
Accidente. Vista del interior de la central hidroeléctrica Sayano-Shushénskaya. EFE
MOSCÚ, RUSIA.- Los buzos inspeccionaban ayer las aguas arremolinadas y los cuartos cavernosos inundados de la mayor planta hidroeléctrica rusa pese a que los propietarios consideraron dudoso que alguno de los 64 trabajadores desaparecidos tras un accidente pudieran ser hallados con vida.
El accidente ocurrido el lunes, que mató a otros 12 obreros, paralizó la enorme planta de energía Sayano-Shushenskaya en el Sur de Siberia y privó a varios pueblos y fábricas importantes de suministro eléctrico. La planta abastece el 10% de las necesidades energéticas de Siberia.
Dos trabajadores fueron hallados con vida el lunes dentro de la estructura inundada, dijo el director interino de RusHydro, Vasily Zubakin, según la prensa, pero se desvanecía la esperanza de encontrar a salvo a los 64 todavía desaparecidos.
"Cada hora que pasa hay cada vez menos esperanza de que encontremos a alguien con vida", dijo el vocero de RusHydro, Yevgeny Druzykaka.
Los investigadores federales dijeron que una explosión destruyó muros y el techo de una sala de máquinas donde están las turbinas y provocó su inundación. Una de las 10 turbinas de la planta resultó destruida totalmente, 2 quedaron parcialmente destruidas y 3 dañadas.
La represa de la planta, una enorme estructura que se extiende un kilómetro a lo largo del río Yenisei, no resultó dañada, y los pueblos río abajo no corrían peligro, dijo el ministro de situaciones de emergencia Serguei Shoigu.