El mandatario informó que su gobierno creará una corporación de cementos con las empresas nacionalizadas y el nuevo estará adscrito a la Vicepresidencia. (EFE)
El presidente Hugo Chávez calificó hoy como "irrespetuosos" e "irresponsables" a los directivos de la cementera mexicana Cemex, que su gobierno expropió a inicios de semana.
"No les importa contaminar gente, playa y vegetación y animales y todo. Lo de ellos es ganancia, dinero. Pero no para invertirlo aquí; para llevárselo, saqueando las riquezas del país y vendiendo el cemento más caro del mundo", dijo el gobernante a la televisora estatal durante una reunión de ministros en el palacio presidencial, al fustigar a la compañía mexicana.
Manifestó que "los irresponsables de Cemex, irresponsables, nunca invirtieron en tecnología. ¿Para qué?, para eliminar ese polvillo (la contaminación)".
Mientras se definen los términos de expropiación de la empresa, el ente regulador del mercado de capitales prorrogó hasta la semana próxima la suspensión de la venta de las acciones de la filial de Cemex.
La toma de la cementera que realizó el gobierno a inicios de semana, se dio en medio de fuertes diferencias con Cemex, la accionista mayoritaria de la compañía, que anunció en la víspera que acudirá al arbitraje del Banco Mundial para denunciar las acciones ilegales que se cometieron en la expropiación.
Chávez desestimó las críticas de organizaciones empresariales y opositores por la decisión.
El mandatario informó que su gobierno creará una corporación de cementos con las empresas nacionalizadas y el nuevo estará adscrito a la Vicepresidencia.
La Comisión Nacional de Valores (CNV) informó que amplió la paralización de la venta en la Bolsa de Valores de Caracas de los títulos de Cemex, que es la mayor cementera del país para permitir que los accionistas minoritarios tengan "claro conocimiento y perfecto alcance" de la expropiación. Los títulos no se venden desde el martes.
La CNV reactivó el miércoles las venta de las acciones de la Fábrica Nacional de Cementos de la francesa Lafarge, que fue paralizada por 24 horas después que los representantes de la empresa suscribieron un memorando de entendimiento para vender al gobierno 89% del paquete accionario de la compañía por 267 millones de dólares.
La holandesa Holcim también firmó un documento para transferir al Estado 85% de las acciones de su filial venezolana por 552 millones de dólares.
Con la nacionalización de Lafarge y Holcim y la expropiación de Cemex el gobierno aseguró el control de 90% de la producción de cemento del país, que sumado a la reciente toma de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) le garantiza al Estado el manejo de los principales insumos para la construcción.
Cemex informó el miércoles en un comunicado que la confiscación de sus activos representa una "violación flagrante" de la constitución de Venezuela y sus leyes de expropiación.
La empresa también dijo que la oferta de pago de 650 millones de dólares, que realizó el gobierno como compensación, es "significativamente" inferior al valor real de sus negocios en Venezuela.
El ministro de Energía, Rafael Ramírez, declaró a inicios de semana que Cemex estaba exigiendo un pago de 1.300 de dólares.
A partir del 20 de agosto entró en vigencia un decreto presidencial que delegó en manos de la corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) el manejo del proceso de expropiación de Cemex.
En el referido decreto se prevé la "adquisición forzada" de las acciones de Cemex Venezuela y de "sus empresas filiales y afiliadas, así como los derechos, bienes muebles e inmuebles, maquinarias, equipos industriales y de oficina y cualquier otro activo requerido para la actividad de producción, explotación, procesamiento, transporte y almacenamiento" de cemento.
Chávez informó que su gobierno está "a punto de llegar al acuerdo final" con el grupo internacional Ternium para pagarles el paquete mayoritario de acciones que tenían en la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), empresa que fue nacionalizada hace tres meses.