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Dos veces ‘Jesús’… de Iztapalapa

José Emmanuel Guillén Roldán, de 23 años de edad, se llena de orgullo al saber que un año más fue seleccionado como el Cristo de Iztapalapa.

Una de las celebraciones de Semana Santa más importantes en el Mundo está en un libro.

José Emmanuel Guillén Roldán, de 23 años de edad, se llena de orgullo al saber que un año más fue seleccionado como el Cristo de Iztapalapa. Una de las celebraciones de Semana Santa más importantes en el Mundo está en un libro.

Luis Alberto Medina El Siglo de Torreón-AEE

José Emanuel Guillén Roldán, el joven que representará por segunda ocasión a Cristo, dice que desde los 6 años quiso hacer ese papel.

Dos veces “El Cristo de Iztapalapa”. Dos veces flagelado, coronado con espinas y amarrado a la cruz… no clavado.

José Emmanuel Guillén Roldan, de 23 años de edad, está por cumplir dos veces un sueño: Representar a Jesús, el hijo de Dios en Iztapalapa.

Se llena de orgullo al saber que un año más fue seleccionado como Cristo. 30 personas se inscribieron para hacer el personaje. Ninguna cumplió los requisitos de capacidad de retención para los diálogos ni condición física adecuada.

Pero no fue fácil llegar a serlo. En dos ocasiones se quedó en el intento.

En 2005 y 2006 se inscribió. Lo rechazaron.

Dos años después repite el personaje. Antes, participó en la procesión cinco años como nazareno. Un año después fue el apóstol Tomás.

José Emmanuel estudia el sexto semestre de la carrera de Contaduría. No trabaja ni tiene novia.

Desde el pasado 14 de enero ensaya de lunes a viernes para representar al hijo de Dios.

Por las mañanas va al gimnasio. En la tarde sube al Cerro de la Estrella para practicar con una cruz de 65 kilos. 30 kilos menos de lo que pesará la cruz del calvario.

Guillén habla con AEE sobre la experiencia de representar en dos ocasiones al Nazareno.

¿Qué se siente ser El Cristo de Iztapalapa?

Es parte de la tradición de Iztapalapa. Yo nací con esto, lo tengo en la sangre. Afortunadamente tuve la oportunidad el año pasado y nuevamente este año. Es como un regalo para mí. Es algo muy bonito para mí. Yo desde los 6 años quise hacer el papel de Cristo. Tuve el sueño y la ilusión de representarlo. Es una experiencia muy bonita de muchos sentimientos encontrados, se me dificulta decirlo con palabras.

¿Por qué te nació representar a Jesús?

Es algo que tú quieres toda tu vida y no sabes si lo podrías obtener y lo obtuviste. Desde muy chico veía pasar al Cristo por la casa. Cuando era niño decía que quería ser él. Ahorita soy esa persona y quiero creer que los niños me ven pasar y digan: “Yo quiero salir de Cristo cuando sea grande”.

¿Duelen los chicotazos o azotes que recibes?

No son golpes dañinos, son parte de la representación. La gente que lo hace (que da los azotes) es parte de. Son azotes, con varas y chicotes. Y la corona de espinas lastima nomás. A lo mejor uno de tres (chicotazos) llega a doler. No es tanto el dolor. Te arde la piel. No sientes como agresión, pero es parte de. Lo doloroso es ver la vida como la estamos viviendo, ver lo que está pasando.

¿Cómo te preparas para representar a este personaje?

La preparación física empieza desde que soy seleccionado que es el 14 de enero. La preparación espiritual la traemos todos.

¿La preparación física, cómo es?

Por las mañanas asisto al gimnasio a fortalecer músculos. De lunes a viernes. Por las tardes voy al Cerro de la Estrella a cargar una cruz de 60 kilos o 65 kilos aproximadamente, no de 90 o 95 como es la de ese día (Viernes Santo). Es una hora de Vía Crucis (en que se carga la cruz). Con la cruz se practica de dos a tres horas diarias.

¿Qué nos puedes compartir de la representación de Jesús?

El sentimiento que yo traigo me dejó muchas cosas buenas, mucha reflexión. Claro, me refiero a que como que ya piensas un poco más las cosas y dices: ¿Para qué voy a hacerle daño a la gente?, ¿para qué voy a humillar, a menospreciar a los demás?, es lo que te cambia. Te das cuenta hasta qué punto hemos sido malos y perversos y lastimamos a la gente.

¿Que se siente representar a Jesús, qué nos puedes compartir?

En mi caso, que ya lo viví, es una concentración, estás entregado a la voluntad de Dios, porque él sabe si vas a poder o no. Por mucha preparación física que tengas, necesitas mucha fuerza de voluntad y mucha fe, más que nada para representar este papel. Es meditación y meditación. En algunas partes, como te mencionaba, de los niños, había momentos donde volteaba a ver a un niño y decía: Ahí estuve yo y ahora otro niño me está viendo. Como que empiezas a recorrer una cinta de tu vida de lo que hiciste y lo que estás haciendo.

Tradición por los siglos de los siglos…

Iztapalapa vive la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo desde 1943.

En ningún otro lugar de México los católicos se vuelcan en las calles a celebrar la crucifixión como lo hacen en los 8 pueblos de esta Delegación.

En ningún otro lugar se manifiesta la fe en forma colectiva como en Iztapalapa.

Los iztapalepenses recrean desde el siglo antepasado, a partir de libros, películas y programas, la Pasión de Cristo.

En 1994, para defender la tradición y preservar su arraigo, los lugareños formaron una Asociación Civil denominada: Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa.

“Es una tradición que nos ha dado arraigo e identidad a los iztapalapenses. Llevamos 165 años haciéndola de la misma manera, sin ningún patrocinio”, señaló Roberto Guillén, presidente del Comité Organizador.

Este grupo cuenta con 55 asociados y una mesa directiva de 9 personas que son los encargados de toda la organización de la Procesión en conjunto con las autoridades de la Delegación.

Ser uno de los actores principales de la Pasión, requiere de cumplir cinco puntos: Ser nativo de los ocho pueblos, católico, tener buena conducta o reputación, sin perforaciones, sin compromisos o solteros.

Detrás de la Pasión…

La organización para conmemorar la muerte de Jesús comienza al menos cuatro meses antes.

Desde noviembre se lanza la convocatoria a la comunidad para ser parte de la procesión. El primer domingo de enero, del año siguiente, son las inscripciones. El segundo domingo del mismo mes se hace la selección de personajes. Y a parir del tercer domingo empiezan los ensayos para la Semana Santa.

En la Pasión participan 150 personas con parlamento, es decir, con diálogos; 450 extras y 4 mil nazarenos. El costo de un traje de los personajes del Vía Crucis oscila entre mil 500 pesos a 9 mil pesos.

José Trinidad Guzmán Moscoso de 42 años de edad, es el diseñador de los vestuarios.

Trabajó once años en el taller de costura de Televisa confeccionado atuendos para novelas históricas como “El Vuelo del Águila” y “Alondra”.

Su experiencia le permite crear la imagen de los protagonistas de la Pasión.

“En el año 2000 el Comité me encargó el vestido de la Virgen María. Gustó y, a partir del año siguiente, tuve la oportunidad de diseñar y de hacerme cargo de todo el vestuario”, señaló en su testimonio otorgado al libro de Pasión en Iztapalapa.

El evento es visitado por alrededor de 2 millones de personas ese día en la Delegación.

El origen

Según la historia, narrada en el libro, en 1833 existió una epidemia de cólera que llegó a la demarcación por el puerto de Tampico, Tamaulipas. Venía de la India.

La enfermedad causó graves estragos en la Ciudad de México donde murieron miles de personas. No se sabe la cantidad aproximada de estos decesos. La epidemia sólo atacó a los adultos. Los jóvenes y niños eran inmunes.

Un grupo de niños y jóvenes fue al santuario del llamado “El Señor de la Cuevita” del lugar, para celebrar una misa e implorarle que acabara con la epidemia. Eso fue en septiembre de 1843. Para octubre de ese año se desterró la enfermedad. Los pobladores atribuyeron la cura al Santo.

A partir de ese momento decidieron celebrar anualmente una misa para quien consideran su protector. Pero también iniciaron, como símbolo de agradecimiento, la conmemoración que le daría la vuelta al mundo casi dos siglos después: La Pasión en Iztapalapa.

Fervor cristiano

La Delegación Iztapalapa, con alrededor de 2 millones de habitantes, consta de 16 pueblos de origen prehispánico o colonial que, a su vez, están divididos en barrios.

Uno de esos pueblos lleva el nombre de la misma Delegación que se divide en ocho barrios cristianos.

Estos son: La Asunción, San Ignacio, Santa Bárbara, San Lucas, San Pablo, San Miguel, San Pedro y San José.

Los episodios más importantes de este recorrido tienen lugar el Domingo de Ramos con la Procesión y la Bendición de las Palmas; el Jueves Santo en el Jardín Cuitláhuac y el Viernes Santo con la secuencia de la sentencia, los azotes y la coronación del Vía Crucis que culmina en el Cerro de la Estrella con la Crucifixión.

El Jueves Santo se lleva a cabo una procesión que alude a la visita de las siete casas, pero en realidad, se convierte en un recorrido por los ocho barrios que conforman el pueblo de Iztapalapa.

En este acto participan todos los personajes desde Cristo hasta los nazarenos. Por la noche se lleva a cabo la última cena en el Jardín Cuitláhuac bajo un escenario monumental decorado con columnas romanas.

El Viernes Santo es un día de luto. Es el único que no se celebra misa porque se recuerda la Crucifixión de Jesús que culmina en el Cerro de la Estrella.

El Sábado Santo se lleva a cabo la celebración cristiana más importante del año: La Vigilia Pascual, en honor a Cristo. Después viene el Domingo de Resurrección.

Cuando llega a su fin la Pasión de Iztapalapa, el Comité Organizador empieza la expectativa para la preparación de la celebración del año siguiente. Es un ciclo religioso que no se detiene… y no se detendrá.

Pasión en Iztapalapa ahora en libro

La Semana Santa en el Distrito Federal llegó acompañada de un libro en honor a la crucifixión de Jesucristo: “Pasión en Iztapalapa”.

Una pasión que toca los corazones de los creyentes; una pasión que es calificada como fanatismo por los escépticos.

Lo cierto es que el Vía Crucis que culmina en el Cerro de la Estrella con la crucifixión de Jesús, es el escenario de una de las celebraciones de Semana Santa más importantes en el Mundo. Y ahora está en un libro.

Es una crónica visual y escrita que conmemora la procesión del hijo de Dios al estilo de una comunidad que se entrega da en cuerpo y alma a esta celebración. Una tradición que llega a los 165 años en 2008.

Las imágenes plasman momentos emblemáticos de la Semana Santa. Desde el inicio del Domingo de Ramos al Sábado de Gloria con los personajes del Vía Crucis como Cristo, María, Judas, Pilatos, Verónica y los demás protagonistas de este pasaje en la historia de la humanidad.

Es un libro del Jerusalén Bíblico.

El material también explora las motivaciones, dificultades y triunfos que atraviesan 13 personajes clave de la Pasión, entre ellas José Emmanuel Guillén Roldán de 23 años de edad, que representa a “El Cristo de Iztapalapa”.

La escritora, Laura Emilia Pacheco, comparte su experiencia de haber consignado los testimonios de los participantes de la crucifixión.

“Descubrir qué hay detrás de cada historia cotidiana del Cristo, del judío errante, de María Magdalena, que son personas comunes y corrientes pero movidas por una fe a la que no estamos muy acostumbrados a ver.

“Casi ya no hay fe en nada. No hay fe en la política, en la felicidad. De repente ver ese brote de felicidad total, fue para mí lo más asombroso”, señaló en entrevista con AEE.

Al menos en el Distrito Federal, desde la semana pasada circula la edición en las librerías.

La elaboración del libro estuvo a cargo de Trilce Ediciones. Deborah Haltz y Juan Carlos Mena fueron los editores.

El texto fue escrito por Laura Emilia Pacheco. Los escritores Carlos Monsiváis y Juan Villoro, participaron con el epílogo y el prólogo respectivamente. Las imágenes fueron de ocho fotógrafos como Guillermo Soto, Jorge Pablo Aguinaco, Karel de Ángel, entre otros.

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Escrito en: Semana Santa

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