WASHINGTON, EU.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió que su gobierno no puede regular la venta de armas y su flujo hacia México.
En una conferencia de prensa tras reunirse con el presidente Felipe Calderón, Obama reconoció que el control de armas es dificultado por la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos que consagra el derecho a portar armas.
Sin embargo, Obama dijo que ese derecho legal "no significa que no podamos acotar a los contrabandistas que envían armas a México".
El mandatario ofreció "mecanismos más efectivos para evitar que se compren cantidades grandes de armas y se transporten a México".
Según Obama, ha habido un aumento de detenidos por tráfico de armas, pero destacó que "no es suficiente".
Según el gobierno mexicano, el 90 por ciento de las armas confiscadas a miembros del crimen organizado tiene su origen en Estados Unidos.
Calderón y Obama tuvieron ayer su quinta reunión, en medio de tensiones por el asesinato de un agente de migración en San Luis Potosí, con una arma cuya venta fue rastreada a Texas.
Mientras que Obama reconoció la dificultad para controlar el tráfico de armas, Calderón sólo accedió a revisar la petición del gobierno estadounidense para que sus agentes que operan en México puedan portar armas, lo cual está prohibido por la ley.
Calderón dijo que revisaría el tema con el Congreso para encontrar alternativas que se ajusten a la Constitución mexicana. Afirmó que en México se viven "situaciones extraordinarias que deben ser respondidas con acciones extraordinarias".
Pero horas después de la conferencia de los dos presidentes, senadores del PRI, PAN y PT rechazaron la posibilidad de que agentes extranjeros porten armas en el país.
Obama reiteró el apoyo de su gobierno a Calderón y dijo que la lucha contra los cárteles "también es nuestra".
Antes de la reunión con Obama, Calderón sugirió al diario Washington Post que había perdido la confianza al embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, luego de que éste criticara la capacidad del gobierno mexicano para combatir el narcotráfico.
En otros acuerdos, Calderón y Obama anunciaron la apertura de carreteras de Estados Unidos a camiones de carga mexicanos, luego de varios años en los que se mantuvo cerrada la frontera.