"Lo único que no podemos hacer es rendirnos". Esta fue la contundente conclusión de los periodistas y directores de medios de comunicación participantes en el Foro Conferencia: México bajo el asedio del crimen organizado, organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CIJ, por sus siglas en inglés), que se llevó ayer a cabo en el Centro Cultural Casa Lamm de la ciudad de México.
En la mesa panel "El periodismo mexicano ante la violencia", en la que participaron entre otros Leonardo Kourchenco, director de información internacional de noticieros Televisa; Patricia Mercado, directora del diario Imagen, de Zacatecas; Ismael Bojórquez, de Río Doce de Sinaloa; y César René Blanco, del diario Zeta de Tijuana, no hubo acuerdos, ni propuestas concretas. Lo que sí hubo fue un enorme escepticismo sobre el compromiso que hizo anteayer el presidente Felipe Calderón ante una comisión de la SIP y el CIJ sobre el impulso a reformas encaminadas a la defensión de la libertad de expresión y la protección a periodistas.
Pero no sólo hubo escepticismo en la sala entre quienes asistieron a escuchar a estos expertos sino también hubo decepción.
"Yo soy editora de un periódico en Tamaulipas y vine para encontrar respuestas, pero me voy como vine", les señaló a los panelistas una reportera que no quiso dar su nombre ni el de su periódico. "Pero, qué voy a hacer mañana que regrese a mi medio y reciba una llamada del crimen organizado diciéndome qué debo o qué no debo publicar, si quiere que uno de sus hijos salga en sociales o si debo incluir una nota contra el Ejército... Me voy desesperanzada". Un silencio se hizo en la sala y no quedó más que aplaudir en solidaridad el valor para seguir haciendo periodismo de la editora.
Ismael Bojórquez, de Sinaloa, fue uno de los más escépticos sobre las promesas hechas por Calderón Hinojosa el miércoles, pero también reconoció que dentro del gremio existe corrupción y que hay reporteros que reciben una cantidad fija del crimen organizado para no publicar datos concretos, nombres y hechos.
Javier Garza, director de El Siglo de Torreón, fue todavía más escéptico: "A los gobiernos les interesa muy poco lo que nos ocurre. Incluso, con la mejor intención de Calderón dudamos que se lleve a cabo porque no somos una prioridad y los poco más de 50 periodistas atacados, amenazados o muertos suenan a poco, somos un daño colateral en esta guerra contra el narco". Empero, consideró que "ya que le han arrancado promesas al presidente", se debería crear una comisión de periodistas que dé seguimiento hasta conseguir que se cumplan estas promesas. "O conseguirlo aunque sea a 'periodicazos'".
La falta de credibilidad en el Gobierno es casi un acto reflejo entre los mexicanos. Sin embargo, a los representantes de la SIP y el CIJ les causa una enorme sorpresa.
"Veo un escepticismo terrible", afirmó la colombiana María Teresa Ronderos, miembro de la junta directiva del CIJ y quien integró anteayer la comisión que se reunió con Felipe Calderón. "Nos dio la impresión de que el presidente no ve los ataques contra la prensa como un daño colateral sino que es un tema que le preocupa en serio. Vimos un interés genuino en dar impulso a la Ley de protección al gremio que sigue atorada en el Congreso".
La experta, quien fue moderadora de la mesa panel, destacó que para el presidente el tema de la lucha contra el narco no fue una decisión "sacada de la manga" sino obligada por las circunstancias que vio desde su propio estado. "En su opinión, y en ese sentido coincido plenamente, el narcotráfico se volvió un tema muy complejo porque pasó del 'simple' tráfico de drogas a una mafia que ya controla territorios. Es entonces cuando el problema se vuelve más complejo porque comienza a involucrar a la población".
