Uno de los equipos de Primera División que se adelantó en su época a jugar un futbol innovador fueron los desaparecidos Jabatos de Nuevo León, que militaron tan sólo tres temporadas en el máximo circuito del balompié mexicano, de 1966 a 1969.
El origen de este equipo se remonta a la década de los años cincuenta, cuando los señores Facundo Cabrera y José Fidalgo fundaron en la ciudad de Monterrey el Club Anáhuac, que por problemas económicos se convirtió en Universidad y más tarde en Jabatos de Nuevo León, siendo su presidente Sergio Salinas.
El ingreso de los Jabatos de Nuevo León a Segunda División fue en la temporada 1958-1959, en la cual jugó ocho años hasta coronarse campeón en el torneo 1965-1966 al mando del técnico peruano Augusto Carrasco.
Al término de esa temporada Jabatos de Nuevo León y la Jaiba Brava del Tampico habían terminado empatados en el primer lugar con 47 puntos cada uno, siendo necesario que jugaran un partido extra, el cual fue en el Estadio de La Martinica en la ciudad de León, el cual ganó Jabatos por dos goles a uno con anotaciones de Hilario Portales y Rubén Ceja, logrando de esta forma el ascenso a Primera División.
El equipo que consiguió el ascenso estaba integrado por Ezequiel Lozano en la portería, Javier García Lomeli, Francisco Javier "El Capi'' Lima, Francisco Montes y Amado Navarro en la defensa, Fernando "La Henra'' Ramírez, Hilario Portales y Rubén Ceja en el medio campo, Raúl Ramos Ruiz, Leopoldo Barba y José Damasco Pérez en la delantera.
De esos once, tres de ellos militaron años después en los Diablos Blancos de Torreón y fueron parte importante del equipo que logró el ascenso a Primera División en la temporada 1968-1969, me refiero a Francisco Javier "El Capi'' Lima, Fernando "La Henra'' Ramírez y Raúl Ramos Ruiz.
Al ascender Jabatos de Nuevo León a Primera División su directiva realizó varias contrataciones para reforzar el plantel, entre ellas la del guardameta Roberto "El Cacho'' Alatorre, Guillermo "El Tigre'' Sepúlveda, Héctor "El Chale'' Hernández y el argentino Alberto Etcheverri, que fueron la columna vertebral en su primer temporada en el máximo circuito del futbol mexicano.
Se nombró como técnico a Paulino "El Cuico'' Sánchez, quien implementó un estilo de juego moderno, con un carrilero por derecha que subía y bajaba incansablemente, en la persona de Javier García Lomelí, quien fue el primero en jugar esta posición en el futbol mexicano; un medio campo con hombres de buen toque de balón y sacrificio en la recuperación de la pelota, apuntalados por Alberto Etcheverri, y una delantera joven comandada por el mundialista mexicano Héctor Hernández.