Es un multimillonario magnate empresarial, informático y filántropo estadounidense, cofundador de la empresa de software Microsoft, al lado del fallecido Paul Allen. (ARCHIVO)
William Henry Gates III, mejor conocido como Bill Gates, es un multimillonario magnate empresarial, informático y filántropo estadounidense, cofundador de la empresa de software Microsoft, al lado del fallecido Paul Allen.
Nació el 28 de octubre de 1955 en Seattle, Washington, Estados Unidos, por lo que este jueves celebra 66 años de vida.
A pesar de ser uno de los hombres más ricos del mundo, Bill Gates, el presidente del imperio informático Microsoft, no ha perdido el gusto de disfrutar el lado humano de la vida y muestra de ello son las importantes sumas de dinero que destina a obras benéficas y el placer que le proporciona pasar largas temporadas en el Caribe, al lado de su esposa Melinda y de sus hijos.
Los primeros años de Bill se caracterizaron por la timidez del chico y sus malas calificaciones en la escuela. William Gates, padre de Bill, ha dicho que el hombre que a los 31 años ganó su primer millón de dólares, cuando era niño era muy poco atrevido, incluso con las chicas: "Aún recuerdo cómo sufrió durante dos semanas completas sin poder invitar a alguien al baile de graduación de secundaria. No dormía y comía escasamente. Cuando se decidió a invitar a una compañera, ésta ya había aceptado ir con otro muchacho". Hoy difícilmente alguien se negaría a bailar con él.
En cuanto a la escuela, fue el propio Bill que declaró a su biógrafo Douglas Emerson su deficiencia: "Mis padres nos daban a mi hermana y a mí 25 dólares por cada nota sobresaliente que sacáramos. Ella siempre ganaba más".
Debido a su rebeldía, a los 13 años sus padres lo enviaron a Lakeside School, donde le aplicaron un método académico tanto dinámico como riguroso, a través de profesores efectivos que imponen a los alumnos la total responsabilidad en el estudio. Allí entró en contacto con la primera computadora y descubrió al genio que lleva dentro.
Desde ese momento, comenzó a trabajar con los lenguajes de programación con los que se obsesionó.
Ahora, a sus 66 años, Bill es un tipo vital y positivo, no le preocupa la edad y cree en la suerte, pero, afirma que hay que mimarla.
Alto y delgado, proyecta la imagen de un hombre preocupado por su físico y su sello es la elegancia: posee la mayor colección de trajes y corbatas del mundo.
Pero no sólo cuida de su aspecto. En su parte humana, siempre está bien informado y cuando tiene que actuar lo hace.