Un pletórico estadio Nuevo Corona le dio la bienvenida a la Selección Mexicana y con una gran fiesta se entregó a los goles de Cuauhtémoc Blanco y Javier Hernández. Anoche en la casa de los Guerreros no cabía ni un alma, ya que 30 mil aficionados se encargaron de darle vida y ocupar hasta el último rincón. (Foto de Ramón Sotomayor Covarrubias)
El TSM nuevamente se pintó de verde, pero ahora la afición no portó la camiseta del Santos Laguna sino de la Selección Mexicana. Un partido de futbol fue el pretexto ideal para que los laguneros se olvidaran de la violencia que se ha sentido en la región en las últimas semanas y por una noche unirse en un solo grito: ¡México!, ¡México!
Pero ayer también la afición se unió para gritar el nombre de Oswaldo Sánchez el gran santista ausente, y para muchos quien debería estar en la portería de la Selección Nacional.
Desde las seis de la tarde en los alrededores del estadio Corona se veía gente con caras pintadas, pelucas tricolores y por supuesto banderas que se ondeaban con alegría. Ayer nadie se acordó de la crisis económica, de la desilusión que provoca la clase política, ni de que Torreón no tiene policías.
Todo se olvidó con la emoción de ver en la cancha a Cuauhtémoc Blanco, al "Chicharito" Hernández y a Braulio Luna.
Era tal el fervor patrio que incluso una familia con su vestimenta formaba los colores de la bandera. El padre con camisa verde, el niño en medio de blanco y la madre con blusa roja.
El sentimiento nacionalista se apoderó del estadio al momento de cantar el Himno Nacional. Momentos antes, cuando el sonido local tocó el himno de Corea del Norte una bandera de este país ondeaba en un palco, ahí una delegación de este país llamó la atención de varios aficionados laguneros que desde diferentes ángulos buscaban tomarles una foto.
Al momento de darse a conocer las alineaciones, todos los jugadores de México fueron ovacionados, lo cual no sucedió con su director técnico. Los aplausos no llegaron para el "Vasco" Javier Aguirre, por el contrario se escucharon algunos abucheos. Los laguneros no perdonan que los llamaran "jodidos", después de todo para Aguirre México está "jodido".
A pesar de que durante el primer tiempo en varias ocasiones los mexicanos atacaron la portería de Corea del Norte el gol no llegó. Incluso al finalizar el primer tiempo el grito de México desapareció por un abucheo generalizado.
Fue hasta el minuto cinco del segundo tiempo cuando el "ex santista" Cuauhtémoc Blanco cobró un tiro libre desde afuera del área para anotar un soberbio gol.
Otra vez Blanco se echaba el equipo a los hombros, el último gran ídolo azteca anotaba un gol que callaba a todas las voces críticas que han cuestionado su convocatoria y que afirman que está fuera de forma.
Tal vez Blanco no esté en las mejores condiciones físicas, pero su magia permanece intacta. El grito de ¡México!, ¡México! volvió a apoderarse del Corona, pero el gusto duró poco, ya que seis minutos después un error infantil del americanista Memo Ochoa permitió el empate de Corea, lo que derivó que el Corona se uniera en una sola voz para gritar el nombre de ¡Oswaldo!, ¡Oswaldo!, así los laguneros le exigieron a Aguirre el regreso del santista.
Incluso cada vez que el balón llegaba a Memo Ochoa algunos gritaban gol mientras otros coreaban el nombre de Oswaldo quien incluso se levantó de su asiento para agradecer las manifestaciones de apoyo.
Nuevamente un chispazo sacó adelante a la selección de Javier Aguirre. Ahora fue "El Chicharito" Hernández quien logró escapar por la banda izquierda y a pase de Magallón disparó ante la salida del portero para anotar el segundo gol.
Otra vez el grito de México mientras alguien intenta infructuosamente organizar la clásica ola, la cual nunca se completó en el Corona. Algunas voces tímidas entonan el Cielito Lindo mientras que dos mujeres pelean en la tribuna y desde el minuto 35 del segundo tiempo algunos comenzaron a abandonar el estadio para evitar así los clásicos problemas de tráfico.
Al final un triunfo cerrado de México 2 a 1, que no dejó satisfecho del todo a los laguneros que al final del partido gritaron algunas cosas al "Vasco" Aguirre, mientras una jovencita lograba burlar la vigilancia para correr a los brazos de Memo Ochoa quien levantó la vista a los aficionados que nuevamente gritaban el nombre del Oswaldo, el nombre más coreado en la noche.