En fidelidad a la cita anual con el escándalo, el Seguro Social prepara a marchas forzadas su Informe sobre la Situación Financiera y Riesgos que entregará el mes próximo al Ejecutivo y al Congreso, con la tradicional danza de números rojos, cuya densidad provoca escalofríos.
Hasta el año pasado el organismo arrastraba un déficit en materia de recursos para dos de sus cinco seguros y para atender las jubilaciones y pensiones de sus propios trabajadores, equivalente al 73 por ciento del Producto Interno Bruto.
Solamente en el segundo caso se rebasó ya el billón de pesos, pese a que se aumentó la aportación de los beneficiados; se alargó la posibilidad de retiro; se incrementó la aportación del Gobierno Federal, y se cerró la posibilidad de nuevas contrataciones en tanto no se garanticen las reservas correspondientes.
Ahora que la novedad, esta vez, es que en paralelo al diagnóstico se plantea una parte de la receta, es decir un incremento a las cuotas obrero-patronales, lo que le daría un ingrediente más de fuego a la habitual polémica.
La alternativa se había esbozado ya tímidamente en el documento del año pasado, planteando de entrada elevar la prima para el régimen de jubilaciones y pensiones de los derechohabientes del 1.5 del salario base al 3.6, es decir más del doble.
De hecho, alertada la cúpula empresarial de la propuesta, se prepara ya la contraofensiva reclamando, entre otras cosas, que el Seguro Social se deshaga primero de sus múltiples activos no estratégicos.
Más allá, se exige un programa de bursatilización de sus ingresos a futuro en materia de pensiones para derechohabientes, como lo hace el ISSSTE... y que el Gobierno cumpla también sus compromisos.
Estamos hablando, por ejemplo, del boquete que le abrió al seguro de Enfermedades y Maternidad la disposición presidencial de que ninguna mujer se quedara sin posibilidad de dar a luz, sea o no derechohabiente.
Más aún, el dicho del presidente Felipe Calderón apuntó a que ningún recién nacido se quedara sin admisión médica, estuviera o no afiliado al Instituto.
El caso es que nunca llegó el respaldo económico requerido.
Adicionalmente, cada año la Secretaría de Hacienda le exige al organismo tripartita fortalecer los recursos de sus seguros de Enfermedades y Maternidad y Atención a Jubilados y Pensionados, en montos que oscilan entre 5 y 8 mil millones de pesos.
La sangría vuelve más difícil la operación del organismo, quien de plano ha reacomodado camas existentes en pediatría, ginecología y obstetricia hacia capítulos de mayor demanda, como medicina interna y cirugía, con la novedad de que los reclamos insatisfechos le generan miles de demandas al año por recurrencia a hospitales privados ante la falta de atención oportuna.
Más allá, se le cerró la puerta a los enfermos crónico-degenerativos, según ello para ofrecerles consultas a domicilio... que nunca llegan.
Si en 1980 el IMSS tenía 1.63 camas de segundo nivel por cada mil derechohabientes, hoy llega a sólo 0.67. Naturalmente, los derechohabientes siguen sin medicinas; las consultas de especialidades se espacian hasta por seis meses; tomar una radiografía es tareas de titanes...
Se diría, pues, que la propuesta de incremento de cuotas llega en la peor de las coyunturas, al margen, naturalmente, de la difícil situación económica del país. Lo inaudito del asunto es que, implantada desde el sexenio zedillista la exigencia de rendir un informe sobre fortalezas y debilidades del organismo, los años pasan sin que se diseñen las salidas.
¿Se acuerda usted cuando se hablaba de un pasivo laboral de 280 mil millones? ¿Cuándo se empezó a alertar del envejecimiento de la población, en un escenario en que el porcentaje de derechohabientes con más de 65 años creció del cinco al 23%?
Digamos que como las llamaradas de petate el escándalo crece en proporciones colosales, para apagarse sin más.
¿Otra puesta en escena?
Aunque la Secretaría del Trabajo mantiene firme el dedo en el renglón, desmenuzando día a día lo que califica de "bondades" de la propuesta, desde Los Pinos ya se rindió la plaza en materia de reforma laboral.
De hecho, los legisladores panistas ya relegaron la pelea.
La razón es simple: de acuerdo a los expertos la iniciativa se volvió el gran escollo para avanzar en el resto de las propuestas, dada la negativa de priistas y perredistas de enemistarse con los sindicatos, a la luz de una temprana lucha por la sucesión presidencial de 2012.
Digamos que el Gobierno sacrifica una para avanzar dos: la propuesta en la mesa para una reforma de Estado, y la posibilidad de una reforma hacendaria integral que garantice equidad en la tributación, a la par de solvencia para apuntalar la recuperación económica del país.
La gran pregunta es cuál será la reacción de los empresarios que habían ya descartado la luz verde a la propuesta.
SIEMENS LANZA A MÉXICO
En lo que representa un saludable ejemplo para las multinacionales asentadas en el país, la empresa alemana Siemens está elevando el contenido de sus manufacturas en materia de componentes nacionales hasta 65 por ciento.
De hecho, está lanzando un programa para promover "productos Siemens hechos en México" en todos los mercados conquistados.
El énfasis, naturalmente, será en los países con los que el nuestro ha firmado acuerdos de libre comercio.
Por lo pronto, la firma germana ha incrementado 25 por ciento sus compras de insumos nacionales.
NARCOPOLÍTICA
La sorpresa, en una encuesta realizada entre mil 260 mexicanos adultos por la empresa de mercadotecnia integral Eventum, es que se coloca como el más viable candidato panista a la Presidencia de la República al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, por más que éste renunció al partido al fragor de un escándalo.
De acuerdo a los encuestados, ésta tendría el 33 por ciento de las preferencias, seguido por Santiago Creel con 20 por ciento; Josefina Vázquez Mota (14 por ciento); Alonso Lujambio y Ernesto Cordero (12 por ciento) y Manuel Clouthier (nueve por ciento).
En el caso del PRI se ubica en punta a Enrique Peña Nieto (59 por ciento), seguido de Manlio Fabio Beltrones (19); Beatriz Paredes (13) y Fidel Herrera (9).
Para el PRD el "bueno" sería Marcelo Ebrard (36), a quien persiguen Andrés Manuel López Obrador (30); Jesús Ortega (14); Cuauhtémoc Cárdenas (10), y Amalia García (6).
Colocados en el tapete los tres punteros, la votación se inclinaría por Enrique Peña Nieto (52 por ciento), obteniendo Marcelo Ebrard el 26, y Gómez Mont el 22.
Lo interesante del ejercicio es que éste se orienta hacia quién de los posibles sería más vulnerable al poder del narcotráfico, obteniendo los mayores porcentajes, 42 por ciento en los tres casos, Santiago Creel por el PAN, Manlio Fabio Beltrones por el PRI, y Marcelo Ebrard por el PRD.