Damián Alcázar forma parte del puñado de mexicanos que participó en Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian. (El Universal)
Cuando este mes llegue a la pantalla grande Las crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian, piense que un grupo de mexicanos participó haciendo efectos visuales del filme hollywoodense.
Durante dos meses, cerca de 20 connacionales trabajaron en un estudio de la colonia San Pedro de los Pinos, al sur del Distrito Federal, para darle vida al Hag, una criatura malvada que intenta persuadir a Caspian para despertar a la bruja blanca.
La tarea estuvo a cargo de Studio C México, comandado por Carlos Argüello, de origen guatemalteco. “El rostro del Hag fue hecho totalmente digital, se había filmado con maquillaje, pensaron que iba a servir, al final vieron que no y entonces nos tocó hacer todo eso a nosotros, el rostro se reemplazó totalmente”, cuenta Argüello.
Los efectos visuales, al contrario de los especiales, son todos aquellos que se realizan con programas de computadora.
Omar Molina fue uno de los mexicanos que trabajaban cerca de 20 horas diarias para terminar. En total se hicieron 40 efectos visuales, que en pantalla durarán, cada uno, entre tres y cuatro segundos. “Había que pasar por cosas como considerar el movimiento del rostro y encontrarle solución.
“La iluminación, por ejemplo, debía quedar con todo, se tenía que recrear con cámara virtual lo que se había filmado con cámara real”, relata. Crónicas de Narnia: príncipe Caspian, producida por los Estudios Disney, está basada en la novela homónina del irlandés C.S Lewis.
Retoma la historia de los hermanos Pevensie, quienes vuelven a Narnia, donde han pasado más de mil 300 años desde su última visita. La edad de oro de la tierra mágica ha terminado y los telmarianos han conquistado la ciudad, que ahora está dominada por el malvado rey Míraz.
Los cuatro niños descubren a un nuevo personaje, el joven príncipe Caspian, quien es legítimo heredero al trono.
La gente de Studio C México debía coordinarse con Inglaterra, donde se encontraba el director de producción y Nueva Zelanda, país en el que estaba el director.
Los diferentes usos de horarios hacían más difícil la tarea, pues si en México era el mediodía, en Londres eran las siete de la noche y en Wellington las siete de la mañana del día siguiente.
En la segunda parte de Narnia, el actor Damián Alcázar puso también su granito de arena, al dar vida a Lord Pespian, que lucha contra la tiranía del reino fantástico.