Sin trabajo. Las oportunidades de empleo siguen siendo mínimas, pese a la recuperación de la economía.
México agrupa a un creciente número de talentos olvidados y desperdiciados; personas que por considerar que no existen las condiciones para obtener trabajo, se desmoralizaron y no estudian, ni trabajan, ni buscan un empleo.
Durante la recesión, el número de personas desmoralizadas o desalentadas, es decir, las personas disponibles para trabajar que no buscaron empleo por considerar que no tenían posibilidades y que desistieron de buscar aumentó en 716 mil individuos, al pasar de 5 millones 142 mil al cierre de 2007, a 5 millones 858 mil personas al final del año pasado, según cifras del INEGI.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), considera que en México el incremento en la tasa de desempleo es menor que la caída registrada en el empleo, "lo que sugiere que muchas personas que perdieron su trabajo, salieron del mercado laboral al percibir las limitadas oportunidades laborales existentes".
En el reporte "Perspectivas de empleo 2010", la OCDE explicó que en el país la brecha entre la pérdida de empleos y la tasa de desempleo es mayor que en otros países de la zona, debido al importante número de personas desalentadas.
El organismo explicó que este grupo de personas no buscaron activamente un empleo, por considerar que no existía oportunidad alguna de encontrar uno.
De haberse incorporado al mercado de trabajo a buscar un empleo, estas personas habrían presionado la tasa de desempleo, que mide la intención de búsqueda de fuentes de trabajo.
"Esta gente tiene una fuente de ingreso, en forma de ahorro, liquidaciones o cuentan con el apoyo familiar, lo que de momento no les obliga a realizar alguna actividad económica. Esta situación es temporal y eventualmente volverán al mercado laboral", expuso José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del Tecnológico de Monterrey.
La gente en México mayor de 14 años que no tiene un empleo, que le gustaría trabajar, pero que no busca un empleo, se le conoce como disponibles, "desalentados" o "desmoralizados". A los mayores de 14 años que no buscan empleo y tampoco están interesados en tener uno, se le conoce como no disponibles, grupo al que pertenecen los jóvenes que no estudian ni trabajan, llamados "Ninis".
Ambos grupos forman parte de la Población No Económicamente Activa (PNEA). No están agrupados en la Población Económicamente Activa (PEA), porque no están buscando trabajo.
La PEA suma a la gente mayor de 14 años que forma parte del mercado laboral: a los ocupados y a las personas sin empleo, pero que buscan activamente trabajo, y se les llama "desempleados".
RUMBO A LA INFORMALIDAD
De no generarse las fuentes de empleo suficientes, cuando las personas desalentadas salgan a buscar trabajo, podrían incorporarse al sector informal, o estar desempleadas. "La población desalentada refleja la cantidad de empleos adicionales que la economía deberá generar, pues una vez que estas personas tengan necesidad económica, saldrán a buscar un trabajo y presionarán la tasa de desempleo", explicó De la Cruz.
Los grupos de personas que se han salido del mercado laboral y otros que están en la informalidad reflejan el fuerte deterioro que sufrió el mercado laboral con la recesión, problemática que no se va a solucionar a corto plazo, agregó.
PRESIONES Y VÁLVULAS DE ESCAPE
Lucía Martín, analista de Ixe casa de Bolsa, explicó que existen al menos seis "válvulas" que ayudan a mantener baja la tasa de desempleo en México: la informalidad, la migración, el subempleo, la ausencia de un esquema de seguro de desempleo a nivel federal, actividades que favorecen el desempleo friccional, como las agrícolas y una legislación que permite trabajar a menores de 16 años.
Con la recesión, aumentó además, el número de personas subempleadas, ocupadas en la informalidad y las que aún sin tener empleo, no entraron al mercado laboral a buscar un empleo de forma activa por estar desalentadas.
CAMBIO ESTRUCTURAL
Durante la recesión de 2008 y 2009, se perdió un número importante de empleos en el país, por lo que según el reporte de perspectivas de empleo 2010 de la OCDE, se establece que se requiere un incremento de 955 mil empleos para restaurar la tasa de empleo total de la población en edad laboral al valor del cuarto trimestre de 2007.
De la Cruz dijo que a medida que la recesión pierda fuerza, el empleo podría regresar a niveles previos a la crisis.
Estimaciones de Ixe Casa de Bolsa arrojan una posible creación de 652 mil empleos formales durante este año.
"Sin embargo, sin un crecimiento económico superior a 5%, los problemas estructurarles del mercado laboral mexicano no van a desaparecer", advirtió De la Cruz, del Tec de Monterrey.
"Quizá llegue el momento en el que parte de la estrategia del gobierno y de las empresas sea cuidar el trabajo existente, en aras de que el mercado interno mantenga determinado rumbo económico y cierto grado de fortaleza en lo que las reformas de mediano plazo, se diseñan, se negocian y se implementan".
Genera temor no conseguir trabajo
La crisis económica provocó temor, inseguridad y estrés entre las personas que después de perder su trabajo no han encontrado una alternativa real de obtener ingresos, pese al sinnúmero de intentos por solicitar empleo. Esta situación ha propiciado una etapa de indiferencia en su actitud para buscar ser productivos y se refugian en el desánimo, sostiene Juan Carlos Luna, terapeuta en psicología familiar.
Este fenómeno se presenta con mayor frecuencia entre personas con carrera técnica o profesional de entre 30 y 55 años, quienes ven pocas oportunidades para encontrar una opción rápidamente, ya sea por la edad o los excesivos requisitos que imponen en las contrataciones, agregó el especialista.
"Después de varios intentos por encontrar un modo de vida ligado a su perfil profesional y sin una fórmula que les permita alcanzar su objetivo, el ánimo comienza a decaer hasta alcanzar un estatus de poca autoestima e inseguridad", afirma el especialista.
Los recursos con los que cuenta la persona en cuestión, producto de su liquidación o de ahorros que pudieron atesorar durante años de trabajo, están llegando a su límite, y en ocasiones tienen que deshacerse de su patrimonio como el auto o la casa o de sus aparatos electrónicos, para sufragar los gastos personales o de la familia, dijo.
Las personas que están viviendo esta etapa suelen también apoyarse mucho en la ayuda que les pueden ofrecer familiares: esposa, padres, hermanos, y en ocasiones hasta sus hijos, para hacer frente a los compromisos.
Sin intención
⇒ 5 millones 858 mil personas desalentadas sin empleo a finales de 2009, reportó INEGI.
⇒ 716 mil más que las reportadas al cierre de 2007.
⇒ 12 millones 600 mil personas sin empleo había en 2009.
⇒ 473 mil plazas se han generado en lo que va de este año.
⇒ 652 mil empleos formales se crearán este año, según IXE.