Bravo. Una avenida de Gómez Palacio fue nombrada en honor del histórico personaje de la Independencia de México, Nicolás Bravo.
La avenida Nicolás Bravo, de Gómez Palacio, fue trazada de Norte a Sur y era limitada en la parte norte por la Acequia Grande, así como el ramal del canal de San Antonio, que desaguaba en la antigua laguna de Filadelfia.
Tomando hacia el sur de la centenaria ciudad, la avenida Bravo parte del trazo de los terrenos de la Hacienda de Santa Rosa la vieja y de la Hacienda de Noé, ambas propiedad de Santiago Lavín Cuadra, menciona el cronista gomezpalatino, Pablo Amaya Ramírez.
EL PERSONAJE
Nicolás Bravo fue un militar y político mexicano que llegó a la Presidencia de la República entre 1842 y 1844. Fue hijo de un rico hacendado criollo, en un ambiente de rechazo crítico a las actuaciones de la corona en Nueva España.
Su padre Leonardo y un hermano suyo participaron en los primeros levantamientos insurgentes y en 1810, en plena juventud, Nicolás Bravo decidió incorporarse a las fuerzas rebeldes comandadas por su padre, pasando en mayo del año siguiente a servir a las órdenes de Hermenegildo Galeana, líder insurgente en el vecino Estado de Morelos. Participó en diversas acciones, tanto en su tierra natal (actuando en la vanguardia del ataque al pueblo de Chichihualco, donde tenía la hacienda su familia) como en el Estado de Morelos, pero también extendió sus correrías hasta Veracruz, distinguiéndose en la defensa de Cuautla, a las órdenes del general Morelos.
En el desarrollo de estas acciones, Nicolás Bravo adquirió la reputación de soldado "generoso y magnánimo" (según don Lucas Alamán), al perdonar la vida y otorgar la libertad a los 300 soldados realistas que en agosto de 1812 habían caído en su poder en San Agustín del Palmar, cerca del puerto de Veracruz. Se dio la coincidencia de que poco después recibió la noticia de la prisión de su padre y la oferta de indulto del virrey si se arrepentía y presentaba. Nicolás Bravo decidió liberar a los presos en lugar de fusilarlos, para diferenciar la causa de la Independencia de la barbarie virreinal, según relato del mismo a Lucas Alamán. Algunos autores llamaron a este gesto "la venganza de Bravo".
Fue uno de los oficiales que mayor prestigio y victorias ofreció a los seguidores de José María Morelos, al que acompañó en la toma de Oaxaca y en el sitio de Acapulco. Acantonado en Chilapa, siguió desde las tierras del sur las vicisitudes de la insurgencia y la convocatoria del Congreso en Chilpancingo, donde apoyó el nombramiento de generalísimo a favor de Morelos.
En los primeros meses de 1817, siguiendo órdenes de la Junta de Xauxilla, arrestó a Ignacio López Rayón, que se negaba a obedecer la autoridad de la Junta. Poco después se encerró en Cóporo, que defendió durante algunos meses. Finalmente, se retiró a reponerse y descansar en la hacienda familiar, cercana a Chilpancingo, donde fue hecho prisionero a comienzos de 1818. Trasladado a la Ciudad de México, permaneció en prisión hasta que, con motivo del cambio de régimen y el triunfo constitucional, le llegó el indulto en 1820.
En la división política que siguió a la deposición de Iturbide, Nicolás Bravo fue considerado uno de los primeros dirigentes de la masonería escocesa, conservadora y centralista. Tras la aprobación de la Constitución, el congreso lo nombró miembro del poder Ejecutivo que sucedió a Iturbide, cargo que cesó el 1 de octubre de 1824. Representaba la fracción moderada.
Bravo se retiró a Chilpancingo, viviendo en alejamiento durante siete años. El 22 de abril de 1854, Bravo y su esposa fallecieron al mismo tiempo de manera repentina en Chilpancingo.