Como los antiguos alquimistas medievales que buscaban afanosamente la transmutación del plomo y otros metales en oro, científicos españoles han logrado dotar de nuevas propiedades magnéticas no presentes en la naturaleza al oro, plata y cobre, de acuerdo a un comunicado de Basque Research, sitio web de la investigación, desarrollo e innovación que se realiza en el País Vasco en España.
Un equipo internacional, liderado por dos grupos de Física y Química dirigido por el profesor Vasco José Javier Saiz Garitaonandia, ha conseguido, mediante un procedimiento químico controlado, que átomos de oro, plata y cobre (que intrínsecamente no son magnéticos. Es decir, que no son atraídos por un imán), se vuelvan magnéticos.
De acuerdo al experimento realizado y cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada en el ámbito de la nanotecnología, Nanoletters, el magnetismo aparece al disminuir el tamaño del material hasta dimensiones nanométricas y rodearlo de moléculas orgánicas previamente seleccionadas.
El magnetismo de estas nanopartículas es un magnetismo permanente (como el del hierro) que incluso a temperatura ambiente es muy significativo.
Este asombroso comportamiento no se ha obtenido únicamente en el oro (algo que ya se había apuntado como experimentalmente posible), sino que en el citado trabajo se muestra que nanopartículas de plata y cobre (cuyos átomos también son intrínsecamente no magnéticos) de 2 nanometros también son magnéticas a temperatura ambiente.
NANOPIONEROS
De acuerdo a los investigadores, el descubrimiento va más allá del mero hecho de convertir en magnéticos elementos no magnéticos.
Estas propiedades aparecen en partículas con tamaños más pequeños, nunca antes vistos en los elementos magnéticos clásicos. De hecho, se pueden considerar como los imanes más pequeños jamás conseguidos.
Además, dichas propiedades no ocurren únicamente a temperaturas bajas sino que se conservan, sin degradación aparente, a temperaturas muy por encima de la ambiente.
Este trabajo plantea nuevas preguntas relacionadas con los hasta ahora aceptados mecanismos físicos asociados al magnetismo y abre la puerta a interesantes aplicaciones todavía no descubiertas, algunas de ellas relacionadas con la utilización de nanopartículas magnéticas para el diagnostico y tratamiento de enfermedades.
A decir de los investigadores, este artículo está llamado a convertirse en un punto de no retorno para nuevas investigaciones en cuestiones básicas sobre el magnetismo.