoridades quieren evitar que el suceso genere animadversión contra la comunidad coreana residente en Estados Unidos.

Según anunciaron las autoridades estadounidenses, Cho Seung-hui, estudiante surcoreano de 23 años, fue quien mató el lunes a 32 personas antes de suicidarse en la Universidad Tecnológica de Virginia en EU, que acoge a 500 alumnos del país asiático.

El Ministerio de Exteriores surcoreano creó ayer un comité especial, dirigido por el viceministro Shim Yoon-cho, para tratar de paliar las consecuencias de ese suceso sobre la comunidad surcoreana en EU y también en las relaciones bilaterales con Washington.

Además de enviar al lugar del suceso al embajador surcoreano ante Washington, Lee Tae-shik, y a tres cónsules, el Ministerio de Exteriores alertó a todas las legaciones surcoreanas en Estados Unidos para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

‘Ni una palabra, sólo disparaba’

La expresión dura y callada de Cho Seung-Hui cuando disparaba contra los estudiantes de la clase de alemán del salón 207, es el primer recuerdo que tiene Trey Perkins, uno de los sobrevivientes de la masacre en Virginia.

Vestido con chamarra negra de piel, una gorra de beisbol color marrón y sin ninguna expresión en el rostro, -recuerda Trey-, Cho abrió la puerta de la clase de alemán del profesor Christopher Bishop y se retiró. Nadie notó algo raro.

Diez minutos después, Cho volvió a abrir la puerta y apuntó directo a Christopher Bishop, le disparó y lo mató, narró al diario The New York Times.

Trey Perkins relata que inmediatamente, los estudiantes comenzaron a volcar sus escritorios para cubrirse, mientras el joven surcoreano de 23 años disparaba a los que se encontraban enfrente. En ningún momento emitió ruido, salvo los tiros que salían del arma.

“Él (Cho) nunca dijo una sola palabra. Nunca había visto una expresión tan dura”, sólo recargaba, disparaba y volvía a cargar.

En un momento el surcoreano abandonó el cuarto. Algunos estudiantes intentaron saltar por las ventanas, otros bloquearon la entrada con sus cuerpos mientras Perkins prestaba ayuda a los heridos.

El testigo recuerda a otro compañero, a Derek O’Dell, quien aún herido y sangrando del brazo, indicaba al resto cómo acomodarse para impedir un posible regreso de Cho Seung-Hui.

Minutos después, Cho intentó reingresar al salón, pero al verse impedido, disparó por lo menos en seis ocasiones, dijo O’Dell al diario. “Sé que hubo disparos contra la puerta, se ven en la puerta, pero nosotros teníamos el escritorio contra ella y usaba mi pie. No me había percatado que estaba herido”.

Tras fallar, el surcoreano se alejó. Los que aún se encontraban adentro usaron su teléfono celular para llamar al 911 y pedir ayuda. “Aún no entiendo cómo alguien pudo hacer esto”, señalan los sobrevivientes.

Entre el momento en que mató a dos personas en un dormitorio de la universidad de Virginia y en el que asesinó a 30 más el lunes por la mañana, Cho Seung-Hui envió a la cadena de televisión NBC un paquete que incluía fotografías y videos de él. (Fotografías de AP

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