“EL TOREO”
Con la inauguración de la Monumental Plaza de Toros México (cinco de febrero de 1946), la Plaza de Toros “El Toreo” de la Condesa (1907–1946) cerró sus puertas después de 39 años de gloria y leyenda; se cierra el capítulo más brillante en el historial de la tauromaquia en México.
Fue el coso de la colonia Roma el escenario de los triunfos apoteósicos que dieron categoría de ídolo nacional a Rodolfo Gaona, el inolvidable Califa de León de los Aldamas. En este ruedo sembraron de fama sus nombres todos los diestros compatriotas que con su arte, su sangre y su vida dieron vigoroso prestigio a la fiesta brava, que precisamente por ser española es también muy mexicana, y que floreció en ese siglo con prestigios tan sólidos y limpios como los que iluminan las arenas de la madre patria.
En la Plaza del Toreo los aficionados capitalinos de esos tiempos fueron testigos de los enfrentamientos que tuvieron los diestros hispanos y aztecas, en los que afrontaron el peligro por conquistar los himnos de las ovaciones. Se menciona que únicamente estuvieron ausentes “Joselito”, Granero y “Varelito”, quienes no pudieron actuar y visitarnos por impedírselos el torbellino revolucionario que suspendió las corridas de toros en nuestro país.
El proyecto de la Plaza del Toreo se encomendó al arquitecto Alberto Robles Gil y la dirección de la obra quedó a cargo del ingeniero Eduardo Sabathé. El coso fue construido a partir de una estructura metálica y de concreto, razón por la cual se importaron 1,000 toneladas de acero estructural de Bélgica; se colocan en el sitio 800,000 tabiques y se aplican 3,500 barricas de cemento.
“El Toreo de la Condesa” tendría capacidad para 20,000 espectadores, mismos que se colocarían en cuarenta filas de gradería, ochenta y cinco palcos de contrabarrera y una amplia zona de lumbreras; el ruedo tendría un diámetro de 45 metros y la barrera que lo delimitaba, una altura de metro y medio.
Esta barrera tenía la particularidad de que sus tablas estaban colocadas en sentido vertical para evitar que al rematar en ellas los toros las sacaran de su lugar o se dañaran los pitones. Se menciona que los corrales tenían capacidad para contener holgadamente cinco encierros completos y que las fachadas exteriores de la plaza jamás fueron concluidas.
“El Toreo” fue inaugurado un 22 de septiembre de 1907 con un cartel en el que figuraba el torero hispano Manuel González “Rerre” quien otorgó la alternativa al nacional Agustín Velasco Fuentes “Mexicano” que despacharon cuatro toros de Tepeyahualco, y los novilleros Samuel Solís, Pascual Bueno y Jesús Tenes, también con novillos de la misma ganadería.
“El Toreo” funcionó en la colonia Condesa hasta el año de 1946, y en el cartel que cerró la historia y la existencia de esta plaza de toros se anunció para el 19 de mayo y se integró con un encierro de San Diego de los Padres, para Edmundo Zepeda, Andrés Blando y el colombiano Miguel López, que recibiría la alternativa.
Al final de la corrida, el matador de toros retirado Samuel Solís, participante de la corrida inaugural, daría cuenta de un becerro de la misma procedencia.
