La operación se convirtió en 'una peligrosa locura por haber quedado totalmente a oscuras los agentes de la ATF’, publicó el NYT.
La Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), permanentemente maniatada por el poder de los cabilderos de la industria de las armas sobre el Congreso, tomó una decisión 'colosalmente tonta' al fraguar la operación Rápido y Furioso, publicó hoy The New York Times.
En un editorial titulado 'No hay excusas para la ATF, ni para el Congreso', el diario indicó que el objetivo de la operación, que comenzó en 2009, era permitir compras sospechosamente grandes de armas de asalto en Estados Unidos.
A continuación, las autoridades debían rastrear las armas hasta los niveles superiores de los cárteles mexicanos del narcotráfico, y realizar importantes arrestos.
Sin embargo, la operación se convirtió en 'una peligrosa locura por haber quedado totalmente a oscuras los agentes de la ATF en México mientras sus superiores fracasaban en la supervisión' del programa.
La operación permitió que dos mil 20 armas de alto poder llegaran a México; algunas de ellas aparecieron en tiroteos mortales, incluyendo uno en el que un agente fronterizo estadunidense fue asesinado.
Al menos 122 de las armas han sido recuperadas de escenas de delitos en México, y mil 430 siguen desaparecidas.
Expertos de la ATF reconocieron en una audiencia en el Congreso que el 'impacto de la operación ha sido devastador', y pidieron disculpas por su mala concepción y ejecución.
El diario señaló que el gobierno del presidente Barack Obama ha tenido que recurrir a su facultad ejecutiva para eludir al 'lobby' de las armas y exigir que las tiendas ubicadas en la frontera comiencen a reportar a los compradores de múltiples armas de guerra.
Resaltó que es importante tener en cuenta que durante más de seis años, el Senado no ha confirmado a un director permanente de la ATF debido a que los cabilderos de la industria de las armas mantienen la presión sobre la agencia.
El Times aseguró que el Congreso tiene el derecho de llamarle la atención a la ATF por su falla inexcusable.
Pero añadió que 'un Congreso responsable -interesado en algo más que anotar puntos políticos contra la ATF y la Casa Blanca- restablecería la prohibición a vender armas de asalto y aseguraría que la ATF tenga la autoridad que necesita para proteger la seguridad pública.