El primer ministro Fouad Siniora dijo ayer que los líderes libaneses llegaron al acuerdo de formar un Gobierno de unidad para dejar a Jezbolá y sus aliados en minoría. (EFE)
El primer ministro de Líbano, Fouad Siniora, anunció ayer la formación de un Gobierno de unidad nacional en el cual el movimiento chiíta Hezbola tendrá derecho de veto, según lo acordado por todas las facciones libanesas en mayo pasado.
La composición del nuevo Ejecutivo, que sigue a más de un año de crisis institucional en Líbano y violentos enfrentamientos, supone una victoria del grupo chií, que ahora podrá tener influencia en todas las decisiones gubernamentales.
El nuevo gabinete estará integrado por 30 ministros, 16 de los cuales serán de la mayoría parlamentaria, 11 de la oposición y tres adjudicados al libre albedrío del presidente Michel Suleiman, indicó un portavoz del Gobierno al dar cuenta del decreto presidencial.
Desde el palacio presidencial en Beirut, el primer ministro -de tendencia pro-occidental- anunció a la prensa la decisión de “resolver nuestras disputas a través de las instituciones democráticas y no a través de la fuerza”.
Siniora reiteró su compromiso de servir “a todos los libaneses”, aunque reconoció que los problemas de su país “no desaparecerán de la noche a la mañana”.
El acuerdo de Doha, alcanzado a finales de mayo pasado, supuso la primera vez en que todas las facciones llegaban a un acuerdo para poner fin a la violencia política, que se cobró la vida de más de 80 personas.
Ese acuerdo daba la presidencia, vacante desde el año anterior, al jefe del Ejército, Suleiman, un personaje de confianza para la oposición que lidera Hezbola y también para Siria.
El Gobierno sirio ha estado en los últimos años en el centro de los enfrentamientos entre los distintos grupos libaneses, unos porque apoyan la influencia de Damasco, como Hezbolah, y otros por pedir un país libre de “influencias extranjeras”.
Esos enfrentamientos llegaron a su punto más alto con el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri y después de otros políticos anti-sirios.
Según los acuerdos de Doha, el nuevo Gobierno tendrá como primera misión preparar y convocar elecciones democráticas libres en Líbano, lo que ocurrirá en 2009, según dijo Siniora el viernes.
En ese sentido, el actual Gobierno se comprometió en el acuerdo a dimitir después de las elecciones.
La celebración de comicios legislativos en Líbano no es un asunto fácil, porque el último censo data de hace varias décadas y se teme que de realizarlo ahora se descubra que la demografía haya cambiado a favor de los musulmanes chiítas y en contra de los cristianos.
Se reunirán presidentes de Líbano y Siria
Los presidentes del Líbano, Michel Sleiman, y de Siria, Bachar al Asad, se reunirán hoy en París junto al jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, y al emir de Qatar, el jeque Hamad bin Jalifa Al Zani, informaron ayer fuentes del Elíseo.
“Es un momento políticamente importante” ver a los dos gobernantes sentados a una misma mesa ante la prensa internacional junto al presidente de Francia y el emir de Qatar, agregaron las fuentes.
Los cuatro presidentes celebrarán un encuentro “de trabajo” y luego comparecerán ante la prensa en el Elíseo, en víspera de la cumbre de lanzamiento del proyecto de Unión por el Mediterráneo.
La confirmación pública de la reunión de los mandatarios libanés y sirio se produjo justo después de que se anunciara en Beirut la formación de un nuevo Gobierno de unidad nacional en el Líbano, conforme al acuerdo alcanzado el pasado mayo en Doha por los principales partidos libaneses para salir de la crisis política.
A finales del pasado mayo, después de la elección de Sleiman como presidente libanés, Sarkozy reanudó los contactos con el jefe de Estado sirio que había suspendido en diciembre ante la falta de cooperación de Damasco para desbloquear la crisis política en el Líbano.
