Descanse en paz. Guillermo Schulenburg Prado, ex abad de la Basílica de Guadalupe, falleció ayer a los 93 años de edad en un hospital del DF. EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- A los 93 años de edad murió ayer Guillermo Shulenburg Prado, abad emérito de la Basílica de Guadalupe, quien el 24 de mayo de 1996 declaró a la revista italiana "30 Giorni", que la existencia de Juan Diego era "un símbolo y no una realidad''; además aseguró que la imagen de la Virgen de Guadalupe era "producto de una mano indígena y no de un milagro''.
Al conocerse el fallecimiento de quien fue el responsable de la edificación de la nueva Basílica de Guadalupe, el cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, lamentó lo ocurrido y pidió a los fieles católicos "elevar una plegaria al Señor y a la Santísima Virgen de Guadalupe, por el eterno descanso de su alma".
A unas horas de que se supo del deceso ocurrido en un hospital de la Ciudad de México, la Arquidiócesis de México dio a conocer que hoy se realizará un par de misas. La primera a las 9 de la mañana que encabezará el cardenal Norberto Rivera; mientras que la segunda a las 5 de la tarde, una vez que el cuerpo de Schulenburg haya sido cremado.
Será precisamente en la Basílica de Guadalupe, que Schulenburg dirigió más de 33 años, donde sus restos descansarán en una cripta.
Con esas ceremonias religiosas el cardenal Norberto Rivera y el rector de la Basílica, Diego Monrroy, despedirán a quien desató la polémica tras cuestionar la existencia de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe.
Por esos días de mayo de 1996, se había iniciado el proceso para suplir al abad de su cargo debido a que había cumplido los 75 años, pero él se negaba a dejar ese nombramiento, bajo el argumento de que había sido concedido por el Papa Juan XXIII. En ese contexto fue que Schulenburg hizo esas declaraciones en torno a la existencia de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, lo que le provocó la animadversión no sólo de la cúpula religiosa sino también de los feligreses mexicanos.
El 6 de septiembre de 1996, Guillermo Schulenburg, abad de la Basílica de Guadalupe anunció que abandonaría su cargo el 31 de octubre. Ese 6 de septiembre se convirtió en el último hombre que ocupó ese puesto desde 1751. Al mismo tiempo de su retiro recibió el cargo de abad emérito de principal santuario mariano de América.