
Enrique Esqueda celebró su gol con un homenaje a Salvador Cabañas imitando el festejo del goleador paraguayo, quien besa su tatuaje del brazo derecho. (Jam Media)
Salvador Cabañas, en el hospital, ya pide de comer. El América, en el Azteca, se las ingenia para ganar sin él. Sustituir al goleador paraguayo no es sencillo, eso quedó claro ayer, pero la fuerza interna permitió a las Águilas derrotar a los Indios de Ciudad Juárez (1-0) y otorgar una alegría a su figura.
Tarde emotiva en el Coloso de Santa Úrsula, con la tristeza a flor de piel. El atentado sufrido por el "10" de los azulcrema es un capítulo terrorífico e imborrable en la memoria de todos los americanistas. Por eso el triunfo era necesario como pocas veces.
Enrique Esqueda fue el encargado de suplir al gran ausente. El "Paleta" volvió al eje del ataque después de varios meses, y le costó adaptarse, aunque esa pincelada le valió para cumplir.
El beso y las dos palmadas en el bíceps derecho no podían faltar, esa rúbrica que Cabañas ha hecho tan famosa. Las lágrimas traicionaron a más de uno en el lienzo verde y las tribunas. Salvador disputa un encuentro personal en el Hospital Ángeles, pero su corazón estuvo presente en Santa Úrsula.
La de su ariete no fue la única ausencia de las Águilas. Óscar Rojas se unió a Aquivaldo Mosquera como las bajas en la defensa, cuya fragilidad se acentuó, por más que enfrente tuvo a un equipo que todavía no marca goles en el Bicentenario 2010.
Eso explica lo intensa que fue la celebración tras la anotación de Esqueda (40'). Además de sacar la frustración acumulada durante una dolorosa semana, La Tribu logró complicarle la situación a los pupilos de Jesús Ramírez.
De no ser por el meta Guillermo Ochoa, los fronterizos se habrían llevado al menos un punto.
Mucho ímpetu, pero poco talento en el ataque. Esqueda luchó, corrió y hasta anotó el gol de la victoria, pero no ofrece lo que en Cabañas es natural.
Daniel Montenegro generó unas cuantas acciones peligrosas en el área visitante. El problema es que su socio se fue, así es que el "Rolfi" pasó de la molestia a la resignación. Que se acostumbre.
Su gris tarde se completó cuando "Chucho" lo relevó con Daniel Márquez (58'). Al pasar junto al director técnico, el atacante argentino le "regaló" una mirada cargada de ira.
Montenegro sabía que era el hombre diferente en la delantera crema, porque el América dejará a un lado el amarillo por el resto de la temporada.
Su uniforme evocó a aquel equipo de los 70s que siempre peleó por los campeonatos, sin importar el potencial de algunos de sus rivales más acérrimos, como el Cruz Azul.
Fue el "retorno a los orígenes", pero también un llamado a recuperar los valores en la sociedad, justo el año en que se conmemora el Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia y los 100 del comienzo de la Revolución.
"Nuestro club fue fundado con valores como la unión, educación, familia, humildad, deporte y salud. El futuro de México está en nuestras manos", dijo el capitán Pavel Pardo, momentos antes de iniciar el encuentro. "Va por Chava, va por México, va por ti".
El atentado sufrido por Cabañas tocó las fibras más sensibles de los americanistas, que cumplieron al ganar el primer duelo sin su salvador. Sufrieron de más para superar a un conjunto que ya suma 20 choques de liga sin ganar (siete empates y 13 derrotas), pero el hombre que lo sustituyó en el eje del ataque convirtió el tanto de la victoria, tal como el paraguayo solía hacerlo.
Esqueda entró a la cancha simbólicamente, apenas unos segundos después del silbatazo inicial de Miguel Ángel Flores. Fue un pequeño homenaje a ese ariete sudamericano que va en pos de imponerse en el duelo más importante de su vida, mientras que el América sufre por su ausencia y gana como puede.