Adorables Enemigas.
Luis de Tavira, acostumbrado a las frases lapidarias, asevera: "Hay mejores actrices que actores en el teatro mexicano contemporáneo".
El director de la Compañía Nacional de Teatro no lo dice por ser caballeroso o como si fuera un piropo de galanteo sino que tiene un argumento: "Si se pone atención, es posible identificar el alma del teatro, y es un alma de mujer".
La cartelera le da la razón al director: un 80 por ciento de las obras en el circuito comercial son protagonizadas por mujeres o abordan temáticas femeninas: desde amigas que se despedazan (Entre Mujeres), divas venidas a menos (Adorables Enemigas), hasta ca...onas empeñadas en conseguir marido (¿Por Qué los Hombres Aman a las Ca...?"). En el ámbito universitario la temporada de Desdémona es seguida ahora por Campo de estrellas, ambos monólogos de mujeres.
Francisco Franco, director al que se ha identificado como un especialista en dirigir actrices, también le da la razón a De Tavira: "Hay una cierta edad de madurez en que las opciones de hombres se reducen. Si volteas a buscar un actor, sólo puedes pensar en dos opciones: Daniel Giménez Cacho o Damián Alcázar. En cambio, en ese rango de los 40 años, el espectro se abre mucho más al buscar actrices".
Diana Bracho está en ese rango y protagoniza la recién estrenada Todos Eran Mis Hijos, pero es modesta: "No podría hacer una declaración tan provocadora como la del maestro Luis porque soy parte de esa profesión, pero es muy válido porque, como director, él puede verlo de afuera".
Laura Luz ejercita su derecho a la presunción y a citar a uno de sus maestros en teatro: "Llevamos dos décadas empoderadas en el teatro y, como diría Emilio Carballido, aún falta lo más hermoso". Ella no sólo está empoderada sino que es ejemplo de un cierto oligopolio, ya que actúa en Los Monólogos de la Vagina (obra de atril con tres actrices) Confesiones de Mujeres de 30 (divertimento a cuatro voces) Orgasmos, la Comedia (texto ligero sobre las diferencias de género a la hora del sexo).
Es cierto: a principios de los 90, una obra provocó el surgimiento del éxito del tema femenino. Se llama Entre Mujeres, original del español Santiago Moncada. Nuria Bages, protagonista de aquella puesta, reflexiona sobre el hecho de haber sido pionera: "Existía una idea de que las mujeres no podían trabajar juntas y que el ego de las actrices era demasiado para un camerino. Esas ideas son misóginas porque el trabajo en equipo se da entre mujeres y hombres. Somos igual de capaces".
No es una casualidad que todas estas obras tengan un matiz de denuncia. En Desdémona se reivindica a este personaje de Shakespeare para validar el derecho de la mujer a ejercer su placer, en ¿Por Qué los Hombres Aman a las Ca...? se pretende aleccionar a las mujeres para que nunca sean sumisas en el amor.
Laura Luz señala que el teatro suele avanzar un paso adelante de la sociedad. O como dice Adriana Roel, si estas obras existen es porque aún no existe equidad ni libertad: "Sólo en ciertos aspectos se han borrado los tabúes, pero no en todos. Cuando me ha tocado ser maestra, me encuentro con chicas que tienen muchas inhibiciones. Además, aún hay prejuicios, aunque ahora son diferentes a los de otras épocas".
Blanca Guerra lo visualiza como parte de su propia vida. Egresó del Centro Universitario de Teatro en 1974 y por tanto le tocó una etapa de más lucha y menos privilegios: "En mi época de adolescente no era frecuente que te salieras de tu casa. Ahora lo puedes hacer si realmente quieres y sabes qué es lo mejor para la relación familiar. ¿Y qué pasa? Ganas en lugar de perder. Por eso hay tantas mujeres que han roto los esquemas dentro de la academia, la ciencia, la literatura; han enfrentado a la sociedad retrógrada y anquilosada".
Los Monólogos de la Vagina (que lleva diez años en cartelera y casi siempre con teatro lleno) comienza con las tres actrices exclamando: "¡Adoramos a las vaginas!". Patricia Reyes Spíndola, actriz del montaje, hace un poco de historia: "Tengo 53 años, así que me tocó vivir los años 70, un tiempo en que hablábamos con libertad sobre sexualidad. Después vino otra etapa en la que se guardó de nuevo y por eso ahora resulta tan lúdico que, por ejemplo, la gente sienta la libertad de decir la palabra vagina dentro de una obra de teatro".
Diana Bracho, aunque mesurada, acepta que efectivamente el teatro se ha convertido en territorio femenino en México, ya que hay muchas y muy buenas actrices. Pero se queda con una duda: "No entiendo por qué México es un país tan fértil para las mujeres en el teatro, es un enigma similar al de los ingleses que en la vida cotidiana son reservados e incapaces de exteriorizar sus emociones, pero en cuanto se suben al escenario se convierten en actores apasionados y muy buenos, ¿por qué hay tan buenas actrices en México? No lo sé".
Luis de Tavira sí sabe: "La actuación exige ponerse en contacto con el lado femenino y, por tanto, está en la naturaleza de las actrices acercarse con mayor facilidad al teatro que también es femenino".
Más obras de mujeres
Las obras de teatro 12 Mujeres en Pugna y Las Arpías, son otras de las puestas en escena, actualmente, que involucran puras féminas en el escenario.
12 Mujeres en Pugna, es la adaptación de 12 Hombres en Pugna y trata sobre un jurado de 12 mujeres que tienen la difícil tarea de deliberar en una tarde calurosa de verano, la inocencia o culpabilidad de un joven de 16 años acusado de asesinar a su violento padre. La puesta se sitúa en Nueva York en el año 1963, algunas de las actrices que participan en ella son: Laura Zapata, Marimar Vega, Nora Salinas, Leticia Calderón, entre otras.
Mientras que Las Arpías es una obra de comedia de misterio y suspenso, donde ocho mujeres tratan de encontrar a la culpable del asesinato de un hombre. Patricia Reyes Spíndola, Niurka Marcos, Ofelia Medina, María Rubio, entre otras, conforman el elenco.