Atacado a triple flanco por disposiciones populistas del gobierno que no se apuntalaron debidamente; por el desempleo galopante que redujo sus ingresos, y por la virulencia de enfermedades crónico-degenerativas, cuyo costo se eleva al infinito, el Instituto Mexicano del Seguro Social naufraga irremediablemente.
De hecho, en uno de los ángulos del drama, el organismo se está canibalizando, al operar bajo el cobijo de sus propias reservas. Se destapa, pues, un agujero para tapar otro.
En mayo del año pasado, para no ir lejos, a la vera del otorgamiento por Decreto Presidencial de prestaciones extraordinarias con motivo de la epidemia de influenza AH1N1, el Seguro Social debió tomar cuatro mil 403 millones de pesos de la subcuenta I del Fondo para el Cumplimiento de Obligaciones de Carácter Legal o Contractual por cubrir el déficit del Régimen de Jubilaciones y Pensiones.
Total, qué tanto es tantito, cuando el faltante alcanza ya más de un billón de pesos.
Anteriormente, además, se tomaron en calidad de préstamo 10 mil millones de pesos: Seis mil en julio y cuatro mil en diciembre del año pasado, de la Reserva de Operación para Contingencias de Financiamiento para financiar las reservas operativas de los seguros.
Ahora que, en la perspectiva, durante este año y el próximo se vaciará de plano la subcuenta I del fondo señalado, al no empatar los ingresos del Instituto con sus gastos.
El panorama, de acuerdo al Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del organismo 2009-2010, es aterrador, en un escenario en que el año pasado el Instituto obtuvo ingresos de operación por 225 mil 479 millones de pesos, pero erogó 875 256.
El déficit, pues, alcanzó 649 mil 777 millones.
La ruta habla, además, de terminar este año con otro boquete de 193 mil 914 millones; el 2011 con uno más de 260 mil 052, y el 2012 con 212 mil 715.
Danza de la muerte con números rojos.
El renglón más golpeado es el Seguro de Enfermedades y Maternidad, cuyos ingresos del año pasado alcanzaron 149 mil 978 millones, en tanto sus egresos llegaron a 755 mil 234. El faltante, pues, fue de 665 mil 256 millones.
Durante este año la expectativa habla de ingresos por 148 mil 330 millones y gastos por 351 mil 543, lo que llevaría a agrandar el boquete en otros 203 mil 313.
A su vez, el Seguro de Guarderías y Prestaciones Sociales registró el año pasado ingresos por 12 mil 165 millones de pesos, pero realizó gastos por 32 mil 729, lo que plantea un déficit de 20 mil 564. Para este año la perspectiva habla de ingresos de 12 mil 801 millones y un gasto total de 22 mil 546, lo que provocaría un faltante de nueve mil 735 millones.
En la zona de desastre está también el Seguro de Salud para la Familia, con ingresos el año pasado por dos mil cuatro millones de pesos, y egresos de 25 mil 293, lo que provocó un déficit de 23 mil 290.
Para este año el faltante llegaría a 10 mil 65 millones.
En contraste, el Seguro de Invalidez y Vida registró en 2009 un excedente ingresos-egresos, o si lo prefiere superávit, de 22 mil 911 millones, al contabilizar ingresos por 35 mil 679 millones de pesos y erogar sólo 12 mil 769.
El remanente para el año próximo será de 25 mil 480 millones.
Naturalmente, si se aceptara legalmente la posibilidad de cruzar sobrantes con faltantes, la buena noticia no alcanzaría para ocultar las malas.
Lo dramático del asunto es que tras la catarata de números rojos no se vislumbra una salida. De hecho, el documento no le plantea opciones al Ejecutivo o al Legislativo para nivelar la nave, a diferencia del año pasado en que se hablaba, tímidamente, de la posibilidad de un incremento de cuotas.
Por lo pronto, resulta paradójico que el gobierno le coloque uno y otros bultos en la espalda al organismo, pese a la terrible debilidad manifiesta.
En enero del año pasado, por ejemplo, se publicó un decreto que permitía extender la vigencia de derechos de los trabajadores que los dan de baja en 16 semanas adicionales a las previstas, como respuesta a la cadena interminable de despidos.
En mayo, en paralelo, se eximió parcialmente a los patrones hasta por un 20 por ciento del pago de las cuotas patronales, en atención a la parálisis del país por la epidemia de influenza A H1N1.
Ese mismo mes se autorizó a los patrones a pagar en parcialidades el 50 por ciento de las cuotas obrero-patronales.
El problema es que el respaldo llegó incompleto... y tarde.
De hecho, un año después se arrastra un millonario faltante.
Total, dicen, el IMSS no puede quebrar porque lo respalda el gobierno.
A contrapelo de las voces oficiales que hablan de una recuperación integral en la economía del país, el segmento remiso sigue siendo la construcción, que acumula ya 21 meses de caídas consecutivas.
El promedio en los primeros cinco meses del año es de tres por ciento, tras el nueve registrado durante el 2009.
Como usted sabe, la rama es la más dinámica de la economía, al jalar a 43 más, lo que se traduce en una reactivación del empleo.
Lo absurdo del asunto es que la principal rémora sigue siendo el subejercicio del presupuesto de inversión del gobierno. A la mitad del año, por ejemplo, Petróleos Mexicanos llevaba sólo ejercido el cinco por ciento de su gasto en infraestructura para todo el año.
De 263 mil millones de pesos asignados, sólo se han gastado, ¡válgame Dios!, 14 mil.
MODELO NO SE VENDE
El gran obstáculo, en la posibilidad de que las presiones de la firma belga-brasileña InBev por adquirir un 54 por ciento adicional del grupo Modelo, para llegar al 100, se llama Antonino Fernández.
El socio principal de la cervecera se opone, a sus 91 años, a que ésta pierda el control, tras 85 años de presencia en México.
Como usted sabe, las acciones de la principal cervecera del país están divididas en dos partes: Una que maneja el grupo Diblo, y otra que controlan un grupo de socios de reciente ingreso.
Ninguna de las partes puede vender sin consentimiento expreso de la otra.
AL FIN RUIZ MATEOS
Finalmente el presidente Felipe Calderón realizó cambios en su gabinete, tantito por venganzas políticas, y tantito por el clamor de la ciudadanía.
Repudiado por tirios y troyanos, el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, se va al cobijo de Los Pinos, en sustitución de la verdadera dueña de la agenda presidencial, es decir Patricia Flores.
En su lugar entra Bruno Ferrari, quien realizó un papel gris en el organismo ProMéxico, es decir la instancia de promoción del país en los mercados globales.
Ferrari se forjó a la vera del empresario Alfonso Romo Garza, abriéndole mercados a la Cigarrera La Moderna en Europa, y luego a la firma de agrobiotecnología Savia, tras una etapa como miembro de los Legionarios de Cristo que encabezaba el tristemente célebre sacerdote Marcial Maciel.
En la carambola, el panismo, es decir el presidente Felipe Calderón, se venga del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, por protestar contra las alianzas con el PRD, que salvaron al PAN de una catástrofe electoral de proporciones incalculables, por más que su victoria fue sobre la corrupción priista en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, más que por convicción ideológica.