Alberto Capella Ibarra.
Servían comandantes para los Zambada o para los Beltrán Leyva, según indagatoria oficial.
La guerra interna de los narcotraficantes hizo que tomaran partido los jefes policiacos de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Conforme averiguaciones ministeriales a las que se tuvo acceso, mandos de ambas corporaciones se involucraron en los bandos opuestos del denominado Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con las indagatorias, los de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR, presuntamente se alinearon con los Hermanos Beltrán Leyva, mientras los de la Policía Federal se aliaron a los Zambada. Las acusaciones entre policías de ambas corporaciones han llevado a la captura o arraigo, hasta ahora, de siete mandos policiacos de la PGR, y unos 10 agentes, entre ellos los jefes de la SIEDO y la Interpol.
En tanto que en la SSP han sido detenidos seis mandos, entre ellos, el comisionado y jefe de operaciones especiales la PFP, el jefe antidrogas de la PFP, y el jefe de operaciones en el Aeropuerto del Distrito Federal.
Según la averiguación PGR/SIEDO/UEIDCS/359/2008, Jesús Zambada Reyes y Ricardo Flores Quintana, hijo e hijastro del capo Jesús Zambada García “El Rey”, declararon que su padre tenía comprados a jefes de la Policía Federal, por sumas que iban de los 205 mil a los 500 mil dólares bimestrales. La indagatoria menciona que mientras la PFP estaba bajo el mando de Gerardo Garay, hoy arraigado, sus comandantes intervenían los teléfonos de los Beltrán Leyva para informar a Zambada de sus movimientos. A la vez permitían que el hijastro de “El Rey” Zambada interrogara a los narcos rivales.
Zambada hijo declaró ante el Ministerio Público que su padre fue quien avisó a mandos de la PFP del paradero de Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, para que la noche del pasado 7 de mayo se montara un operativo en su búsqueda en la carretera Cuernavaca- Acapulco que a la postre resultó parcialmente fallido.
“El Barbas” logró escapar, pero nueve de los suyos fueron detenidos.
Otro operativo que se hizo con información de Zambada, según su hijo, fue el de la casa del Desierto de los Leones del pasado 19 de octubre, de donde escapó el colombiano Mauricio Harold Poveda, “El Conejo”, abastecedor de cocaína de los Beltrán, pero fueron detenidas 24 personas, once de ellas colombianas, un uruguayo y el resto mexicanos. Pero los Beltrán también tenían una eficiente cadena de informantes en el Gobierno, sobre todo en la SIEDO, según los testigos protegidos que declararon en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/241/2008.
Desde la Subprocuraduría, los Beltrán obtuvieron la lista con los nombres de los militares que participaron en la captura de Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”, ocurrida 21 de enero en Culiacán, señalan los testigos protegidos.
También consiguieron que la Coordinación Técnica de la SIEDO, que estaba a cargo de los hoy convictos Miguel Colorado y Fernando Rivera, no cumpliera con la orden de presentar y localizar a 11 personas sospechosas de estar en la nómina de los Beltrán.
Venganza pudo motivar ola de asesinatos en Tijuana
La ejecución de una mujer, presunta novia del jefe de sicarios del cártel de Sinaloa, Teodoro García Simental, “El Teo”, pudo haber desatado la ola de asesinatos del pasado fin de semana en Tijuana, que dejó un saldo 37 muertos, entre ellos tres niños y cinco policías locales, confirmó el procurador de Justicia en Baja California, Rommel Moreno.
Detalló que “la línea de investigación más fuerte” sobre las ejecuciones es la muerte de Karla Priscila Carrasco Agüero, de 25 años, quien recibió dos tiros calibre .9 milímetros el sábado pasado, en Ensenada.
La tarde de ayer, Alberto Capella Ibarra, ex presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California, fue relevado del cargo de secretario de Seguridad Pública de Tijuana.
En su lugar, el alcalde Jorge Ramos nombró al militar Julián Leyzaola, quien era director de la Policía.
En otro tema, la Procuraduría estatal confirmó que de los nueve decapitados del domingo, tres eran policías.