El presidente nacional electo del PRD, Jesús Ortega, reconoce que durante los últimos ocho meses, tras la elección interna del 16 de marzo, se generaron odios y actitudes “fundamentalistas”. (Archivo)
La confrontación interna –con posiciones irreconciliables entre sus tribus tras ocho meses de disputa por la dirigencia nacional- ha provocado que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pierda 42% de los electores que votaron por el perredismo en las elecciones presidenciales de 2006.
Además, tras el conflicto interno la dirigencia nacional del PRD analiza información que advierte que en las elecciones para diputados federales perdería –sin una alianza con PT y Convergencia- hasta 19 puntos porcentuales con respecto a 2006.
Estimaciones en poder de las Secretarías de Formación Política y de Elecciones del PRD hacen notar que el Sol Azteca, con Andrés Manuel López Obrador, como su candidato en 2006 ha perdido 42% de los electores y que el ex candidato presidencial tiene un rechazo de hasta 50%.
En la elección de diputados federales en 2006 la Coalición por el Bien de Todos obtuvo 30% del total de votos, de los cuales 12% fueron para PT y Convergencia, y 18% para el PRD, y hoy además del rechazo de estos dos partidos a ir a una alianza en 2009 tiene una baja adicional de entre 5 y 7% lo que lo ubicaría con apenas 12% de otos.
Jesús Ortega, presidente nacional electo del PRD, reconoce que durante los últimos ocho meses, tras la elección interna del 16 de marzo, se generaron odios y actitudes “fundamentalistas”. Acepta que nadie gana con esta confrontación.
Ricardo Ruiz, el hombre más cercano a Alejandro Encinas, resume:
“El perdedor es el PRD y la izquierda en su conjunto, más que una fracción o una corriente es el partido. La imagen del perredismo se ha deteriorado y el desenlace de la elección interna refleja eso, la división”.