El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y el Museo del Ferrocarril de Madrid, España dan a conocer el viaje que 454 niños españoles realizaron el siete de junio de 1937 hacia tierras mexicanas.
Exhiben primeras imágenes de niños españoles exiliados durante la dictadura de Franco.
El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y el Museo del Ferrocarril de Madrid, España, muestran por primera vez un archivo fotográfico titulado Las Vías del Exilio. Niños de Morelia: Un Éxodo a México, integrada por cien imágenes en blanco y negro, así como 50 piezas de colección.
Esta serie de instantáneas reproduce el viaje que 454 niños españoles realizaron el siete de junio de 1937 hacia tierras mexicanas, muchos de ellos no volvieron a España. Sus testimonios nos permiten hoy reconstruir parte de la historia de una generación que sufrió los horrores de la guerra y el desarraigo.
Entre las piezas de colección figuran mobiliario médico, maletas, herramientas que los niños ocupaban en los talleres de herrería, carpintería y costura, sillones y bancas de estación, entre otras.
Para ubicar estas piezas en el contexto histórico, cabe mencionar que México fue uno de los países que mayor número de refugiados españoles recibió durante la dictadura de Francisco Franco.
Procedentes de Madrid, Valencia, Extremadura y Andalucía, estos niños (163 niñas y 291 niños) con edades comprendidas entre los tres y los 16 años, casi todos hijos de familia de clase obrera, partieron de la estación del ferrocarril de Barcelona rumbo al exilio, su destino era México.
En ese momento el gobierno mexicano era encabezado por el presidente Lázaro Cárdenas y su esposa Amalia Solórzano, quienes mostraron desde el primer momento interés por los niños que viajaron a bordo del barco “Mexique”, desde Burdeos hasta el Puerto de Veracruz.
La mayoría de estos niños provenían de zonas que habían sido ocupadas por los franquistas, de núcleos rurales en los que pasaban hambre y miedo a la represión, o de grandes ciudades que estaban siendo bombardeadas indiscriminadamente, donde la escasez de alimentos era importante y morían niños cada día.
Tensión, pánico y desarraigo
No es difícil imaginar el clima de tensión y pánico que se vivía en esas ciudades, lo que, sumado al hambre que se padecía como consecuencia del desabastecimiento y las enfermedades, hacían peligrar a la población infantil. Esto llevó a muchos padres a tomar la decisión de desprenderse de aquello que más querían: sus hijos.
El ferrocarril forma parte importante de esta historia, ya que este medio de transporte hace el papel de hilo conductor entre la vida pasada y la futura de los niños, además de ser el motor de sus recuerdos infantiles, que les acompañaron en su largo viaje hacia el desarraigo.
Más de 30 años tuvieron que pasar para que los llamados “Niños de Morelia” pudieran regresar a su país, tristemente ya no lo reconocieron, ya no quedaba nadie a quién recordar, los paisajes se habían difuminado en las simas profundas de su memoria y de su familia no les quedaba nadie.
Junto a su valor histórico, la exposición Las Vías del Exilio. Niños de Morelia: Un Éxodo a México aporta un gran componente emocional y es un homenaje a los llamados “Niños de Morelia”.
Las fotografías forman parte del acervo del Archivo General de la Nación, el Archivo General de la Guerra Civil Española Salamanca, España, el archivo fotográfico del Museo del Ferrocarril de Madrid y La Fototeca del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero.