Disfruta Alejandra Ley la época navideña con su hija María Fernanda. (El Universal)
Hubo algo que durante cinco años la cantante y actriz Alejandra Ley odió de la Navidad... No fueron los regalos siempre anhelados y nunca cumplidos por Santa ni las estridentes luces que deslumbran por doquier; es más, ni siquiera es algo típico de estas fechas, pero sí un platillo que su madre siempre ha puesto sobre la mesa de la noche buena: los ravioles.
Fue una cena en la que Alejandra comió tantas piezas de esta pasta rellena, que terminó con una indigestión tal, que no volvió a probarlos por largo tiempo. Hace apenas un par de años decidió retomar su gusto por este manjar, pero sin exceso. Para Ley, además de disfrutar de la comida, la Navidad se ha convertido en un festejo divertido desde que nació su pequeña María Fernanda.
“Eso de ser asistente de Santaclós y recopilarle información sobre qué quiere mi hija de regalo es difícil, pero es hermoso ver cómo ella se maravilla con las lucecitas y los adornos”, compartió la actriz.
Siguiendo la tradición de su mamá, Marifer gusta de los disfraces y los maquillajes, por lo que este año, además del disfraz de estrella que lució en la pastorela de su escuela, también tiene uno de reno, con el que bromea cuando salen de paseo.
“Cuando la llevo a la tienda y pasa el clásico carrito de tamales que dice ‘¡tamales oaxaqueños…!’, yo le digo: ‘Fernanda, contéstale ¡yo soy María Fernanda, el reno navideño!’, y como me hace caso a todo, lo repite y es divertido”, contó Ley.
La actriz considera que vivir la magia de estas fechas es muy bonito, pero reconoce que además de pedir la casa o el coche de los sueños a Santa, la gente también debería ser consciente de cuidar su propio cuerpo, “porque no sólo se trata de comer sano, no beber, ni esas cosas, también de no hacerte daño, no hacer corajes y tener fuerza de voluntad para llegar a nuestros objetivos”.
