El desorden y la falta de compromiso por parte de los luchadores, empresarios, Comisión de Box y Lucha Libre, incluso de la propia afición, continúa proliferando en el medio luchístico lagunero, que parece estar en un proceso de caída libre sin que ninguna de las partes involucradas haga lo necesario para frenarla.
Resulta que luego de haber perdido la cabellera el 18 del presente mes en la Arena Olímpico Laguna de Gómez Palacio en un "Cuadrangular de la Muerte'', Piloto Negro regresó el pasado jueves 25 a este mismo escenario pero con todo y su gran melena que una semana antes había perdido en el duelo que involucró al exótico Sexy Piscis y los regiomontanos Hermanos Difunto II y III.
En ese duelo de apuestas, justo al arranque del combate, el sonido local dio a conocer que Difunto II ya había perdido con anterioridad la tapa, motivo por el cual el regio debió despojarse de la tapa frente a la afición lagunera, reconociendo su actitud antideportiva.
Ya en estas condiciones, fueron tres las cabelleras que estuvieron en juego (Sexy Piscis, Difunto II y Piloto Negro), además de la máscara de Difunto III. Ahí fue Sexy Piscis el primero en salvar la melena y enseguida lo hizo Difunto III, para que todo quedara entre Piloto Negro y Difunto II, siendo este último quien se llevó el triunfo y con ello quedara condenado a ser rapado Piloto Negro.
Un representante de la empresa subió al ring y cortó un mechón de la cabellera del gladiador técnico, lo que significaba que en el vestidor debería terminarse la labor. Sin embargo, el pasado jueves este gladiador subió nuevamente al ring con toda su cabellera, en lo que significa una total falta de respeto para los aficionados que pagaron su boleto para un cartel integrado supuestamente por gladiadores profesionales.
Lo más extraño de todo fue la actitud de los propios aficionados, quienes simplemente dejaron pasar esta situación, aceptando quizá con resignación la burla de que fueron objeto.
No cabe duda que los tiempos han cambiado y que el público lagunero es muy diferente al de hace años, cuando se caracterizaba por exigir buen espectáculo y simplemente bajaba del ring a quienes subían a ofrecer un espectáculo falto de calidad o trataban de pasarse de vivos.
Ante la situación que priva en los encordados laguneros, urge que cada uno de los factores que integran la lucha libre asuman de una vez por todas su rol y generen el resurgimiento del auténtico espectáculo de la lucha libre.
Ya no hay que darle tanta vuelta en busca de las razones que han orillado al público a alejarse de los escenarios, las arenas están vacías por la falta de compromiso de todos quienes están inmersos en este deporte: entrenadores, luchadores, empresarios, Comisión de Box y Lucha Libre y hasta el público, que se ha acostumbrado a consumir un espectáculo falto de calidad y seriedad.
La cuestión es, cuándo se decidirán a tomar el toro por los cuernos para reactivar, al menos a nivel regional, lo que en otros años fue un espectáculo que arrastraba a miles de personas a los escenarios, mismos que lucían abarrotados incluso con carteles integrados en su totalidad por luchadores locales, y ni qué decir cuando venían las grandes estrellas.