Una investigación internacional que realizó mediciones de arsénico en el agua de bebida y en la orina de 124 niños y adultos laguneros, reveló que hay daño en el material genético del ADN de estas personas estudiadas a consecuencia del nivel de exposición a ese metal.
Según el estudio, las personas que viven en áreas contaminadas con arsénico, especialmente los niños, tienen riesgo de sufrir daños en su ADN, que es la molécula que controla todas las funciones celulares y un buen número de enfermedades está asociado a un mal funcionamiento de ese material genético.
En la Comarca Lagunera el agua contiene altos niveles de arsénico.
En el estudio participaron tres equipos de investigadores: uno de la Facultad de Biociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona en Cataluña, España; otro del Centro de Investigación Biomédica del Noreste (IMSS) de Monterrey, y los integrantes de Salud Integral Multidisciplinaria (SIM) de Torreón.
Celsa López Campos, directora de Salud Integral Multidisciplinaria, dijo que otros estudios epidemiológicos revelan que la exposición crónica al arsénico se asocia con un mayor número de riesgo de cáncer de pulmón, hígado, riñón y vejiga, además de males como diabetes, ateroesclerosis, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y enfermedades neurológicas.
"El principal hallazgo del estudio en La Laguna es que a mayor exposición de arsénico, más daños al ADN, tanto en adultos como en niños".
Los investigadores ahora buscan relacionar el arsénico no sólo con el cáncer sino como un factor de enfermedades cronicodegenerativas como hipertensión, diabetes, y problemas metabólicos.
"El daño al ADN comprueba que sí hay problemas de cáncer directamente relacionado o causados por el arsénico. Es importante aclarar que las personas que analizamos en nuestro muestreo no tienen cáncer, pero tienen grandes riesgos de contraer esa enfermedad".
La mayoría de las personas estudiadas padece enfermedades como hipertensión, diabetes, y otras enfermedades metabólicas que pueden ser consecuencia del daño al ADN y para comprobarlo los investigadores realizarán otro estudio.
Los resultados de la investigación fueron publicados por la revista Toxicological Sciences en junio de 2010.
