OBSERVAN. Cada ave que está en exhibición parece que tiene vida.
Al visitar el Museo de las Aves las personas tienen contacto con su hábitat y descubren diversidad de colores que éstas poseen.
Historia
El museo está en un edificio que está desde el siglo XIX. Fue un hospicio para niños atendido por sacerdotes. Aún conserva su estructura, es un lugar bien cuidado que conserva su historia. El Museo de las Aves de México se inauguró el 15 de noviembre de 1993. Su fundación se logró gracias al apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila y a la generosa donación que hizo el señor Aldegundo Garza de León de su colección formada a lo largo de 50 años, misma que hoy en día continúa incrementándose. En su interior, el Museo de las Aves alberga a la mayoría de las especies de aves que se reproducen y residen de manera permanente, así como aquellas que visitan México como parte de su ruta migratoria.
Aves mexicanas
Los visitantes reciben un paseo interactivo por entre las cinco salas que lo componen, estableciéndose un diálogo directo entre el visitante, niños guías y las aves, cumpliendo de esta manera con el objetivo para el cual ha sido fundado, mostrar el sorprendente mundo de las aves de México. Actualmente el Museo cuenta con dos importantes reservas naturales en donde desarrolla proyectos encaminados a la conservación de avifauna endémica al noreste de México.
Aprender y divertirse
“Son cinco salas de exhibición: El origen de las aves, Características, Aves migratorias, Sala Coahuila y Sala fin de milenio. También hay un salón donde se realiza la taxidermia, es donde se disecan todas las aves y el área educativa, en el cual se ofrecen talleres, a veces se proyectan videos educativos para preservar la ecología”, explicó la coordinadora de comunicación Militza García. Las actividades son encaminadas a niños de escuelas primarias y secundarias, las visitas de instituciones educativas se agendan y se prepara con tiempo el taller y proyecciones de acuerdo a la edad. También hay cursos de verano, los sábados hay talleres abiertos, donde los padres pueden participar con sus hijos, como hacer comederos para las aves, hacer vitrales, gorras, “es un momento de entretenimientos, creatividad, de tenerlos en contacto con la naturaleza”, finalizó.