Lloran del susto. Ver a los policías moverse de una calle a otra, hizo que los niños de la escuela Felícitas Cordero se asustaran y pidieran irse a casa. EL SIGLO DE TORREÓN
Lerdo
Vecinos y comerciantes del Centro de Lerdo, así como los menores de la escuela primaria Felícitas Cordero, vivieron momentos de angustia, por la movilización que armaron los elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), debido al secuestro y asesinato de un compañero policía.
Eran las 9:40 de la mañana, cuando la Policía Municipal activó el Código Rojo ante la desaparición de un oficial del escuadrón ciclista, mismo que había sido secuestrado por un grupo de personas armadas en la esquina de avenida Madero y calle López Rayón.
De inmediato, varias unidades acudieron a las instalaciones de Seguridad Pública para determinar el operativo para localizar a su compañero y detener a sus captores. Minutos después de salir a la calle, los preventivos municipales lograron la detención de dos de los hombres que "levantaron" al oficial Luis Fernando Torres Álvarez, mismos que fueron internados en la cárcel municipal.
Ante la detención, los elementos cerraron la avenida Coronado, desde la calle Allende a la Hidalgo, para resguardar el área, por lo que provocaron temor entre los vecinos, comerciantes y profesores de la escuela Felícitas Cordero, quienes de inmediato convocaron a junta y resguardaron a los alumnos en las aulas de la parte trasera de la escuela.
El escuchar el ruido de las unidades policiacas y ver a los elementos desconcertados por la desaparición de su compañero, provocó que los vecinos y alumnos que a esa hora salieron al recreo, comenzaran a asustarse y pedir que sus padres fueran a recogerlos, ya que tenían miedo.
El director de la escuela primaria que se ubica a un costado de la DSPM, Juan Manuel Hernández Cervantes, comentó que los profesores se encargaron de explicar a los menores la situación, e intentaron tranquilizarlos. Sin embargo, hubo muchos niños, en especial las niñas, que comenzaron a llorar.
Por su parte, los padres de familia al enterarse de lo ocurrido acudieron a la primaria para recoger a sus hijos, sobrinos y vecinos, pues se suspenderían las clases, debido a que lo sentían como un sitio peligroso, ya que el domingo pasado las instalaciones de la DSPM fueron baleadas en plena luz del día y temían que ocurriera los mismo.
"Estaba en casa, cuando me enteré del movimiento de la Policía, decidí hablarle a mi hermana para avisarle que vendría por mi sobrina", dijo Alicia Rodríguez.
"Mi papá, tengo que hablarle al celular", decía un niño de aproximadamente 8 años a su maestra, quien intentaba calmarlo, diciéndole que todo estaba tranquilo y que no tendría por qué asustarse.
Finalmente, la escuela se fue quedando vacía. El director dijo que hoy se reanudarán las clases de manera normal.
