Tensa calma. Familiares de reos del Cereso de Durango piden información mientras soldados resguardan los alrededores del penal luego de la riña que dejó 23 muertos. Las víctimas estaban presas por secuestro, homicidio, delitos contra la salud y portación de armas de fuego.
Controlan Cereso con la ayuda del Ejército.
Una riña en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Durango, que duró apenas 10 minutos, dejó 23 reos muertos la mañana de ayer, lo que provocó la entrada del Ejército al penal.
Se trata del hecho más violento ocurrido en un penal de Durango, luego de que en junio pasado 20 reos murieran en otra riña en el Cereso de Gómez Palacio.
La riña empezó a las 7:10 de la mañana, cuando los custodios empezaban a pasar lista y varios grupos de presos se abalanzaron al área de control de procesos, con puntas metálicas elaboradas en talleres del penal.
Los reos con las armas blancas atacaron a internos presos por secuestro, delitos contra la salud, homicidio y portación de arma de fuego. Dos de los muertos eran originarios de La Laguna.
Los hechos fueron descritos por autoridades como una pelea entre grupos que disputan el control del sobrepoblado penal. La cárcel, con capacidad para 1,800 reos, alberga 2,400 internos.
El gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, rechazó hacer declaraciones sobre la matanza.
El general Moisés Melo, comandante de la Décima Zona Militar, dijo que el “Código Rojo” se activó antes de las 7:30, pero al llegar los militares, los custodios ya habían controlado parcialmente la violencia. Según Melo, no se reportaron heridos.
Elementos del Ejército ingresaron al penal para revisar que la situación estuviera controlada.
Policías federales y estatales custodiaron los alrededores del penal, mientras familiares de internos se congregaban afuera para pedir información.
La riña se da cinco días después de la renuncia del general Ricardo Andriano Morales, secretario estatal de Seguridad Pública, quien tenía bajo su cargo la supervisión de los Ceresos.
El encargado de la secretaría, José Antonio Rosso, quien estaba con Hernández Deras en una audiencia pública, dijo que estas situaciones “no se pueden prever”, pero señaló que se puede hacer “una redistribución de reos” para evitar conflictos.
Desde fines de 2008, más de 70 internos murieron en riñas en los Ceresos de Durango y Gómez Palacio.
Por la tarde, militares y policías estatales realizaron un operativo sorpresa adentro del Cereso en busca de armas, pero sin que se reportaran resultados. Anoche la PGR inició una averiguación previa por el homicidio de los reos.