La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) documentó que la banda que secuestró y asesinó al joven Fernando Martí Haik está integrada por policías de varias corporaciones del país, y que utilizan sus cargos para obtener información privilegiada y escoger a sus víctimas.
Según el expediente del caso, las autoridades judiciales capitalinas lograron sustentar que el asesinato de Fernando Martí es un caso de delincuencia organizada, y que los dos policías detenidos hasta ahora como probables responsables, forman parte de una red criminal. Ambos agentes judiciales y un vendedor de celulares están arraigados.
La investigación de la Fiscalía para la Seguridad de las Personas e Instituciones de la Procuraduría del DF detalla que los policías obtienen información de primera mano de las bases de datos, acerca de los domicilios, centros de trabajo y actividades de sus probables víctimas, a quienes llaman por teléfono para atemorizarlas haciéndoles saber que conocen sus movimientos.
En el expediente, al que EL UNIVERSAL tuvo acceso, la PGJDF detalla que el comandante de la Policía Judicial capitalina, José Luis Romero Ángel, quien fue arraigado por 90 días por su probable relación con el secuestro de Fernando Martí, solicitó por oficio información a la Dirección General de Estadística y Política Criminal, de un promotor de una casa de cambio, Ángel Orozco Huidobro, quien días después fue secuestrado.
Este joven secuestrado el 5 de mayo de 2007 declaró, una vez que fue liberado, que el día de su secuestro lo sorprendieron cuatro hombres en una patrulla de la Policía Judicial del Distrito Federal.
Su padre, Ángel Orozco Zavala, relató a las autoridades ministeriales que tres días después del secuestro de su hijo, el 8 de mayo, recibió una llamada de un hombre que le informó del secuestro y le pedía 2 millones de dólares para su liberación.
Otra línea de investigación señala que el policía judicial Fernando Hernández Santoyo fue quien hizo firmar a su comandante este oficio para pedir la información.
Por ello, el policía Hernández Santoyo, adscrito al grupo F63 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), había dejado de ir a trabajar hasta que el lunes por la tarde fue detenido en su domicilio, ubicado en la delegación Gustavo A. Madero.
Modos de operar idénticos
Otro de los casos que se ligan en esta investigación es el secuestro de los hermanos Alexis y Adriana Águila Avalos, ocurrido el 8 de mayo de 2002, por quienes pidieron 2 millones de dólares y la familia entregó 2 millones 400 mil pesos como rescate.
Los hermanos señalan a un hombre con barba de candado como uno de los secuestradores que la Procuraduría capitalina presume puede ser el policía judicial Fernando Hernández Santoyo.
Estos plagios, junto con el del promotor de la casa de cambio y el del menor de la familia Martí, se realizaron con el mismo modus operandi: las víctimas son hijos de familias adineradas; el rescate se pide en dólares y en los tres se hace alusión a patrullas de la Policía Judicial involucradas en el plagio.
La Procuraduría General de la República (PGR) ha intercambiado información de la organización la Banda de la Flor con la Procuraduría capitalina para esclarecer el secuestro y muerte de Fernando Martí.