Ceremonia. La reina Isabell II de Inglaterra acompaña al presidente de México, Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala durante la ceremonia de bienvenida en Londres.
Destaca el presidente el decomiso de casi 30 mil armas en su administración.
México, df.- El trabajo conjunto entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico no implica, ni implicaría, la participación conjunta de sus ejércitos en una operación conjunta, sostuvo el presidente Felipe Calderón ante la situación de violencia que vive la frontera, como lo denunció el mandatario norteamericano Barack Obama.
Hay muchas formas para trabajar juntos, como el intercambio de información, inteligencia, transferencia de tecnología y equipo, además de frenar el consumo de drogas, propuso.
En su primer día en esta visita de Estado, Calderón aseguró que, tanto él como Obama, más que buscar culpables o confrontar posiciones, comparten la idea de un trabajo conjunto, pero en donde tampoco se prevé ni se contempla la participación conjunta de elementos de las fuerzas públicas.
El domingo, el presidente Barack Obama indicó que algunas ciudades de la frontera están amenazadas de manera grave por la operación de bandas delincuenciales dedicadas al narcotráfico e incluso comparó la lucha que emprendió el presidente Felipe Calderón con la que llevó a cabo Elliot Ness -policía de Chicago- en contra del tráfico de alcohol.
Sin embargo, el mandatario mexicano, quien al inicio esbozó una sonrisa cuando se le pidió una opinión sobre el tema, optó por no abordarlo: "La verdad, no quisiera abundar en ese comentario".
Calderón y el primer ministro Gordon Brown ofrecieron un mensaje y una conferencia en donde el mandatario mexicano subrayó dos causas de la violencia en la frontera: el consumo de drogas en Norteamérica y las modificaciones a leyes de ese país que permiten la venta libre de armas.
A la fecha, ejemplificó, el Gobierno mexicano "ha decomisado casi 30 mil armas, la mitad de ellas rifles de asalto y más del 90 por ciento de esas armas han sido compradas en Estados Unidos".
Al reconocer que nuestro país enfrenta un grave problema con la violencia en ciudades fronterizas y que el gobierno de Obama "muestra una voluntad clara de hacer su parte", Calderón dijo:
"Ciertamente lo que ocurre en México por supuesto que tiene que ver con el hecho de que nuestra frontera es la frontera con el mercado de drogas más grande del mundo y con el principal productor y vendedor de armas del mundo. De tal manera que sí debemos trabajar juntos, pero eso no implica ni implicaría tampoco la participación conjunta de operativos de carácter militar o incluso participación conjunta de elementos de fuerza pública".
NO TENGO PROBLEMAS CON PARTIDOS
A Calderón también se le planteó el hecho de que sigan pendientes en el Congreso mexicano leyes por aprobar en materia de seguridad y si ello implicaba problemas con el PRI:
"Ciertamente he propuesto otras legislaciones que serán útiles como la Ley en materia de narcomenudeo o las leyes orgánicas de la SSP y la PGR.
"Estoy seguro que con toda responsabilidad el Congreso tomará sus deliberaciones y determinaciones".
Aprovechó para aclarar que no tiene conflictos con ninguna fuerza política: "No tengo, además, ningún problema con ningún partido o grupo político (...)", dijo.
Recibe Isabel II a Calderón
LOURDES LUGO EL SIGLO DE TORREÓN
La tradición real envolvió el primer día de la visita de Estado del presidente Felipe Calderón a Inglaterra, donde la reina Isabel II le dio la bienvenida al Reino Unido y por la noche le ofreció una cena en su honor.
La reina Isabel II tiene máximo dos reuniones de Estado al año, y la de ayer con el mandatario mexicano es la primera y única que estaría prevista en este 2009.
A las 12:15 horas inició el acto en la explanada de la Caballería de la Guardia Real, con un clima de 14 grados centígrados bajo los rayos del Sol que salió ayer, después de varios días nublados en la capital inglesa.
El protocolo de bienvenida inició con el desfile de los guardias reales con sus características casacas rojas y cascos negros, altos, forrados de piel de oso, seguidos de la milicia montada con vistosos caballos conocidos como "de sangre cálida" de origen irlandés, que son cuidadosamente seleccionados porque su temperamento tranquilo y juventud les permite estar mucho tiempo en espera. En el lugar se escuchó la banda militar de Inglaterra que entonó una melodía tradicional escocesa con la música de viento de las gaitas y después la canción "Yesterday" del popular cuarteto de Liverpool, "The Beatles".
Después mientras se tocaba el Himno Nacional Británico bajó de un auto Bentley la reina Isabel II acompañada de su esposo Felipe, duque de Edimburgo; ella lucía un vestido en tono rosa fucsia que hacía juego con un delicado sombrero pequeño.
Al lugar, llegaron el presidente Felipe Calderón, que portaba un traje y un abrigo en color negro; al lado de él estaba su esposa Margarita Zavala, que para la ocasión vistió un vestido azul oscuro con abrigo y sombrero negro.
Todo estaba listo para el saludo real que consistió en 41 cañonazos que provenían de la Compañía de la Tropa del Rey y el otro de la Torre de Londres, a la vez la banda militar británica de nuevo interpretaba el Himno Nacional Mexicano; después Felipe Calderón y Felipe, duque de York, pasaron revista al conjunto militar.
Las campanas del edificio del Almirantazo, que está frente a la explanada, empezaron a tañer, y se alzaron las banderas de México y la del Regimiento de Guardia Montada, con lo que cerró la ceremonia que duró 15 minutos.
La reina Isabel II y el presidente Felipe Calderón partieron en una elegante carroza negra, cubierta, seguida por un vehículo similar que abordaron el príncipe Felipe y Margarita Zavala; hubo cinco carruajes más con los invitados especiales.
En la residencia oficial de la monarca intercambiaron obsequios, la reina le regaló a Calderón Hinojosa el libro "1984" del escritor británico George Orwell, considerada una obra maestra de la literatura antitotalitaria; además de una fotografía de ella y el príncipe Felipe; a Margarita le entregó una caja de plata con el emblema de la Casa Real.
El presidente de México le regaló a la reina una bandeja de maqué, artesanía típica de Michoacán, su estado natal; y al duque de Edimburgo un cofre de madera de Olinalá, de artesanos guerrerenses. Sin discursos, sólo con el emblemático ritual de la Corona Inglesa para jefes de Estado arrancó una semana de acercamiento entre México y el Reino Unido.
A las 20:30 horas de Londres, en el Salón de Valses, o de Baile, del imponente Palacio de Buckingham inició la cena en honor del Presidente de México, quien junto con la reina Isabel II, encabezaron el banquete para 171 comensales. En su discurso la reina Isabel II destacó los avances de la relación bilateral, el papel de México en el mundo y se refirió a las aportaciones británicas a México como la introducción del futbol.
El mandatario mexicano reconoció los logros de Inglaterra en diferentes campos de la ciencia, las artes y la política; habló del papel que el país busca como interlocutor de América Latina para el mundo.
En ese ambiente fastuoso, en el histórico Palacio de Buckingham, México e Inglaterra departieron y brindaron por los mejores deseos de una relación amistosa y más sólida entre ambas naciones.