Por considerar que eran más daños que beneficios en las funciones de lucha libre, en junio de 2007 el comisionado del deporte, Jaime Chávez, daba un no definitivo a la lucha y al box en el Auditorio Municipal.
TORREÓN, COAH.- Un duro golpe de parte de la nueva administración municipal recibió ayer el deporte local, al darse a conocer que el Auditorio Municipal se rentará para todo tipo de eventos, incluyéndose la lucha libre y el boxeo, espectáculos en cuyas funciones se generó un gran daño al inmueble durante años. En el medio luchístico local surgieron ayer los comentarios en torno a que el inmueble reabriría sus puertas a la lucha libre profesional, información que fue corroborada por Silvia Garza Villarreal, titular de la Dirección Municipal del Deporte, quien afirmó haber recibido instrucciones por parte de su superior, Fernando López, titular de la Dirección de Desarrollo Social, a fin de que el espacio abriera sus puertas a este tipo de espectáculos.
La directiva había declarado el pasado 4 de enero, a inicios de la presente administración, su decisión de conservar el inmueble de la calzada Colón para el deporte amateur y no permitir las funciones de boxeo y lucha libre en ese lugar.
Al hablar ayer sobre esta situación, Silvia Garza destacó que las instrucciones de Fernando López fueron en el sentido de darle vida al escenario de la calzada Colón y que para ello se deberían abrir las puertas a los espectáculos, así la funcionaria afirmó que a los promotores se les cobrará la cantidad de 20 mil pesos de renta por función y que éstos deberán dejar un depósito de 100 mil pesos como garantía para cubrir los posibles daños al inmueble.
Además, afirmó que existe el compromiso para que se instale una protección especial a base de caucho sobre la duela, lo que, según sabe, impedirá daños a la superficie.
Durante años este inmueble se convirtió en centro de operaciones de empresarios que lo aprovecharon para promover sus funciones a costa de un sacrificado escenario al que poco se le retribuyó. Los daños en sus instalaciones fueron muy fuertes, pero muy baja la inversión para lograr su conservación.
Tras los graves daños sufridos en la duela y en las instalaciones de sus diferentes áreas, en febrero de 2007, el entonces comisionado del deporte, Jaime Chávez Aguilar, hizo pública su posición en torno a este tema y afirmó su deseo de prohibir las funciones de box y lucha libre en el lugar.
Posteriormente, en junio de ese mismo año, hizo pública su decisión a este respecto, anuncio que pese a las protestas de algunos promotores fue aplaudida por quienes deseaban que este escenario estuviera al servicio del deporte organizado, incluso del deporte popular, ya que para entonces se trabajaba en la apertura de escuelas de distintos deportes.
En agosto del 2007 se realizó la reparación de la duela, cuya instalación había costado años antes poco más de un millón de pesos. La rehabilitación requirió una inversión superior a los 200 mil pesos, dinero aportado casi en su totalidad por el Municipio, debido a que los promotores que hacían uso de ella prefirieron no dar la cara.
Reprueban decisión
El tesorero de la Federación Mexicana Tae Kwon Do, profesor Francisco Raymundo González Pinedo, reprobó la decisión del Municipio de abrir el Auditorio Municipal a la lucha libre y el boxeo, al considerar que la anterior administración había realizado una labor aplaudible al sacar esos espectáculos del lugar, debido a los daños que le causaban al inmueble.
“Nosotros como deportistas aplaudimos la decisión, porque el objetivo era darle al deporte amateur de Torreón un escenario digno, incluso se hizo una importante inversión, que desde luego fue insuficiente por la magnitud de las necesidades que se tienen ahí’’. Destacó el directivo que esperaban que la actual administración diera continuidad a esta decisión, pero con tristeza se enteraron de esta determinación que va contra el deporte y favorece a los empresarios del espectáculo.
“Nosotros como Federación Mexicana de Tae Kwon Do requerimos de ese auditorio para realizar en mayo el Selectivo Nacional rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, así como al Campeonato Mundial y desde luego deseamos tener un lugar bien presentado para recibir a la élite de nuestro deporte, pero dudamos que se logre si la autoridad no cambia su decisión’’.
El ring, el más dañino
Su peso destruye la duela.
El peso del ring varía según el modelo entre 1.2 y 2 toneladas y su estructura metálica descansa sobre cuatro puntos de apoyo que presionan al máximo la duela del Auditorio Municipal, que de acuerdo a especialistas que la repararon, no está preparada para ello.
Los aficionados
Toneladas de presión.
Cientos de aficionados observan el espectáculo sobre la duela, luego de colocarse gran cantidad de sillas en el área.
El peso de sillas y aficionados representa una gran cantidad de toneladas encima de la superficie.
Luchadores pesan más
Sus evoluciones aumentan presión.
Los luchadores, según su complexión, pesan entre 80 y 120 kilos o más.
A ello se suma el peso de los réferis.
El impacto en cada costalazo sobre el ring aumenta la presión de los puntos de apoyo sobre la débil duela.
A la basura el trabajo de cuatro años
El ex titular de la Comisión Municipal del Deporte, Jaime Chávez Aguilar, calificó como un retroceso la decisión de la actual administración municipal al permitir que espectáculos como el boxeo y la lucha libre regresen a este escenario, el cual fue rescatado por la anterior administración, luego de que por años había sido explotado por empresarios de la lucha libre y el boxeo, que a cambio de una pequeña renta obtenían jugosas ganancias.
“Por lo general era más costoso reparar los daños que se ocasionaba a las instalaciones que la ganancia que se obtenía, de ahí que decidiéramos cerrar las puertas a este tipo de funciones’’.
Destacó que luego de cada función se encontraban con al menos 15 ó 20 butacas dañadas, paredes con huellas de graffiti, robo de herrajes de las instalaciones hidráulicas, destrucción de accesorios en los módulos sanitarios, vidrios rotos y otras anomalías que se cometían durante el desarrollo de la función.