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Incineran cuerpo de Germán Dehesa; sus cenizas serán esparcidas en el Río Tlacotalpan, en Veracruz

Amigos y familiares lo despiden. Los restos de Germán Dehesa fueron velados en una agencia funeraria de la Ciudad de México.

Amigos y familiares lo despiden. Los restos de Germán Dehesa fueron velados en una agencia funeraria de la Ciudad de México.

AGENCIAS

MÉXICO, DF. - Las lamentaciones no cesaron y es que si alguien era querido y respetado en este país ese era Germán Dehesa.

Ayer al mediodía se realizó una misa de cuerpo presente en la capilla de una agencia funeraria de la colonia Del Valle, en la Ciudad de México, en donde se dieron cita infinidad de personalidades de la farándula, la política y la cultura para acompañarlo.

El momento del adiós llegó a las 8:00 de la noche, cuando su cuerpo fue cremado.

Sus cenizas serán esparcidas en el Río Tlacotalpan, en el estado de Veracruz.

Ángel Dehesa Landeros, hijo del dramaturgo, aseguró que esta fue la última petición de su padre, pues este río era uno de sus lugares favoritos y que añoraba.

"Será el río, porque siempre se consideró veracruzano, a pesar de haber nacido en la Ciudad de México, en el barrio de Tacubaya. El río era el lugar que le gustaba y fue lo que nos pidió", señaló.

En los primeros minutos de ayer, el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa acudió a la capilla ardiente y destacó la "fina ironía", el "excelente" sentido del humor, la "visión de la vida" y el "sentido positivo de las cosas" que tenía el columnista y propuso que "si la familia está de acuerdo", se verá la posibilidad de rendirle un homenaje en el Palacio de Bellas, un lugar emblemático para personalidades del mundo de la cultura de este país; al final la oferta de la familia fue declinada.

Entre los asistentes al velorio estuvieron Josefina Vázquez Mota, Xóchitl Gálvez, Andrés Bustamante "El Güiri Güiri" y el músico Sabo Romo, entre muchas otras personalidades.

 LLUVIA DE LAMENTACIONES

La muerte de Germán Dehesa fue recibida con sentidas condolencias de diversas instituciones y amplios reconocimientos por sus crónicas, su defensa de la cultura y su exigencia continua de que haya justicia para las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, destacó que Dehesa fue un "amante de la ciudad (de México)" y un autor prolífico, además de un "conocedor profundo de los rincones" de la urbe y un "viajero de sus calles".

Por su parte, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) lamentó la muerte del columnista mexicano, de quien dijo que fue "un actor relevante para buscar soluciones concretas a la situación de violencia hacia las mujeres en Ciudad Juárez".

Además elogió el hecho de que, "a lo largo de su vida se comprometió con las personas con discapacidad, con los pueblos indígenas y los jóvenes, entre otras causas".

Finalmente, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), organismo que hace funciones de ministerio de Cultura en México, destacó la labor de Dehesa como dramaturgo y promotor cultural desde distintos foros como "La Planta de Luz", que él mismo creó.

Precisamente ayer la UNAM, donde se graduó en ingeniería química y letras hispánicas y en donde fue profesor por más de 25 años, tenía previsto rendirle un homenaje que tuvo que ser aplazado.

Torreón de sus amores

Hasta parece que fue ayer una visita que Germán Dehesa hizo a Torreón y que dejó plasmada en su columna Gaceta del Ángel, titulada "De Torreón a Lerdo", el 4 de marzo de 1996 en el diario Reforma.

La reseña de su breve visita fue tan enriquecedora como reveladora. Con su típico humor contó que aquella vez vino a "reconciliarse" con los maestros del sistema Montessori en una convención. Pero su escrito dejó al descubierto algo más: que su primer amor lo conoció en estas tierras en 1958, cuando acompañado de su padre estuvo de visita en la región, y aunque se esmeró, la muchacha jamás se interesó en él.

"En ese año conocí Torreón y me paseé, en compañía de mi padre, por aquellos algodonales que eran como nieve cálida y me enamoré, por primera vez en mi vida".

En 1989 volvió a pisar el aeropuerto de Torreón, de ahí zarpó para Viesca y Parras y "tanto me afané, que a los diez días me dio un infarto".

Ese escrito definitivamente salió de su pluma; su vivacidad, humor y gran memoria estuvieron presentes y lo seguirán estando en el corazón y la memoria de la gente. (Eunice Martínez)

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Escrito en: Germán Dehesa

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