Saltan a grandes alturas

Surgidos de los gimnasios y arenas locales, donde recibieron sus primeras lecciones y bases técnicas, los gladiadores laguneros suelen emigrar a la capital mexicana en busca de las grandes oportunidades y muchos de ellos logran cristalizar sus proyectos, al establecerse en las grandes empresas.

Así, ya sean elementos de la llamada “época de oro” o de las generaciones siguientes, la Comarca Lagunera ha estado representada por grandes del encordado, quienes en su momento han sido piezas fundamentales para abrir el camino a quienes vienen detrás con los mismos sueños de fama y fortuna.

Durante la presente década y en particular en los últimos años, la región ha logrado posicionarse de varios lugares privilegiados en la baraja luchística existente en la gran empresa, operadora de los principales escenarios de la capital del país.

Elementos como Stuka Junior, Dragón Rojo, Euforia, Mini Máximo, La Sombra, Misterioso Junior, además de elementos más experimentados como Holligan, Ephesto, Último Guerrero y Blue Panther, son los estelares de la Empresa Mexicana de Lucha Libre.

Otros más como Ángel de Oro, Guerrero Inca y Semental están a la espera del despegue rumbo al estrellato, aunque deberán esperar su turno, el que sin duda les llegará.

Dentro de la ola de visitas a la región por parte de estos elementos durante la temporada decembrina, se encuentran las de La Sombra, Ephesto y Holligan, gladiadores de diferentes generaciones que hoy en día triunfan a lo grande en el CMLL y que hoy comparten sus experiencias y sueños por alcanzar en el ring.

La Sombra no se marea con la fama

La Sombra es sin duda un caso digno de mencionarse dentro de los laguneros exitosos, ya que a poco menos de dos años de haber emigrado a la Ciudad de México con su maleta llena de ilusiones y retos, ahora se encuentra convertido en todo un gladiador estelar, además de tener un futuro promisorio, al ser señalado por otros grandes como una de las figuras que muy pronto llenará las arenas por sí mismo.

Hijo de Brillante I e integrante de una de las familias luchísticas más reconocidas de la Comarca Lagunera, La Sombra tiene la herencia y el talento natural para este deporte, mismo que ha acrecentado tras años de intensa preparación en el gimnasio y disciplina personal.

“Yo sigo con mi preparación para llegar al estrellato, como ocurre con elementos de reconocida trayectoria entre los que están Místico, Atlantis o Último Guerrero. Mi preparación es continua y por ello me he mantenido en los turnos estelares de la Arena México, lo que me ayudará a dar el gran salto”.

Descartó el juvenil gladiador que haber alcanzado la fama y el éxito a muy corta edad le haya hecho perder piso, y pese a que alguien puede asegurar lo contrario, esa situación no existe.

“La pesada carga de trabajo que se llega a tener por una o varias semanas, con constantes viajes de una ciudad a otra y los entrenamientos, obligan a uno a buscar más descanso para recuperarse y se opta por aislarse, situación que luego suele tomarse a mal, pero yo no estoy ‘alzado’, sólo busco estar bien para hacer bien mi trabajo”.

Luego de cumplir su segundo año en la “gran carpa” de la lucha libre mexicana, este gladiador surgido del Gimnasio El Ranchero de Gómez Palacio, Durango, actualmente ostenta el Campeonato Mundial Welter de la NWA, tras ganarlo en noviembre de 2007, mismo que a la fecha ha expuesto en forma exitosa ante Misterioso, Sangre Azteca, Euforia, Mephisto y recientemente ante su paisano Ephesto.

También tiene en su poder el Campeonato de Tríos, mismo que comparte con Volador y Sagrado, cetro que obtuvieron en agosto de 2007, tras vencer a los Perros del Mal (Damián 666, Halloween y Mister Águila) y que a la fecha nadie les ha podido arrebatar.

Al hablar de su padre (Brillante I), el gladiador se dijo orgulloso, ya que fue él quien le inculcó el amor por la lucha libre y le dio las bases técnicas que hoy soportan su carrera, de ahí que todos sus logros sobre el ring tengan una dedicatoria especial.

Sus años de preparación se dieron en las instalaciones del Gimnasio El Ranchero del barrio La Mina, un espacio modesto donde el talento y las ganas de superarse son infinitamente superiores al nivel de sus instalaciones, de ahí que todo aquel que emigra en busca de una oportunidad, generalmente suele regresar como un triunfador.

“Me gusta presentarme en esta arenita y, pese a todas las limitaciones que tiene, yo la veo como si fuera la Arena México, donde la gente merece el mismo respeto y calidad en el espectáculo que se presenta. Vengo aquí y procuro mostrar los avances que he tenido desde mi llegada a México, creo que esta gente se lo merece, finalmente ellos me vieron crecer”.

Ephesto, un rudo en gran momento

Muy lejos de su debut, ocurrido en 1982, justo hace 26 años, Ephesto recuerda con nostalgia sus inicios en el profesionalismo, cuando recibió su gran oportunidad por parte de Juan Flores (La Sombra) en la Arena del PRI en San Pedro de las Colonias, ahí se midió en mano a mano a La Amenaza.

Con este duelo, coronó dos años y medio de intensas jornadas de preparación física y técnica al lado de sus entrenadores Héctor López y El Asterión, quienes en ese entonces estaban al frente del gimnasio que operaba en la Arena Olímpico Laguna de Gómez Palacio.

Así nació Pantera del Ring, un personaje que muy pronto se colocó en el gusto del público lagunero gracias a sus excelentes cualidades luchísticas, su agilidad y espectacularidad, que le llevaron a ponerse metas cada vez más grandes hasta convertirse en la figura que hoy es sobre el enlonado.

“Entrenar con los mejores luchadores de aquellos tiempos me favoreció, siempre he considerado que el estar al lado de los más destacados, necesariamente provoca que uno crezca en todos los aspectos.

“Este es un constante proceso de crecimiento desde que se inicia el camino, en cada nivel uno debe aprender y desarrollarse para escalar posiciones; al pasar a otro nivel el proceso es el mismo y así sucesivamente.

“El éxito debe disfrutarse en su real dimensión en cada nivel, el estrellato no es absoluto, siempre habrá alguien más arriba que tú, y por consecuencia hay la necesidad de prepararse cada día”.

Como Pantera del Ring, en los encordados regionales tuvo una buena época al formar el trío de Los Vengadores con Megatrón I y II, donde tuvieron de rivales a Los Diabólicos, Ministros de la Muerte, Hermanos Espanto, El 81 y 82 y Acuario, rival al que le quitó la cabellera.

En busca de fama y fortuna, como buen lagunero, supo que debía buscar por su cuenta y así llegó a Ciudad Juárez, Monterrey y Laredo, hasta llegar a la Ciudad de México, donde recibió la oportunidad en la AAA, Promo Azteca y posteriormente llegó su turno en la Empresa Mexicana de Lucha Libre.

Ya en la Ciudad de México, Pantera del Ring se transformó en Safari, posteriormente fue Hombre sin Nombre y ahora da vida a Ephesto, personaje que le llega en su etapa de mayor madurez como luchador y persona.

Ephesto asegura que su vocación siempre fue ser un rudo, sin embargo, por su complexión física y sus cualidades técnicas, los promotores lo obligaban a trabajar en la esquina técnica, hasta que se dieron las cosas para finalmente estar en el bando que realmente le llena.

La lucha libre le ha dado muchas satisfacciones y en su trayectoria, en cada una de sus etapas ha probado las mieles del éxito, de modo que obtuvo los campeonatos ligero y semicompleto; en Ciudad Juárez ganó un campeonato de tríos al lado de sus amigos Los Hermanos Star, logró el Campeonato Nacional de Parejas al lado de Latin Lover, ganó dos veces el Campeonato Nacional de Tríos en el Consejo Mundial de Lucha Libre, disputó campeonatos de gran nivel a Blue Panther y otros grandes, donde la experiencia acumulada es invaluable.

Entre las cabelleras ganadas y de las cuales guarda grandes recuerdos, figura la de Acuario, Drago, Guerrero Negro, Astroflash y Príncipe Island.

Dedicado 100 por ciento a la lucha libre desde sus inicios, Ephesto asegura haber alcanzado un nivel de vida que le permite vivir tranquilo, donde el cuidado diario de su condición física y su persona ha sido determinante para mantenerse activo y en un buen nivel dentro de la baraja luchística nacional.

A pesar de todos los rumores sobre los problemas económicos que se avecinan, el rudo afirma que mientras haya trabajo y la posibilidad de ejercerlo, además de tener a su familia, se puede esperar con buena cara el año que viene.

Holligan, por su consolidación en 2009

Uno de los rudos laguneros que se ha mantenido en la gran carpa es Holligan, elemento que pese a todo lo conseguido afirma tener grandes objetivos pendientes sobre el ring, mismos que espera alcanzar en 2009, entre ellos su consolidación como estrella de la mejor empresa mexicana.

Aunque se ha hecho fuerte al lado de elementos como Nitro, Arcángel y Escándalo, entre otros, Holligan asegura que sus metas están más altas y en 2009 desea integrarse al grupo de Los Laguneros, para alternar con su gran amigo Último Guerrero, con el cual se inició ya hace algunos años al formar la dupla de rockeros Flánagan y Super Punk y posteriormente en la capital mexicana como Último Guerrero y Último Rebelde.

“Para lograr mis objetivos es necesario poner más actitud y lograr una mayor disciplina. Quiero estar al nivel de Los Laguneros y para ello necesito de mucho trabajo; sé que tengo las cualidades y espero demostrarlo para recibir mi oportunidad en el grupo de ellos”.

Con 18 años de trayectoria en el profesionalismo y alrededor de siete años radicado en la Ciudad de México, Holligan alterna su trabajo de luchador con el de diseñador y fabricante de equipos de lucha libre, donde también se encuentra entre los más reconocidos de su ramo, al tener como clientes a grandes del encordado como Mephisto, Averno, Último Guerrero, Volador, La Máscara, Atlantis, La Sombra, Stuka Junior, Misterioso Junior y otros.

“De la lucha libre se puede vivir bien, siempre y cuando la dedicación a ella sea total y uno se preocupe por mantenerse en excelentes condiciones y se supere de forma constante, con disciplina y respeto por ser un deporte muy celoso, donde cualquier descuido puede costar caro”.

Al hablar de los nuevos talentos laguneros, dijo que sin duda se trata de elementos que tienen bases técnicas muy sólidas y que gracias a su empeño y a que otros que se han adelantado para abrir puertas, han logrado quedarse en la gran carpa.

“Cuando nos fuimos a México, mi hermano Ephesto, Último Guerrero y yo dormíamos debajo de un ring en un gimnasio, a veces comíamos y muchas veces nos veíamos privados de ese gusto, pero hubo quienes nos dieron la mano y gracias a ellos y nuestro tesón, finalmente tuvimos la oportunidad que buscamos”.

Destacó el rudo que llegar a triunfar en la gran carpa no sólo requiere de calidad y capacidad, sino de paciencia y ganas de afrontar todo lo que venga, ya que el éxito suele tardar años en llegar y quien aguanta a pie firme, generalmente obtiene su recompensa.