Antes de suceder a Édgar Millán como comisionado de la Policía Federal, Víctor Gerardo Garay ya tenía vínculos con narcotraficantes y dejó escapar en varias ocasiones al capo Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, de acuerdo con testimonios de sus ex subordinados.
Coincidentemente, después de los operativos frustrados contra Beltrán, fueron asesinados en distintas fechas dos funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal: Roberto Velasco y Édgar Millán.
Según los testimonios, justo hace un año, Garay ordenó desmontar un operativo que organizó Velasco, director de Combate contra la Delincuencia Organizada de la Policía Federal, quien estaba listo para entrar a una mansión del Pedregal, donde se hallaba “El Barbas”.
La declaración ministerial del agente Fidel Hernández señala que, en diciembre de 2007, los efectivos de la PFP tenían rodeado un domicilio en la calle de Escarcha.
Sin embargo, aseguró Hernández, su jefe Garay les dio la indicación: “‘No, aguanten. Vamos a esperarnos más adelante’” y desmovilizó a los efectivos.
Velasco se molestó con Garay, de acuerdo con los testimonios, porque el repliegue permitió la huida de Beltrán. Fue ejecutado cinco meses después.
El 7 de mayo, Garay de nuevo dejó escapar a Beltrán durante un operativo en Morelos. Según declaró Bayardo, el dato de ubicación de “El Barbas” fue proporcionado a la Policía por Jesús “El Rey” Zambada, narco enemigo de los Beltrán.
Beltrán volvió a escapar, y horas después era asesinado Édgar Millán, comisionado de la PFP.
El Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, nombró a Garay como sucesor de Millán.