NUESTRA SALUD MENTAL
ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(QUINCUAGÉSIMA PARTE)
Diagnosticar los diferentes problemas que presente el chico o la chica con TDAH en el área académica, representa definitivamente una ayuda fundamental en lo que se refiere a la vida futura del paciente. Por lo mismo, se deben detectar tales dificultades en el proceso del aprendizaje lo más temprano posible, de manera que sea posible trabajar en equipo con el personal de las escuelas o los colegios como se mencionaba la semana pasada, con miras a ayudar a estos pacientes con las herramientas más prácticas y accesibles en cada uno de los casos, ya sea en cuanto a la institución escolar, como en lo que respecta a la familia en el hogar. Existen algunas variantes que encontramos al hacer la evaluación clínica de estos chicos y chicas, y que naturalmente, debemos tomar en consideración para ayudarles en lo relativo a un adecuado y completo programa de tratamiento.
En muchos de estos casos, conforme estos chicos han avanzado en las diferentes etapas de su educación, es posible detectar un nivel de atraso importante en ciertas materias específicas debido precisamente tanto a su hiperactividad, como a los problemas que presentan en lo referente a la atención y la concentración. Para ayudarlos, se requiere idealmente de una buena y muy completa valoración académica de parte de sus maestros y de la institución a la que pertenecen, de modo que sea posible detectar las fallas y el nivel de atraso específicos para cada individuo. Gracias a ello, se podrán manejar entonces una serie de sesiones de asesoría académica extraescolar que serán necesarias para ponerlos al corriente, lo cual podría lograrse en períodos de tiempo extra ya sea con sus mismos maestros o maestras, o con otros profesionales por fuera de la escuela. Este tipo de asesoría se puede llevar a cabo durante el mismo año escolar en horarios fuera de clases, ya sea por las tardes cuando el o la estudiante pertenece al turno matutino, o mismo en los fines de semana; pero igualmente se puede programar durante los diferentes períodos de vacaciones, que como todos sabemos son muy numerosos y frecuentes en nuestro país. Este tipo de asesoría suele ser más fácil y accesible para los niños durante la primaria. Desgraciadamente, conforme estos chicos y chicas entran y avanzan en la adolescencia, los programas de asesoría académica extraescolar suelen convertirse en un problema importante tanto para el personal académico como para los padres, debido a la resistencia que presentan los chicos de estas edades, generalmente con mucha reticencia para aceptar y mucho menos asistir a clases extra y sacrificar ese tiempo que suelen reservar para sus relaciones y sus actividades sociales, deportivas, de juego o simplemente de ocio. Pero además, tampoco es fácil encontrar maestros que quieran trabajar con este tipo de adolescentes, debido a sus características y a las dificultades que plantean. Es así, como esta recomendación se convierte en un reto bastante difícil, que obliga a que los padres, el personal escolar y el terapeuta tengan que trabajar como equipo en cada caso específico para encontrar estrategias especiales que ayuden a estos chicos a superar tales resistencias.
Por otro lado, ya se ha comentado en columnas anteriores el hecho de que un porcentaje de estos chicos presentan conjuntamente trastornos del aprendizaje, lo cual añade otras dimensiones en lo que se refiere a la valoración de cada caso, así como a las medidas de tratamiento que se requieren. Me refiero entonces a los chicos que presentan trastornos del lenguaje, del aprendizaje y de la comunicación en general, trastornos cuya presencia es verdaderamente esencial enfatizar, ya que con tanta frecuencia suelen pasar desapercibidos, puesto que en ellos lo que más llama la atención y “hace ruido”, son sin duda alguna sus problemas de conducta, su hiperactividad, su impulsividad y su desorden en los salones de clase o fuera de ellos. Incluso en tantas ocasiones, ni siquiera se toman en cuenta o se valoran adecuadamente las limitaciones tan importantes que presentan en lo que se refiere a su capacidad de atención y de concentración, y desgraciadamente algo parecido sucede en lo referente a los problemas que presentan en el área del aprendizaje y de la comunicación, que fácilmente pasan desapercibidas, y a la larga se reflejarán en consecuencias serias a lo largo de su desarrollo académico. Es sorprendente y a la vez interesante para quienes trabajamos en los niveles de educación profesional, encontrar un buen número de estudiantes que presentan todavía trastornos del lenguaje o del aprendizaje, sea escritura o lectura en diferentes grados, y que naturalmente limitan en forma importante no sólo su desempeño académico, sino también el emocional (Continuará).